"(...) El Levy Economics Institute representa
uno de los centros académicos que con mayor rigor ha descrito la crisis
económica mundial y su concreción en la Eurozona. Esto le ha llevado a
acertar en sus predicciones económicas y a ir tomando mayor peso tanto
académico como político y en los medios de comunicación.
Desde el Levy
se ha desarrollado también la llamada Teoría Monetaria Moderna, un
penetrante conjunto de hipótesis científicas que viene a sostener, entre
otras cosas, que la soberanía monetaria de un Estado le permite poder
aumentar el gasto público e incurrir en déficit casi tanto como se esté
dispuesto a hacer políticamente, ya que como emisor de moneda, nunca
podrá quedarse sin ella.
Uno de loss máximos exponentes –y creador en
buena medida de este enfoque— es el profesor Randall Wray, antiguo
discípulo de Hymann Minsky con el que coincidimos en Atenas y que
amablemente nos concedió su tiempo para la entrevista que sigue,
realizada para Sinpermiso por nuestros colaboradores, los jóvenes
economistas Laura De La Villa y Ayoze Alfageme.
Las conferencias dieron para mucho y no fueron pocos
los acertados análisis y las propuestas para solucionar el embrollo al
que se ha llevado a los países de la Eurozona. Pero quizá se podría
resumir con las propias palabras de quien nos concede esta entrevista:
“Lo difícil no es encontrar la solución económica al problema, lo
difícil está en encontrar la disposición política para arreglarlo”.
El trabajo de Keynes es fundamental para el desarrollo
de la Teorís Monetaria Moderna. ¿Puedes describir cuáles son las
principales aportaciones de este autor?
Si se quiere resumir la Teoría General
de Keynes, que es su libro más importante, diría lo siguiente: Las
empresas producen tanto producto como creen que serán capaces de vender,
y dan trabajo a la cantidad de trabajadores que esas empresas creen que
necesitarán para producir la cantidad de producto que piensan vender.
Esta es la esencia que podría resumir la Teoría General,
y, resulta que es un punto de vista totalmente diferente del de la
visión ortodoxa de la economía. Ya que la economía ortodoxa cree que,
por ejemplo, el desempleo es causado porque los salarios son demasiado
altos, por lo que la solución serían menores salarios. Keynes dice: no;
tienes desempleo porque las empresas no quieren emplear más trabajadores
ya que no creen que puedan vender más productos.
Desde este punto de
vista, la solución al desempleo es que tu tienes que incrementar la
cantidad de producto que las empresas pueden vender antes de que ellas
comiencen a incrementar el empleo. No hay nada que resolver en el
mercado de trabajo: la producción no depende del mercado de trabajo;
depende de lo que las empresas piensen que pueden vender.
Otra diferencia importante de Keynes tiene que ver con
la noción del dinero, muy distinta de la de los economistas ortodoxos.
¿Cuál es esa noción del dinero con la que Keynes trabaja?
El dinero es siempre crédito, IOU [I owe you:
pagaré], y el sistema monetario es siempre un sistema de créditos y
débitos. Una vez más, esta visión es completamente diferente de la
visión de los economistas ortodoxos, la cual es históricamente falsa.
Tan lejos como retrocedamos, siempre encontramos que el dinero es IOU,
un crédito.
Existe la fantasía de que hubo un tiempo en que teníamos la
mercancía-dinero, que es la idea de que si tu tienes una moneda de oro,
el valor de esa moneda está determinado por la cantidad de oro que
contiene, pero esto es falso.
Ahora sabemos que las monedas circulaban
normalmente muy por encima de su valor en oro. Sabemos que en la corte,
si volvemos a los tiempos antiguos, el valor de las monedas era
determinado por la corte, y el valor era nominal, no real. Por lo que el
valor de la moneda vale por lo que el emisor de esa moneda le da como
valor, y no por la cantidad de oro que contiene. Así que esta visión de
que tenemos algo llamado dinero-mercancía es falsa.
Las monedas siempre fueron emitidas como pagarés, como
créditos de la corona, y su valor se determina por el valor que dijese
la corona.
