"(...) blockchain va a estar en prácticamente todas partes, en todos
los sistemas transaccionales, en todas las industrias. Y en ese sentido,
el libro de los Tapscott me pareció un tratado fácil de leer, sencillo
de entender, plagado de ejemplos, y una de las mejores maneras de
adentrarse en la comprensión del tema.
Todo es blockchain. O al menos, todo lo será.
(...) podemos encontrar menciones
sobre el papel fundamental y crucial de esta tecnología en las empresas
de generación de energía, en la redefinición de la industria de la
música, en la seguridad de la cadena de conservación de alimentos en
distribución, en el futuro de la industria aseguradora, en el sector
inmobiliario, en la eliminación de la corrupción en la política o, por
supuesto, en la banca, entre muchas otras.
Blockchain se ha
convertido en la tecnología de infinitos usos, en el elemento a
incorporar a todos los procesos, y en el cimiento sobre el que se
edificará todo nuestro futuro. No importa a qué se dedique, su nivel de
responsabilidad o la compañía para la que trabaje: de una manera u otra,
puede estar seguro de que muchos de los elementos que manejará en su
relación con el mundo estarán construidos sobre la base de la tecnología
blockchain.
Para
una tecnología conceptualizada por primera vez en el año 2008 y
vinculada originalmente a una aplicación tan difícil de aprehender como
una criptomoneda digital, el bitcoin, el nivel de atención y de relevancia resulta completamente inusitado. En cierto sentido, la tarea más compleja que blockchain como tecnología ha tenido que superar es la de ser capaz de desprenderse de la complicada herencia que la vincula con bitcoin
y ver cómo era rápidamente adoptada para aplicaciones de todo tipo.
Y
es que la idea de una criptomoneda no es simplemente compleja en
apariencia, sino que además, cuestiona como tal la esencia de algo tan
central en nuestras vidas como el dinero y los elementos que hacen que
un billete de cien euros valga eso, cien euros, y no sea simplemente un
pedazo de papel sin ninguna importancia. Tratar de explicar bitcoin
a una audiencia, independientemente de su nivel intelectual, es en
realidad muchísimo más difícil que explicarles el funcionamiento de una
base de datos conectada, distribuida y descentralizada en miles o
millones de ordenadores personales.
Blockchain
es un cambio perfectamente comparable a la aparición del ordenador
personal, o al desarrollo y popularización de internet. Es,
posiblemente, uno de los cambios más importantes y fundamentales que
vayamos a ver en nuestras vidas, con el potencial de cambiarlo todo. Uno
de esos cambios que otorgan innumerables ventajas a aquellos capaces de
entenderlo, de hacerse a la idea de sus implicaciones.
En muy poco
tiempo, he tenido la oportunidad de conocer a emprendedores y de evaluar
ideas que aplican blockchain a temas tan absoluta y radicalmente
variados como un registro de tierras en Ghana, un protocolo de
seguridad para los dispositivos conectados a la internet de las cosas, o
un sistema que convierte en obsoleto el sistema de patentes tal y como
lo conocemos.
Con un detalle adicional: esta tecnología une a su
capacidad disruptiva, unas barreras de entrada sumamente bajas, que
permiten que prácticamente cualquier compañía, independientemente de su
tamaño o sus recursos, pueda plantearse construir sobre ella. A estas
alturas, con más de veintiséis años trabajando en innovación, creo que
sé reconocer una disrupción cuando la veo. Y si blockchain no es una revolución, es que nunca hemos visto ninguna. (...)
En un futuro no muy lejano, utilizaremos bases de datos descentralizadas y basadas en blockchain para cuestiones que irán desde decidir la hora a la que nos levantamos de la cama, pagar por el agua caliente que consumimos en la ducha, garantizar la seguridad de todos los aparatos conectados en nuestro hogar a la internet de las cosas, negociar con el robot que nos corta el césped del jardín, identificarnos en un vehículo autónomo que nos lleve a trabajar, hacer transacciones económicas de todo tipo con total seguridad y trazabilidad, enviar dinero a un amigo… la centralidad de blockchain en el mundo transaccional va a ser absoluta, hasta el punto de que no seremos capaces de plantearnos cómo de imperfecta, insegura e incómoda era nuestra vida antes de que esta tecnología viese la luz.
De hecho, no
sería de extrañar que, a medida que este papel central se va
consolidando con mayor claridad, el desarrollo de blockchain como
tecnología se hiciese acreedor de alguno de los grandes reconocimientos
que identifican los elementos verdaderamente importantes que cambian el
mundo, como un premio Nobel. (...)
En el futuro, no importará si estamos almacenando información en la red, firmando un contrato de cualquier tipo, asegurándonos la propiedad de una tecnología o votando en unas elecciones… en todos los casos, estaremos utilizando blockchain.
¿Cómo
asimilar una tecnología con un potencial tan brutal como para afectar a
directivos de cualquier industria, políticos o a todos los seres
humanos sin excepción? (...)
¿Qué resulta tan importante entender sobre ella, y cómo es posible que en tan poco tiempo se le atribuya el potencial de convertirse en la base de toda la economía digital, con elementos tan importantes como el incremento de la transparencia y el respeto a la privacidad? (...)
¿Cómo entender que una tecnología ha sido capaz de resolver todos los problemas inherentes a cualquier transacción, y ha conseguido que cualquiera pueda crear confianza gracias a un proceso de autenticación garantizado por la colaboración de muchos? (...)" (Enrique Dans, 15/02/17)
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