"Nestlé lanza una campaña en TV relacionada con varios de los productos
de su marca: Eko Bebamos de la Naturaleza, Aventura en el Trópico de
Bonka y Solís, Cultivando un Futuro Mejor. En los diferentes spots
muestra una imagen de la empresa o de los productos que comercializa
como sostenibles o respetuosos con el medioambiente y la sociedad.
No
obstante, como podremos ver en el informe, las prácticas empresariales
de Nestlé distan mucho de ser respetuosas con el medio y por este motivo
Ecologistas en Acción ha seleccionado a Nestlé como finalista en la
categoría “Lavadora verde” de los Premios Sombra a la peor publicidad.
Es una tendencia cada vez más habitual que las multinacionales más
depredadoras en sus prácticas empresariales busquen mejorar su imagen de
cara a sus potenciales consumidores. Este año, Nestlé, con motivo de su
150 aniversario, ha puesto toda la carne en el asador con una serie de
anuncios que alardean sobre sus valores ecológicos y su respeto al
medioambiente.
El anuncio de Eko nos muestra a mujeres (parece ser que los hombres
no beben Eko) «conectando» con la naturaleza, abrazando árboles en poses
imposibles, hermanándose con prístinos campos de cereales con fondos de
mariposas volando, bajo el eslogan: «cuando reconectas con la
naturaleza te sientes bien, cuando bebes cereales, también».
Animamos a la multinacional suiza a que, usando su propio eslogan, no
se «beba la naturaleza» y deje de añadir aceite de palma a sus
productos como las masas de pizza Buitoni o la Pasta Oriental Maggi, con
un porcentaje de grasas saturadas de hasta un 59 % en este último caso,
según un informe de la OCU [1].
Este aceite, además de su reconocido efecto negativo en nuestra
salud, tiene enormes impactos sociales y medioambientales allí donde se
cultiva, con destrucción de selva tropical, quema de bosques y
apropiación ilegal de tierras.
El anuncio Aventura en el Trópico de Bonka es todo un publirreportaje
donde tres consumidoras de Bonka van a visitar los lugares paradisiacos
donde se producen estos granos rojos. Como era de esperar, ninguno de
los sitios que visitan muestra tipo alguno de problemática social o
ecológica. Los campesinos son gente generosa (aunque atrasada, por
supuesto, porque no tienen ducha) y sonriente, que muestran encantados
sus plantaciones.
El entorno es perfecto, completamente verde e
inmaculado. No obstante, la realidad de los productores de café que
venden a Nestlé es bien otra. La producción de café procede de pequeños
campesinos, pero el precio que estos reciben por su producción dista
mucho de ser justo.
Entre el precio que se paga al productor y el que
paga el consumidor final hay un abismo que genera que estos agricultores
vivan en condiciones miserables frente a un sector cada vez más
concentrado en grandes multinacionales como Sara Lee (Marcilla), Nestlé
(Bonka) y Kraft/Philip Morris (Saimaza) [2].
Por otro lado, el anuncio está totalmente desprovisto de datos sobre
los países donde se cultiva el café que bebemos, ni tan siquiera un
breve texto nos indica cuáles son los países que visitan estas
consumidoras de Bonka en su periplo paradisiaco.
Hubiera sido interesante que visitaran Chiapas (México) donde los precios del grano de arábica han bajado un 60 % desde 2011 y donde la epidemia de roya anaranjada amenaza la subsistencia de los campesinos cafeteros ante la pasividad de las administraciones
. Una epidemia, además, que favorece mucho los intereses de Nestlé en dicho país, pues esta multinacional lanzó en 2010 el Plan Nescafé, para promocionar el cultivo de la variedad de grano robusta, variedad de baja calidad que utiliza para producir café soluble y es resistente a la epidemia de roya.
Hubiera sido interesante que visitaran Chiapas (México) donde los precios del grano de arábica han bajado un 60 % desde 2011 y donde la epidemia de roya anaranjada amenaza la subsistencia de los campesinos cafeteros ante la pasividad de las administraciones
. Una epidemia, además, que favorece mucho los intereses de Nestlé en dicho país, pues esta multinacional lanzó en 2010 el Plan Nescafé, para promocionar el cultivo de la variedad de grano robusta, variedad de baja calidad que utiliza para producir café soluble y es resistente a la epidemia de roya.
La sustitución del cultivo local de arábica por el de robusta
supondría una gran ventaja para Nestlé, que tiene en México la planta
procesadora de café soluble más grande del mundo y de esta manera no
necesitaría importar grano del extranjero.
No obstante, para los
productores tendría unas consecuencias muy negativas al pagarse este
grano aproximadamente a la mitad del precio del de arábica, por no
hablar de los impactos medioambientales que causa este monocultivo.
La administración mexicana, por su parte, participa de manera activa
en el Plan Nescafé y subvenciona el cultivo de robusta frente al de
arábica [3].
Finalmente, en lo que respecta al anuncio de Solis, como ya hiciera
Unilever el año pasado, la campaña publicitaria de Nestlé ha convertido
el comer tomate frito de bote de su marca en una apuesta decidida por la
defensa del medioambiente y la mejora de la sociedad. Para ello ha
utilizado un recurso publicitario muy usual: los niños.
Haciendo
referencia a lugares comunes del ecologismo como cuidar del mundo que
dejaremos a nuestros hijos, es decir, la solidaridad intergeneracional,
Nestlé alardea de «cultivo local», «agricultura sostenible» y de ser
«responsable con el medioambiente».
Tal vez Nestlé busque sacudirse la imagen de mata bebés [4] que
le llevó a ser la empresa más boicoteada del mundo y ofrecer a la vez
una cara amable y comprometida con el medioambiente y la sociedad.
Consideramos que es muy positivo que cualquier productor intente reducir
su impacto medioambiental limitando el gasto de agua, el uso de abonos
químicos y de pesticidas, no obstante, los monocultivos altamente
industrializados tienen unas innegables consecuencias ecológicas por lo
que distan mucho de ser considerados «agricultura sostenible».
Este
eslogan resulta una especie de conjuro con mucha difusión y escaso
contenido. Reivindicamos que la verdadera agricultura sostenible es la
ecológica, que es la realmente muestra responsabilidad con el
medioambiente." (Gala Arias Rubio, Attac Madrid, 03/07/16)
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