Si miras en todas las monedas, nunca está escrito una
libra y nada más. Está la fotografía de un rey en un lado y
probablemente un figura mística en el otro lado, y vale lo que el rey
dice que vale, y son aceptadas por el rey como pago conforme a ese valor
declarado. Eso es lo que determina su valor, no el oro.
La pregunta que suscita inmediatamente esta
explicación es: ¿si no había nada que soportara el valor de las monedas,
por qué eran aceptadas?
Las monedas son siempre redimibles o reembolsables,
tal y como lo es un pagaré, un crédito. La redención consiste en que
cualquier emisor de un pagaré debe aceptarlo como pago o reembolso. Esta
es la ley fundamental de un pagaré, y es cierta para cualquier emisor
de pagarés.
Los bancos aceptan como pago sus propios créditos o pagarés
cuando tu devuelves un préstamo, por lo que el banco crea un pagaré
cuando concede un préstamo y acepta como pago lo que llamamos una
demanda de depósito, aceptando de vuelta el mismo pagaré, cuando pagas
el préstamo. En ese punto, este pagaré se cruza en las hojas de sus
balances.
Con el Estado pasa lo mismo: emite un pagaré al que
nosotros llamamos moneda, y lo acepta de vuelta como pago. La mayoría de
pagos que hacemos al Estado son impuestos, pero en el pasado eran
tasas, multas, diezmos y tributos o tarifas. Lo que respalda la
aceptación de la moneda es la promesa de que será aceptada en los pagos
al Estado, normalmente impuestos.
Por eso decimos nosotros que “los
impuestos impulsan el dinero”. En otras palabras, es el sistema
tributario el que está detrás de la moneda, es lo que le da valor. La
gente aceptará esa moneda al menos hasta el valor de pago que tengan que
hacer en impuestos, y probablemente bastante más que eso.
Otro autor fundamental para entender la Teoría
Monetaria Moderna es Hyman Minsky, quien dedicó gran parte de su trabajo
a realizar una interpretación del trabajo de Keynes alejada de la
síntesis neoclásica del “keynesianismo bastardo”, aunque también
desarrolló sus propias ideas. ¿En qué puntos fue el trabajo de Minsky
más allá del trabajo del propio Keynes?
Definitivamente el trabajo de Minsky va más allá de lo explicado en la Teoría General.
En ésta Keynes dice que los detalles monetarios quedan en segundo
plano. Esto lo deja claro en el libro y se centra en la teoría de la
demanda efectiva y en una teoría de la inversión y en cómo la inversión
impulsa la demanda (esta es la idea del multiplicador económico, que se
ha convertido en uno de los principios básicos en economía).
Al ser la
inversión impulsora del sistema económico, la teoría de keynesiana del
ciclo económico es una teoría del modo en que la inversión determina el
ciclo económico. La inversión está, a su vez, determinada por las
expectativas a largo plazo, y éstas son realmente volátiles. Por lo que
cuando las expectativas son bajas, la inversión desciende y nos
encontramos con una depresión.
Esta es una versión muy resumida de la teoría del
ciclo económico de Keynes. Lo que Minsky añade a esto es una teoría
financiera de la inversión. Si leéis la Teoría General,
os daréis cuenta enseguida de que [Keynes] deja fuera cómo se financia
la inversión. Lo que Minsky aporta a esta teoría del ciclo económico es
la teoría financiera de la inversión, cuyo núcleo es la célebre
Hipótesis de Inestabilidad Financiera.
Es verdad que Keynes había hablado antes sobre la financiación de la inversión, pero no en la Teoría General.
Así que, de algún modo, Minsky volvió atrás para recuperar la teoría
financiera de Keynes y actualizarla para la situación en que él mismo
vivió, ya que el sistema financiero había evolucionado mucho desde los
tiempos de Keynes. En resolución: la mayor aportación de Misnky es su
actualización la teoría financiera.
Minsky habló en sus últimos trabajos de un
“capitalismo de gestores del dinero”; otros han introducido el
neologismo “financiarización” para referirse al mismo proceso. ¿Cómo
podemos analizar desde su perspectiva la creciente importancia de las
finanzas en las dos últimas décadas, y qué tiene que ver eso con la
actual crisis global?
