"La historia criminal de México podría estar a punto de reescribirse. Las
declaraciones de tres agentes federales que sostienen que el exagente de la DEA Enrique Kiki Camarena fue asesinado por un miembro de la CIA,
y no por el narcotraficante Rafael Caro Quintero, cambian radicalmente
la versión oficial desde hace casi tres décadas.
La banda Los Broncos de
Reynosa ya apuntaban a esta teoría hace 25 años en uno de sus
narcocorridos pero se tomó como un chisme de cantina regado con tequila. (...)
El giro a la historia corre a cargo de Phil Jordan, exdirector del
Centro de Inteligencia de El Paso (EPIC); Héctor Berrellez, exagente de
la DEA; y Tosh Plumlee, expiloto que en ocasiones realizó trabajó para
las agencias federales.
Los tres detallaron a la cadena Fox News
que policías mexicanos y particulares estadounidenses relacionados con
la CIA participaron en las torturas a Camarena en 1985 y que incluso las
grabaron en video. Un portavoz de la CIA lo negó rotundamente: “Es
ridículo”.
La revista mexicana Proceso
hizo su propia investigación y fue más allá. “Fin de un mito”, titula
en su portada de esta semana. La publicación, con base en el testimonio
de los tres funcionarios estadounidenses, sostiene que El Gato Rodríguez
introdujo en México al hondureño Juan Matta, quien servía de enlace
entre los narcos colombianos y el cartel de Guadalajara en los años
ochenta.
En esa época Caro Quintero era “el mero mero”, el jefe de
jefes. Matta contaba con la aprobación de las autoridades (o al menos se
hacían la vista gorda) como operador de la CIA y traficaba asiduamente
con cocaína y marihuana. Parte de las ganancias las recibía la CIA, que a
su vez las destinaba a los contrarrevolucionarios de Nicaragua, que lo
utilizaban para comprar armamento. Era una forma indirecta para EE UU de
financiar la lucha contra el régimen sandinista.
Camarena
descubrió estos tejemanejes. Eso fue, según los entrevistados, su
sentencia de muerte. “La CIA mandó levantar y torturar a Kiki Camarena, y
cuando lo mataron nos hicieron creer que fue Caro Quintero para así
tapar las cosas ilegales que estaban haciendo en México”, le contó
Jordan al periodista Jesús Esquivel.
Jordan no es un cualquiera.
Como jefe de la EPIC en El Paso fue el
encargado del centro más poderoso de EE UU para vigilar la frontera
común. Fue un funcionario de alto rango, de ahí que su testimonio tenga
valor. “El caso tiene una enorme relevancia pero pasó desapercibido en
EE UU, donde andan a otra cosa. Solo una investigación sólida de una
corte penal podría sacarnos de dudas pero hay pocas posibilidades de que
eso vaya a ocurrir”, cuenta Esquivel desde Washington por teléfono.
La DEA sigue
persiguiendo a Caro Quintero, que técnicamente no puede volver a ser
juzgado por el caso Camarena pero la administración estadounidense puede
que formalice cargos en su contra por lavado de dinero. El departamento
del Tesoro ha aplicado sanciones contra empresas y familiares de
Quintero. (...)
El asesinato de Camarena se convirtió en leyenda y la figura de Caro Quintera ha sido retratada por el escritor norteamericano Don Winslow en el libro El poder del perro.
La historia de uno y otro había quedado zanjada con el ingreso en
prisión de Quintero, detenido en Costa Rica en 1985. Allí se había
refugiado de la DEA, que prometió buscarlo hasta el fin del mundo.
Camarena era el primero de sus agentes que había sido asesinado.
El considerado como el primer gran narcotraficante mexicano fue
condenado por el crimen a 40 años de cárcel y ahí debería de seguir si
no fuera por un tecnicismo legal, aprovechado por sus abogados,
que le abrió las puertas de la celda en agosto de este año.
La
liberación revivió el caso y las nuevas revelaciones aportan más
confusión si cabe a un hecho (en un sentido u otro) que ya forma parte
de la historia del narcotráfico. El dúo que formaban Los Broncos de
Reynosa en su día había dado pistas pero nadie había prestado atención a
unos hombres con sombrero blanco y acordeón." (
Juan Diego Quesada
, El País, México
15 OCT 2013 )
No hay comentarios:
Publicar un comentario