29/4/12

La primera palabra registrada que significa “libertad” es la sumeria amargi que quiere decir libre de deudas y por extensión, libertad. En sánscrito, hebreo y arameo, “deuda”, “culpa” y “pecado” son la misma palabra.

"Cuando dices que al comenzar los registros históricos en torno al 3.200 ac ya hay una arquitectura financiera compleja ¿Está al mismo tiempo la sociedad dividida en clases de deudores y acreedores? Si no, cuando sucede esto. ¿Es esta la división de clase fundamental en la historia de la humanidad?

Históricamente, hay dos posibilidades. Una es la que existe en Egipto: un Estado fuerte centralizado con una administración que extrae impuestos de la población. Durante la mayoría de la historia de Egipto nunca tuvieron costumbre de prestar dinero a interés. Posiblemente, tampoco tuvieron necesidad.

Mesopotamia era diferente porque el Estado apareció de una manera irregular e incompleta. Al principio tenían unos templos burocráticos gigantescos y después palacios y no extraían impuestos, estos sólo se consideraban apropiados para las poblaciones conquistadas.

 Más bien eran complejos estatales con sus propias tierras, rebaños y fábricas. El dinero aparece como unidad de cuenta para la asignación de recursos en estos sistemas estatales.

Los préstamos a interés, a su vez, se originaron en acuerdos entre los administradores y los mercaderes que llevaban, por ejemplo, las manufacturas laneras producidas en las factorías-templo (que en el primer periodo eran, al menos en parte, casas de caridad para huérfanos, refugiados o discapacitados) y los cambiaban en tierras lejanas por metal, madera o lapis lazuli.

 Los primeros mercados que se formaron en los márgenes de estos complejos parece que operaron utilizando ampliamente el crédito y las medidas de cuenta de los templos. Este mecanismo dio a los mercaderes, los administradores del templo y otros tipos adinerados la posibilidad de dar préstamos al consumo a los granjeros que, después, si la cosecha era mala, caían en las trampas de la deuda.


Este fue el gran mal social de la antigüedad, las familias tenían que empeñar sus rebaños y sus campos, y al poco tiempo sus mujeres y sus hijos caían en la servidumbre por deudas.

Con frecuencia la gente abandonaba las ciudades, y se unían a bandas seminómadas con la amenaza de volver con fuerza para derrocar el orden establecido. Los gobernantes se dieron cuenta de que la única manera de prevenir la ruptura social completa era el “borrón y cuenta nueva”, cancelaban toda la deuda y comenzaban de nuevo.

 En realidad, la primera palabra registrada que significa “libertad” es la sumeria amargi que quiere decir libre de deudas y por extensión, libertad. Literalmente, amargi, quiere decir “volver con la madre” porque una vez que se habían cancelado las servidumbres por deuda los peones podían volver a su casa. (...)

En sánscrito, hebreo y arameo, “deuda”, “culpa” y “pecado” son la misma palabra. Gran parte del lenguaje de los grandes movimientos religiosos -concienciación, redención, contabilidad kármica y demás- están tomados de las finanzas antiguas.

 Pero es un tipo de lenguaje que siempre se muestra inadecuado y forzado para querer decir algo completamente diferente.

Es como si los grandes profetas y los maestros religiosos tuvieran que comenzar con ese tipo de lenguaje porque no había otro disponible, pero que lo hicieran para algo completamente diferente: como una manera de decir que las deudas no son sagradas y que el perdón de la deuda, la capacidad de anular la deuda o de tomar conciencia de que las deudas no son reales, son los actos verdaderamente sagrados.

¿Cómo sucedió esto? Como dije al principio la gran pregunta acerca del origen del dinero es ¿Cómo se transforma el sentido de la obligación, el “te debo una”, en algo que puede ser cuantificado con precisión? La respuesta parece ser: cuando hay potencial para que la situación se vuelva violenta.

 Si das a alguien un cerdo y te da a cambio unos cuantos pollos puede ser que pienses que es un rácano y que te burles de él, pero es poco probable que encuentres una fórmula matemática que te diga exactamente como de tacaño es tu vecino.

 Si alguien te saca un ojo en una pelea, o mata a tu hermano, es cuando empiezas a decir “la compensación tradicional es exactamente de veintisiete terneros de la mejor calidad y si no son de la mejor calidad, esto es la guerra”.

El dinero, en el sentido de un equivalente exacto, parece emerger de ese tipo de situaciones pero también de la guerra y el saqueo, del control de los botines y la esclavitud. En la Irlanda medieval, las esclavas eran la moneda de mejor calidad.

 Y se podía especificar el valor exacto de todo lo que había en una casa, a pesar de que poquísimos de esos objetos estaban a la venta en ninguna parte porque estas equivalencias se utilizaban para pagar multas o reparaciones en el caso de que alguien las rompiera.

Una vez que se comprende que los impuestos y el dinero comienzan con la guerra es más sencillo comprender lo que ha sucedido. Cualquier mafioso comprende esto: si se quiere tomar una relación de extorsión violenta, de puro poder, y encima, hacer que parezca que las víctimas tienen la culpa, hay que convertirla en una relación de endeudamiento.

 “Te debo algo, pero ahora mismo no te puedo pagar”. Es imposible saber cuantas veces han dicho esto los endeudados a lo largo de la historia. La cuestión fundamental es que el único paso posible después es decir “espera un minuto, ¿quién debe qué a quién?” y, por supuesto, esta ha sido la respuesta de los perjudicados durante muchos años, pero en el momento en que se enuncia, se esta usando el lenguaje del poder y admitiendo que deuda y moralidad son una y la misma cosa.

Esta es la situación en la que se vieron atrapados los pensadores religiosos cuando comenzaron a utilizar el lenguaje de la deuda y después lo convirtieron en otra cosa."             (Rebelión, 12/04/2012,'¿Qué es la deuda?', Philip Pilkington, nakedcapitalism.com)

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