En el último trabajo de Minsky, de algún modo, volvió a
las ideas de su tutor de tesis doctoral, [el economista austriaco
Joseph Alois] Schumpeter. Schumpeter tenía un enfoque por etapas de la
evolución de la historia económica, de acuerdo con el cual los bancos
eran los éforos de la economía.
También desarrolló una teoría de la
innovación para dar cuenta del cambio en el proceso productivo. Minsky
recogió todas estas ideas y elaboró su propio enfoque, porque Schumpeter
sólo llegó a prestar atención a la parte no financiera de la
innovación, mientras que Minsky se concentró en las innovaciones
financieras.
El resultado arrojó una perspectiva analítica en la
que las innovaciones financieras determinaban el paso de una etapa a
otra. Se puede decir que Minsky adaptó la ideas de Schumpeter a otra
realidad, y sacó unas conclusiones diferentes. En el enfoque de Misnky,
en el capitalismo temprano se configuró la etapa comercial del
capitalismo: unos pocos bancos comerciales eran las instituciones
financieras dominantes de la economía y suministraban financiación a
corto plazo para cubrir los pagos de la masa salarial y los vencimientos
a corto de los préstamos.
Después, en los primeros años del siglo XX, se
desarrolló el “capitalismo financiero”, un término acuñado por
Hilferding y Veblen, y se desarrolló la teoría del ciclo económico
empresarial. Ese capitalismo financiero colapsó con la Gran Depresión.
La mejor interpretación de ese proceso la ogreció el libro [clásico] de
John K. Galbraith The Great Crash, en donde se
describía la financiarización, la manipulación, la corrupción y la
especulación que llevaron al desplome.
En la visión de Minsky, 1929 fue
el final de la etapa del capitalismo financiero. Se salió de la Segunda
Guerra Mundial con la entrada en una nueva etapa del capitalismo, a la
que él llamó Welfare State Manager, o de gestión del Estado de
Bienestar, conocido en Europa como el Estado Democrçatico y Social de
Derecho de la socialdemocracia de postguerra.
Una etapa del capitalismo en la que las finanzas casi
no tienen importancia y en la que el sistema financiero fue
drásticamente reducido y severamente regulado, y en la que fueron
estrictamente separadas la banca de inversión y la banca comercial (al
menos, en los Estados Unidos). Se acumuló gran cantidad de deuda
pública, por lo que las carteras de inversión se mantuvieron seguras y
se tenía un gran Estado capitalista donde el gobierno jugaba un papel
muy importante en punto a mantener alta la demanda agregada.
Esta estapa del capitalismo fue, y por mucho, la mejor
época del capitalismo en términos de crecimiento económico y
estabilidad: no hubo una sola crisis financiera en dos dos décadas.
Pero, como solemos decir, la estabilidad [capitalista] es desestabilizadora,
y un tipo de capitalismo realmente estable fomenta innovaciones
financieras que van haciendo el sistema más y más frágil, hasta que
encontramos que el capitalismo se convierte en lo que Minsky llamó Money
Manager Capitalism o Capitalismo de los Gestores del Dinero. En buena
medida, eso es un regreso al capitalismo financiero.
Así que retrocedimos en el tiempo hasta principios del
siglo XX. Y cosechamos prácticamente el mismo resultado: ellos tuvieron
el 29 y nosotros tenemos el 2007, cuando ocurrió el colapso financiero
mundial. La diferencia con el capitalismo financiero es que ahora
tenemos bancos centrales y un gran sector público. Es básicamente por
eso por lo que no hemos entrado en una gran depresión (todavía).
En los treinta, así pues, se apuntó al corazón del sistema financiero para combatir la depresión…
Así es. En los años treinta matamos al sistema
financiero y pusimos brida a los financieros, con lo que no pudieron
levantarse: les llevó más de treinta años recuperarse y crear otra gran
crisis financiera.
El problema ahora es que, en vez de derrocarlos,
cerrar las grandes instituciones financieras, reformar el sistema
financiero, etc. etc, ahora les hemos dicho que vuelvan a lo mismo y que
lo hagan otra vez. Por lo que probablemente nos dirigimos a un nuevo
colapso. Las dos grandes diferencias serían: ahora tenemos un gran
Estado y grandes Bancos Centrales, y ahora no hemos tocado un pelo al
sistema financiero
De manera resumida, ¿cuáles serían los puntos más importantes de la Teoría Monetaria Moderna (TMM)?
