15/1/18

Que el movimiento feminista se ponga como objetivo una huelga mundial de mujeres el próximo 8M es sin duda un síntoma de que vamos avanzando, y mucho...

"(...) La cuestión no es si el feminismo está o no de moda, ni tampoco si es ganador o no (aunque esto último sea importante tenerlo en cuenta para un proyecto político). Lo que debemos pensar como feministas es qué proyecto y qué tipo de feminismo necesitamos para avanzar hacia una sociedad de iguales. 

Como dice Nancy Fraser la cuestión es si elegimos un feminismo neoliberal basado en una idea de libertad, igualdad e independencia de corte meritocrático e individualista, o si por el contrario elegimos aquel que plantea una idea de libertad basada en la democracia radical que apuesta por la paridad absoluta en la participación en todas las esferas de la vida social. Ahí está la disputa. 

Porque el peligro evidente que corremos es que tanto en este país como en el mundo la lucha de las mujeres pueda terminar siendo hegemonizada, dirigida o incorporada a proyectos de ultraderecha como el del Frente Nacional en Francia, o el del Partido Popular en España, donde perfiles como el de Cristina Cifuentes pueden llegar a aparecer como defensores de los derechos de las mujeres, como en su momento y en sus partidos Thatcher o Clinton,  aun cuando sus políticas reales estén en realidad en las antípodas del feminismo. 


Por tanto lo importante es dotar de contenido a la palabra “feminismo” y de estrategia al movimiento. Huir de nociones basadas únicamente en valorizar lo femenino y apostar por cuestionar radicalmente la diferencia de roles y el reparto de poder dentro de esta sociedad; combatir el discurso de la igualdad de oportunidades aplicado a la lucha de las mujeres, así como la concepción de que el empoderamiento es algo individual, y combatir también las simplificaciones, siempre útiles a los privilegios masculinos, de que situar a mujeres en puestos de visibilidad servirá por arte de magia para “desmasculinizar” y convertir todo lo que tocamos en cuidadoso, amable y dialogante.


El feminismo transformador debe ir más allá del discurso, generando espacios de organización social de mujeres y redes de apoyo mutuo conformadas desde la experiencia de la lucha personal y política. 

También debe ir mucho más allá del discurso centrado en la denuncia de la violencia machista para cuestionar las estructuras mismas de poder y el modelo económico que se sostiene sobre la transferencia permanente de trabajo gratuito desde las mujeres hacia el conjunto de la sociedad y al sistema capitalista. Podemos llegar a pensar en un patriarcado desconectado del capitalismo depredador de derechos y del planeta, pero la realidad es que no es posible separarlos. 

El capitalismo actual tal como lo conocemos necesita del patriarcado para subsistir. Por eso el feminismo tiene que plantar políticas de cambio estructural y de defensa de los servicios públicos, poniendo en jaque los pilares fundamentales de esta sociedad y sus instituciones, como la judicial, por ejemplo, como ya está haciéndose; atreviéndose a poner en cuestión el poder masculino en su conjunto. 


Cuando pensamos en por qué el año 2017 ha sido un año feminista vemos que no es baladí que la mayoría de medios de comunicación u organismos como Naciones Unidas se hayan centrado casi exclusivamente en el abuso sexual. Porque a pesar de que la campaña #MeToo haya demostrado que este abuso es sistémico, también puede ser fácilmente vinculado a problemas individuales de determinados hombres. 

No es casual tampoco que estas instituciones o medios estén muy dispuestos a centrarse en la violencia machista y muy poco en la precarización del empleo para las mujeres, el aumento de la pobreza entre ellas o la persistencia de la brecha salarial o en la lucha de las trabajadoras de Inditex. Así pues debemos poder generar memoria colectiva y construir nuestra propia agenda. 


Que el movimiento feminista se ponga como objetivo una huelga mundial de mujeres el próximo 8M es sin duda un síntoma de que vamos avanzando, y mucho; síntoma también de que en la batalla importante, la de qué proyecto es capaz de hegemonizar y dirigir la lucha de las mujeres por independizarse y ser tratadas como iguales y libres, vamos ganando."                   (Isabel Serra, CTXT, 09/01/18)

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