8/7/21

Alemania, la economía europea del hidrógeno y el rol de España

 "El hidrógeno es el nuevo foco de atención entre los policy makers y empresas involucrados en la transición energética. Para cumplir con los objetivos europeos de reducción de emisiones no basta con la integración a gran escala de energías renovables en el sistema eléctrico.  

Existen procesos y sectores económicos que no se pueden electrificar fácilmente y, por lo tanto, no se pueden abastecer de electricidad renovable. Se trata, sobre todo, de procesos industriales a altas temperaturas como la producción de acero y la industria química, así como ciertos tipos de movilidad pesada de larga distancia. Para su descarbonización, la industria ve fundamental una economía de hidrógeno verde europea que incluya un aumento significativo de su disponibilidad de hidrógeno, un abaratamiento también significativo, infraestructura para transportarlo y un marco regulatorio estable y claro.

Otras grandes potencias, como EE.UU. y China, están siendo más rápidos en el desarrollo de su infraestructura y en el escalamiento de la tecnología fuera de laboratorio. Los países de la Unión Europea se suman ahora a la carrera por el liderazgo. 

En muchos de los planes nacionales de recuperación post-Covid-19 del fondo Next Generation EU, el hidrógeno renovable tiene un rol clave. Alemania, por ejemplo, dedica 3.700 millones de euros directamente a su estrategia nacional en este terreno, y hasta 5.700 millones de forma indirecta a través de programas de infraestructura y movilidad sostenible. Para Alemania, el hidrógeno es tan importante que copa un tercio de las inversiones totales del Plan de Recuperación, que también cubre otros macro-temas como la sanidad y la digitalización.

Esto es porque el país persigue alcanzar el liderazgo en hidrógeno. Los objetivos alemanes comprenden aspectos de tecnología, input (electricidad renovable), mercado, infraestructura, regulación y cooperación europea:

  • Inversiones en I+D en tecnología, y en proyectos de demostración como base para la implementación a gran escala (tanto generación como uso de hidrógeno).
  • Aumento masivo en la disponibilidad de electricidad renovable para la electrolisis.
  • Creación de un mercado de tecnologías de hidrógeno (lead market).
  • Creación de un marco regulatorio nacional y preparación de un marco regulatorio europeo.
  • Cooperación con Francia a través de los IPCEIs (Important Projects of Common European Interest), enfocada en proyectos de infraestructura.
  • Cooperación transfronteriza con otros países europeos, con el objetivo de que sean potenciales exportadores de hidrógeno verde a Alemania.

La cooperación europea es una pieza imprescindible en la estrategia germana de hidrógeno, ya que es prácticamente imposible que Alemania pueda generar todo el que necesita sin importaciones. Estudios científicos de Fraunhofer ISI o Agora Energiewende indican que la producción alemana de hidrógeno se centra en la costa norte del país, cerca de las grandes plantas de electricidad eólica en el mar. Como la mayor demanda está en los centros industriales del centro-oeste y sur del país, se establecerá una red nacional. Pero para satisfacer toda esa demanda es muy probable que, además, se pongan en marcha interconexiones europeas.

En el contexto europeo, y respecto a la disponibilidad de grandes cantidades de electricidad renovable a bajo coste para la electrolisis, se identifican tres potenciales exportadores de hidrógeno a Alemania: los países del norte de Europa, Reino Unido y España, por sus respectivos altos potenciales para energías eólicas y solares. Desde la perspectiva germana, sería deseable establecer corredores europeos de hidrógeno norte-sur, conectando con dichos exportadores. 

Mientras que importaciones de hidrógeno desde los países mediterráneos de Mena (‘Middle East North Africa’) serían posibles a través de España o Italia, de momento no está claro si el hidrógeno procedente de esta región será más competitivo que el europeo

Por un lado, este territorio cuenta con unos recursos naturales, especialmente solares, excelentes que abaratan el coste de la generación de hidrógeno verde. Pero por otro, el riesgo económico para los inversores es más elevado que en el contexto regulatorio europeo, lo que se traduciría en unos costes más elevados. Asimismo, influyen factores geopolíticos y de seguridad de suministro de energía. Otras regiones del mundo también pueden ser exportadores de hidrógeno a Alemania, pero la cercanía geográfica de Mena hace que sea el candidato no-europeo óptimo. 

No obstante, Alemania parece centrarse de momento en sus socios europeos. En concreto, persigue una optimización en el uso de los recursos naturales de la UE y acoplar la generación de hidrógeno a la disponibilidad geográfica de dichos recursos. Esta cooperación se formaliza a través de los IPCEIs:

  • Construcción de grandes capacidades de electrolisis en zonas con recursos naturales adecuados para electricidad renovable.
  • Desarrollo de una cadena de valor completa y competitiva europea.
  • Emprendimiento de distintos proyectos transfronterizos (el primero, con Francia) para establecer el núcleo de la economía europea de hidrógeno.

La provisión de hidrógeno verde se complementa con la de estímulos de demanda para la parte de la industria para la que una descarbonización mediante la electrificación directa es muy difícil o costosa. En este punto, se trata de incentivar inversiones privadas a través de subvenciones y otras ayudas a la inversión en instalaciones industriales a gran escala, de forma que la tecnología de laboratorio llegue al mercado y se difunda de forma masiva y rápida. Los objetivos de energía y clima determinan que el sector de la industria también siga la senda de cero emisiones. 

Además, ahora es mucho más urgente actuar, ya que el Tribunal Constitucional alemán ha dictaminado que la ley de Cambio Climático del año 2019 es inconstitucional porque traslada la mayoría de los esfuerzos para reducir emisiones al periodo posterior a 2030, una violación de los derechos y libertades de las futuras generaciones. 

En consecuencia, una actualización exprés de la ley de Cambio Climático adelanta la neutralidad climática a 2045 (en vez de 2050) y establece objetivos intermedios nuevos y más exigentes para cada sector. Representantes de la industria alemana ven en el hidrógeno renovable una de las opciones más viables para cumplir con estos objetivos en los sectores y procesos anteriormente mencionados, pero antes de realizar inversiones millonarias exigen una estrategia nacional clara y previsible, así como un marco regulatorio estable. Desde el Gobierno se ha indicado que se está trabajando en ello. 

Clave para la estrategia española de exportación a Alemania va a ser el diseño y desarrollo de una infraestructura europea de hidrógeno en combinación con la construcción de plantas de electrolisis en un futuro próximo. Varios estudios indican que España tiene el potencial de suministrar cantidades significativas a Alemania, pero también que compite con otras fuentes

En este contexto, en un primer paso, ganan importancia los proyectos de cooperación europea en hidrógeno parecidos a como se conocen desde el ámbito de la energía renovable (Directiva europea 2018/2001/EU o RED II) y los Ipceis. Asimismo, ambos países y la Comisión Europea deben resolver el problema de la (ausencia de) regulación; por ejemplo, en cuanto a la exportación, tránsito, importación y certificación de hidrógeno verde. 

En los próximos años se conocerán los diseños del mercado y de la infraestructura europeos. A día de hoy, todo apunta a que las inversiones tanto privadas como públicas en hidrógeno verde son una opción sin arrepentimiento (no regret option)."                    

 (Christoph Kiefer  . Doctor en Economía y 'Senior Researcher' en el Fraunhofer Institute for Systems and Innovation Research (Alemania), Agenda Pública, 11/06/21)

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