"Dos neonicotinoides ampliamente usados en la fabricación de
pesticidas parecen perjudicar seriamente las colonias de abejas, según
un estudio de la Escuela de Salud Pública de Harvard.
En abril de 2015,
la revista Science publicó dos estudios adicionales que
corroboran los hallazgos de Harvard sobre neonicotinoides utilizados en
tratamientos de semillas para más de 140 cultivos.
Estos pesticidas
sistémicos fabricados por Bayer, Syngenta y Monsanto se absorben a
través de las raíces y las hojas y se distribuyen a través de toda la
planta, incluyendo su polen y néctar.
Para los polinizadores, la exposición de bajo nivel puede conducir a
efectos subletales, como alteración del aprendizaje, deficiencia en la
búsqueda de alimentos e inmunosupresión; la exposición a niveles
superiores puede ser mortal.
En respuesta a la evidencia científica de este tipo, las tres
principales empresas productoras de pesticidas –Bayer, Syngenta y
neonicotinoides Monsanto– participan en campañas masivas de relaciones
públicas, efectuadas a un costo superior a 100 millones de dólares y
empleando tácticas similares a las utilizadas durante décadas por las
grandes tabacaleras para negar los efectos perniciosos en salud pública.
Como informara Michele Simon en un estudio en Friends of the Earth,
estas tácticas incluyen la creación de distracciones para culpar a
cualquier cosa, menos a los plaguicidas, de los colapsos documentados de
las poblaciones de abejas, incluyendo, por ejemplo, acusar a los
agricultores por supuesto mal uso de los pesticidas. Estas empresas
también atacan a los científicos y periodistas para desacreditar sus
conclusiones.
Al mismo tiempo, Bayer, Syngenta y Monsanto intentan
comprar credibilidad mediante el cultivo de alianzas y asociaciones
estratégicas con agricultores, apicultores y organizaciones agrícolas
con la esperanza de representarse a sí mismos como “amigos de las
abejas”.
Así, por ejemplo, Monsanto anunció la formación de un Consejo
Asesor de la Abeja de Miel, una alianza estratégica de ejecutivos de
Monsanto y otros. La Asociación Británica de Apicultores recibió un
importante financiamiento de Bayer, Syngenta y de otras empresas de
plaguicidas. A cambio, se aprobaron los insecticidas como “amistosos con
la abeja”.
Como reportó Rebeca Wilce para PR Watch, “en lugar de tomar
acción sobre un problema que amenaza a la producción de alimentos en
todo el mundo, las empresas de plaguicidas han tomado una página del
manual de jugadas de la industria del tabaco para aumentar de manera
gradual los esfuerzos por sembrar dudas sobre la magnitud del problema y
sobre su propio papel potencial en la crisis”.
Por el contrario, señaló
Wilce, la Unión Europea puso en marcha una prohibición de dos años para
el uso de los tres neonicotinoides más comunes, imidacloprid,
clotianidina y tiametoxam.
Escribiendo para Wired, en junio de 2014 Brandon Keim informó sobre otro estudio de Friends of the Earth que
muestra a los centros de jardinería de grandes tiendas de América del
Norte, incluyendo Home Depot, Lowe y Walmart, vendiendo plantas con
propaganda de ostensiblemente amigables con las abejas, pero que
realmente contienen altos niveles de neonicotinoides.
El estudio
encontró que treinta y seis de setenta y una (51 por ciento) muestras de
plantas de jardín compradas en los principales minoristas de jardín de
dieciocho ciudades de EEUU y Canadá contenían pesticidas
neonicotinoides.
El cuarenta por ciento de las muestras positivas
contenía dos o más tipos de neonicotinoides. “Desafortunadamente”,
escribieron los autores del informe, “los jardineros de hogar no tienen
idea de que en realidad pueden estar envenenando a los polinizadores a
través de sus esfuerzos para plantar jardines amistosos con las abejas”.
Aunque los principales medios de noticias, por ejemplo, el New York Times, el Washington Post y la National Public Radio ofrecieron dos informes de portada con impronta Nature sobre
los efectos negativos de los neonicotinoides en las abejas, pero no
informaron de las campañas de relaciones públicas de Bayer, Syngenta y
Monsanto que tienen por objeto socavar las conclusiones de los estudios
científicos y desviar la culpa de los pesticidas.
Del mismo modo, esos
medio de prensa cubrieron el anuncio de Lowes de que ya no venderá más
los productos que contengan neonicotinoides, pero no informaron que las
plantas “amistosas con las abejas” vendidas por centros de jardinería
para el hogar a través de EEUU en realidad pueden estar engañando a los
clientes bien intencionados y exponiendo a los polinizadores a los
neonicotinoides en sus propios huertos familiares." (Ernesto Carmona , Attac Madrid, 25/11/15)
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