La TMM comienza con la descripción del gasto público y
explica por qué un Estado soberano que emite su propia moneda no es
como un hogar, una empresa o un Estado que no emite su propia moneda.
Las opciones políticas de un Estado que emite su moneda son
completamente diferentes.
El caso es que, desde los 60, se ha impuesto en la
opinión pública la idea convencional de que un Estado es como un hogar:
esa falsa idea se ha convertido en un lugar común. Ahí teneís a Obama,
sirviéndose tan tranquilo de esta analogía de mal sentido común, y
diciendo que el Estado, lo mismo que cualquier hogar privado, no puede
incurrir continuamente en déficit, lo cual es completamente falso.
Continuemos con el enfoque de los balances sectoriales
usado en la TMM. ¿Podrías explicar de qué se trata y cómo desde esta
visión la austeridad no tiene ningún tipo de sentido?
Al final todo se resumen en que los balances deben
cuadrar. La idea de que la austeridad, que busca reducir el déficit
presupuestario, es buena para la economía carece de cualquier tipo de
sentido. No hace falta ser un keynesiano para entender que si recortas
el presupuesto público y aumentas los impuestos, te estás empujando a la
recesión. Esta es una idea keynesiana muy sencilla.
El volumen del déficit presupuestario del Estado tiene
que ser consistente con los balances de los otros dos sectores (sector
privado interno o nacional y sector exterior). Esto nunca ha estado en
cuestión. Lo que se sugiere ahora es que, si el Estado lo quiere
realmente, puede reducir su déficit, lo cual no es cierto. Tu no puedes
reducir tu déficit presupuestario, a menos que algo ocurra en uno de los
otros dos balances, o en ambos. En definitiva, que el comportamiento de
los otros balances te permita hacerlo.
De hecho es muy poco probable que al tratar de reducir
el déficit público, los otros dos balances se muevan en la dirección
correcta. Si reduces el déficit presupuestario aumentando impuestos y
recortando el gasto público, para algunos países puede significar una
mejora en la cuenta corriente, probablemente se importe menos y puede
que se exporte algo más, siempre a costa de frenar su economía.
Lo más
probable es que el sector privado se mueva en la dirección que no
deseas, porque cuando este sector se asusta, prefiere ahorrar más y
gastar menos, pero no pueden ahorrar más si el gobierno está reduciendo
su déficit presupuestario. El déficit público es el modo por el cual el
sector privado ahorra. Así que esta fórmula de la austeridad no va a
funcionar.
Cuando entiendes que el sector privado en su conjunto
normalmente quiere tener superávit –quieren gastar menos y ahorrar más— y
acumular riqueza financiera, entonces se torna claro que tienes que ser
un país como Alemania, que siempre puede tener un superávit por cuenta
corriente, o si no, tienes que incurrir siempre en déficit público. O lo
uno o lo otro. Estados Unidos no puede tener un superávit comercial,
por lo que tenemos un gran déficit público, que debe ser al menos tan
grande como para cubrir al sector privado y al déficit por cuenta
corriente.
En tiempos normales, en los EEUU el déficit debe ser
del 6% del PIB, que es un gran déficit. Muchos economistas ortodoxos,
bueno no muchos, pero sí muchos keynesianos ortodoxos aceptarían un 6%
de déficit en malos tiempos, pero piensan que, en condiciones normales,
eso es demasiado.
Desde esta perspectiva queda claro el fracaso de las políticas practicadas en los países de la zona euro como Grecia o España…
Yo no pondría el énfasis en los países de forma
individual. Una vez entiendes la TMM y el enfoque de los balances
sectoriales, diría que todo lo establecido es incorrecto.
Se divorció a cada país de su propia moneda (por eso
no culpo a los países de manera individual, ya que eso ya estaba hecho),
y una vez ahí, ya no fueron nunca más emisores de moneda, fueron
usuarios de una moneda: perdieron el espacio político para hacer lo que
un Estado emisor de moneda puede hacer. Con lo que no se puede decir que
debían haber hecho esto o aquello; simplemente no podían.
