28/11/17

El FMI acaba de emitir un comunicado de apoyo a la renta básica... quieren que las grandes corporaciones sigan haciendo beneficios, pero ahora están asustados por la posibilidad de que el fascismo vuelva a ser una realidad

"(...)El FMI mira con buenos ojos la renta básica. ¿Es una buena noticia o una señal de aviso ante los “usos torticeros” de la renta básica de los que alertó en alguna ocasión?

El año pasado me invitaron a hablar en el Club Bilderberg, una organización internacional de derechas en la que se reúnen las personas más poderosas del mundo, y pensé que era un chiste. 

Después me llamaron a casa y me preguntaron que por qué no había respondido a la invitación y les contesté que pensaba que era una broma de mis amigos, pero me dijeron que no, que iba muy en serio y que querían que fuera. Les pregunté a varios de mis amigos y todos y cada uno de ellos me dijeron que sí, que debía ir y hablarles del precariado. 

Así que fui y en la primera fila, a pocos metros, tenía a Henry Kissinger y al lado estaba Christine Lagarde, la directora gerente del FMI. Allí estaban, tomando notas. Al final, durante la comida, Lagarde vino a comentarme lo interesante que era toda la cuestión del precariado y que debían ponerse a pensar seriamente sobre la renta básica.

Más tarde, me invitaron al Foro Económico Mundial, y allí había dos ponentes: Christine Lagarde y yo. Al finalizar, le expresé a Lagarde mis condolencias por tener que escucharme dos veces y me contestó que, al contrario, que tras lo que había escuchado, apoyaba la renta básica. 

Y, efectivamente, el FMI acaba de emitir un comunicado de apoyo a la renta básica. No soy ingenuo, no pienso que el FMI de repente va a ser un agente revolucionario, pero es una de las grandes cosas que ha sucedido en los últimos dos años. 

Como escribía en 2011 “a menos que se intente poner remedio con carácter urgente a las inseguridades y desigualdades a las que se enfrenta el precariado, surgirá un monstruo político”, y el año pasado muchos lectores me escribieron diciéndome que “tu monstruo político ha llegado y es Donald Trump”.

Lo que ha pasado es que mucha de esta gente, incluyendo el FMI, quieren una sociedad de mercado, que las grandes corporaciones sigan haciendo beneficios, pero ahora están asustados por la posibilidad de que el fascismo vuelva a ser una realidad. Este fascismo podría llegar de Francia, del Brexit, está llegando con Trump, ya que día a día se supera y es peor de lo que pudiéramos imaginar. 

El peligro es que si creas una sociedad donde millones y millones de personas están enfrentándose a la inseguridad y miran a esta plutocracia que gana billones y billones, no es sorprendente que apoye a Trump.

 La parte más estudiada del precariado no está haciendo eso, pero la otra parte, la que se da cuenta de que fue más fácil para sus padres, que creen que pueden conseguir más seguridad y más respeto, miran atrás y apoyan a Trump o apoyaron el Brexit.

 ¿Tiene entonces la izquierda algo en común con el FMI?

El FMI se ha dado cuenta de que la desigualdad es demasiado grande, que hace el sistema económico insostenible, y entiende que a medida que el precariado crece y los problemas de deuda crecen, deudas estudiantiles, deuda privada, deudas por la casa... vamos a una nueva crisis. Se han dado cuenta de que la grotesca desigualdad frena el crecimiento económico. 

No voy a esperar que el FMI se vuelva una institución ecologista que quiere una sociedad diferente e igualitaria. No podemos esperar eso, es el FMI, pero el hecho es que ahora son un aliado en este punto. Eric Schmidt, uno de los directivos de Google, o Mark Zuckerberg, de Facebook, vinieron en aquella reunión a decirme que estaban a favor de la renta básica.  (...)

¿Hay una solución contra los “monstruos políticos” que surgen de la situación actual?

Soy optimista en el largo plazo. La parte del precariado que mira atrás ha llegado a su límite, mientras que el precariado que ha estudiado más, que sale de la universidad y ve que no tiene un futuro, está creciendo día a día. Simbólicamente se puede ver un cambio en la balanza. Estamos en un punto de inflexión, en un momento decisivo. 

Es cierto que el precariado no existe como un grupo, pero la historia va muy rápido en los últimos años y va cambiando su percepción. En vez de ver fracaso cuando se miran en el espejo, ven cómo toda su generación es parte del precariado. “¿Por qué debería avergonzarme?, podría estar enfadado”, se dicen. 

Surge un sentido de la identidad y, si tienes un sentido de la identidad, empiezas a tomar conciencia de tu protagonismo, de que puedes hacer algo. Se está extendiendo esa visión progresista y por eso la renta básica es una obviedad para parte de ese precariado. Hace diez años cuando hablaba de la renta básica me miraban con escepticismo, y ahora no es que digan que es imposible, es que dicen que deberíamos implantarla ya.

La pregunta recurrente respecto a la renta básica es su financiación, pero se suele dejar de lado su impacto psicológico. ¿Qué efectos podría tener en la vida de la gente?

Los efectos psicológicos los pudimos comprobar en un proyecto piloto en India. Tras dos años con la renta básica, les preguntamos qué había hecho la renta básica por ellos y ellas. Una respuesta en la que coincidieron fue que les había dado el sentimiento de tener control sobre su vida. 

Había una mujer en aquel proyecto piloto que había perdido las piernas y era muy pobre, no podía permitirse tener un sari. A partir de que entró en el proyecto de renta básica pudo comprar una máquina de coser, se convirtió en la modista del pueblo y, por fin, pudo tener su sari. La renta básica es dar dignidad a las personas. 

Lo peor para el precariado es que pierde derechos y te conviertes en un pedigüeño, todo el día tienes que pedir favores a la burocracia, a la familia, pedir trabajo... Alguien me escribió que estar en el precariado es como intentar correr en arenas movedizas, te hundes  constantemente y, por mucho que corras, sigues hundiéndote. Eso es psicológicamente destructor."  

(Entrevista a Guy Standing, economista y analista social, cofundador de la Red Mundial de la Renta Básica y profesor en la Universidad de Londres, Beatriz Viado, El Salto, 27/11/17)

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