La economista Pavlina R. Tcherneva.
Marta Jara
"Pavlina Tcherneva (estadounidense de origen búlgaro) es
una de las mayores exponentes de la Teoría Monetaria Moderna y ha
visitado España para presentar los principios de su corriente invitada,
entre otros, por el autor de esta entrevista.
Tcherneva ha colaborado
con responsables políticos a lo largo y ancho del mundo en el desarrollo
de políticas públicas. Es profesora asociada de Economía en el Bard
College de Nueva York, donde es directora de los programas de Economía y
Finanzas. También es investigadora del Levy Economics Institute of Bard
College y del Binzagr Institute of Sustainable Prosperity.
Usted está en España para hablar en el Parlamento y también en actos
públicos sobre el Programa de Empleo de Transición. ¿Puede explicar qué
es?
Para eliminar el desempleo se aplican políticas indirectas: de
formación, impuestos, o incentivos. Realmente la mejor manera de crear
empleo es crear puestos de trabajo directamente. El Programa de Empleo
de Transición garantiza a los desempleados alguna oportunidad de empleo
–quizás en interés público– a un sueldo base. Es un seguro de empleo. Un
beneficio que garantiza un derecho humano básico. Otro aspecto es que
fluctúa con el ritmo de la economía.
Cuando la economía se ralentiza, la
gente desempleada puede pasar a este programa si así lo desea, y el
propio programa se expande y añade el estímulo que necesita la economía.
Y, a medida que la economía se recupera, la gente pasa del programa
hacia puestos de trabajo mejor remunerados en el sector privado. Por lo
tanto es anticíclico, y realmente es superior como estabilizador
macroeconómico.
Hay otras dos piezas. Una es que completa la red de seguridad.
Proporcionamos alimento cuando hay inseguridad alimentaria, y pensiones
cuando hay inseguridad de renta tras la jubilación, pero no proveemos
trabajo cuando hay inseguridad laboral.
Pero también –y esto es un poco más abstracto– se ancla la moneda.
Cuando el gobierno gasta, no sabe muy bien lo que está recibiendo por el
dinero. Pero si se proporcionan ingresos a través del empleo, siempre
se sabe. Si pagas diez o cinco euros por hora de trabajo se garantiza
que cada euro gastado a través de este programa está conectado con una
hora de trabajo de utilidad pública. Así que siempre se tiene esta
conversión entre la moneda y el trabajo.
¿Es un programa costoso?
En realidad no. Ya pagamos enormes costes asociados con el desempleo:
no sólo el seguro de desempleo, y luego subsidios de renta, sino que el
desempleo causa toda una serie de problemas sociales y económicos que
pagamos en términos reales y financieros. Con el desempleo aumentan la
discapacidad, los problemas de salud mental y física, el gasto en
medicinas. Se dan malos resultados en los niños y las familias.
Al mismo
tiempo perdemos capital humano. Renunciamos a PIB, a ingresos, y a
producción. Si se suman todos los costes del desempleo, son enormes en
comparación con simplemente proporcionar a alguien un trabajo con un
salario base. Hay varias estimaciones de estos programas de garantía
laboral. En función de su tamaño pueden variar entre el 1% y el 2% del
PIB.
Basta con resolver estos problemas de manera directa, como se piensa en
otros problemas sociales. Para las personas sin hogar se hacen
refugios. Los desempleados no reciben lo que quieren: un trabajo.
Si el sector privado no proporciona
empleo para estas personas, ¿qué hace pensar que el sector público
puede garantizar trabajo a los desempleados?
Hay un interés privado y otro interés público. El pleno empleo no es la
razón de ser del sector privado, que opera sobre la base de lo que es
rentable, lo que se puede vender. El sector público tiene una función
completamente diferente. Se supone que debe proporcionar bienes públicos
que todos puedan disfrutar.
Por lo tanto, cuando se crean empleos en el
sector público hay que medirlos de manera completamente diferente: no
si generaron un beneficio para el gobierno, sino si proporcionaron el
servicio público o resolvieron el problema social que interesaba al
gobierno. Si hay pobreza y desolación en las zonas rurales, el objetivo
no es si un proyecto obtiene un 2% o 5% de beneficio, sino si se han
eliminado la desolación y la pobreza.
El sector público tiene que hacer lo contrario que el sector privado.
Los gobiernos funcionan en la economía actual tratando de imitar las
prácticas de empleo del sector privado: minimizar los costes, maximizar
los ingresos. Ésa no es la función del gobierno. El sector privado es el
que determina el empleo a lo largo del ciclo económico. Cuando el
sector privado ya no necesita a sus empleados, es responsabilidad del
sector público absorberlos.
Tiene que funcionar en el mercado de trabajo
como una fuerza contracíclica, igual que lo hace en otras áreas.
Sabemos que el presupuesto es anticíclico, es decir, que cuando el
sector privado no genera ingresos y no puede gastar más, el gobierno
gasta más. Cuando el sector privado genera muchos ingresos y gasta más,
el sector gubernamental gasta menos. Hay que pensar exactamente en esos
términos, pero referidos al desempleo.
Dentro de la zona del euro, nuestros gobiernos están preocupados por el
déficit. Por lo tanto, si un proyecto público realiza una ganancia o
una pérdida es una consideración importante.
Hay restricciones fiscales dentro de la zona del euro. Pero el déficit
presupuestario no depende del programa de garantía laboral. Depende de
toda una serie de otras consideraciones. Siempre hay que estudiar el
déficit público en relación con el déficit y el superávit del sector
privado.
Si el sector privado desea ahorrar, para la jubilación, para el
futuro, para afrontar contingencias, entonces el gobierno termina por
aumentar su déficit. Estas dos cosas son complementarias. Si el sector
privado compra gran cantidad de productos desde el extranjero, eso es
ahorro para los extranjeros, luego el sector público por definición
desahorra.
El programa de Garantía de Empleo tiene efectos tan positivos sobre el
PIB, y efectos multiplicadores sobre el empleo privado, que mi
expectativa es que el desembolso inicial para la garantía laboral va a
ser mucho menor que lo que actualmente estamos pagando por el desempleo y
todos sus costes.
Pasemos a otras áreas de su
trabajo. Usted alcanzó una cierta celebridad hace un par de años con un
gráfico sobre las recuperaciones económicas en los EE.UU. ¿Puede
explicar lo que encontró y por qué era importante? (En la imagen, Bernie
Sanders utilizando el gráfico de la pregunta)
Sus lectores están probablemente familiarizados con el trabajo de
Thomas Piketty que -–con un colega de Berkeley, Enmanuel Saez– recopiló
una gran base de datos de impuestos en los Estados Unidos. Tomé esos
datos y miré cómo los ingresos cambiaban para diferentes grupos a lo
largo del ciclo económico.
El gráfico en cuestión responde a la
pregunta: cuando la economía crece, ¿quién gana? Y lo que encontré fue
que, cuando se mira el período de posguerra, en cada expansión en
Estados Unidos el 90% inferior –de hecho el 99% inferior– recibe una
parte cada vez menor del crecimiento.
Por lo general, el 99% inferior se
lleva la mayor parte, pero esa parte se ha ido encogiendo, y después de
los años 70 y 80 ha sido el 1% superior el que ha captado la gran
mayoría del crecimiento. Tanto es así que en esta última expansión,
después de la gran crisis financiera, la economía creció pero los
ingresos reales de la gran mayoría de los estadounidenses se redujeron." (Miguel Carrión
, eldiario.es, 25/01/2017)
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