El segundo punto es que cuando tu creas una unión
monetaria, sabes que dentro de la unión, por cada país que tenga un
superávit comercial debe haber al menos otro incurriendo en déficit para
compensarlo. Se estableció un sistema en el que, a través de la
eurozona, los balances deben cuadrar.
Es cierto que se podría tener un
superávit contra el resto del mundo; sin embargo, esto no va a ocurrir;
no, al menos, con un volumen significativo. Porque Europa es demasiado
grande y se enfrenta al mismo problema que EEUU y al mismo problema con
que se encontrará China en los próximos cinco años. El mundo no es
suficientemente grande como para que la Eurozona tenga un superávit
comercial suficientemente grande.
La demanda mundial no es ni de lejos tan grande para que la Eurozona sea un exportador neto…
Además, debe competir con 2 mil millones más de
trabajadores que se han unido a la fuerza de trabajo mundial en India y
China. No solo no hay suficiente demanda; es que no puede competir
tampoco basándose en los salarios.
Ahora mismo, cualquier cosa que en
Europa se pueda fabricar, China lo puede hacer mucho más barato, y
mientras siga habiendo más o menos un libre mercado comercial, no hay
modo de poder competir con China. Simplemente, no hay modo de que Europa
pueda llegar a ser un exportador neto. De modo que los superávits
exportadores serán en contra de los Estados miembros de la Eurozona.
En la Unión Monetaria Europea, su mayor economía,
Alemania, quiere tener siempre, continuamente, un superávit comercial, y
seguro que lo querrá en el futuro y que actuará en consecuencia. Ese
superávit es muy grande: el 6% de su PIB.
Por lo que, siendo Alemania un
40%, más o menos, del total de la economía de la Eurozona, y sabiendo
que solo el 50% de una economía puede estar en superávit, y que, por lo
tanto, el otro 50% tiene que estar en déficit, se ve claro que se tendrá
a unos cuantos países de la Eurozona incurriendo perpetuamente en
déficit comercial.
Supongo que con esto ya está el fracaso asegurado. Una
vez has cedido el espacio para tu política fiscal y teniendo presentes
los balances de los tres sectores, no hay modo de que el sector privado
de los países de la periferia puedan tener un superávit. Justamente es
lo contrario. Habéis tenido un gran déficit del sector privado, una gran
acumulación de deuda privada y una gran crisis financiera. No se puede
tener un déficit comercial y un sector privado ahorrando, a menos que se
incurra en un fuerte déficit público.
Así que un déficit del 10% del PIB en los países de la
periferia debería ser la norma. Igual que en EEUU lo normal es un
déficit del 6%. Vuestro déficit debe ser mayor, porque tenéis esa gran
economía alemana que insiste en tener un perpetuo superávit comercial.
Entonces, si tenéis un gran déficit comercial y el sector privado
queriendo ahorrar, el sector público debe incurrir en déficit, pero
tenéis una restricción política que os impide poder hacerlo: el sistema
no debería poder funcionar.
Bueno, ¿qué ha estado pasando entonces?
Durante la última década, los españoles han estado
dispuestos a incurrir en un déficit privado y acumularon un gran montón
de deuda, peor que en los EEUU. Lo que tenemos, pues, es una economía
que incurrió de manera insostenible en un déficit del sector privado.
Luego está Italia, que solía tener un gran superávit privado, pero
estuvieron dispuestos a reducirlo considerablemente.
Aquí está otro
punto que le permitió a Alemania continuar con su gran superávit. Los
españoles dispuestos a comprar, Italia reduciendo su ahorro para comprar
más y enviando toda la producción a Alemania.
Por otro lado estaba
Grecia, una pequeña economía, incurriendo en un gran déficit exterior y
el gobierno incurriendo en déficits mucho mayores de los que habían
reconocido, igual que Italia. Con esta situación podías ir tirando un
tiempo, pero no demasiado, ya que era insostenible. Y sigue siendo
insostenible, ya que nada ha cambiado realmente. (...)"
('La Teoría Monetaria
Moderna, la crisis del capitalismo financiarizado y la catástrofe de las
políticas económicas de austeridad. Laura De La Villa y Ayoze Alfageme entrevistan a Randall
Wray', Randall Wray
, Sin Permiso, 17/11/2013)
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