5/11/13

La polarización social ha redefinido la lucha de clases, creándose una alianza de clases (la clase trabajadora con componentes de la clase media) frente a los miembros de las élites económicas y financieras

"Aunque se acepta que en periodos anteriores las clases sociales hubieran existido, hoy se cree que han dejado de existir (o han dejado de ser relevantes en el estudio del comportamiento social) debido a los dramáticos cambios que ha sufrido la estructura social. 

En consecuencia, términos y conceptos como burguesía, pequeña burguesía y clase trabajadora han dejado de utilizarse para definir los distintos colectivos en los que la ciudadanía se ubica. En lugar de estos términos, la sabiduría convencional ha redefinido la estructura social catalogando a la población en tres categorías: los ricos, las clases medias y los pobres.

En esta categorización, a la mayoría de la población se la cataloga como perteneciente a las clases medias, tomando como característica definitoria el nivel de renta del individuo, independientemente del origen de tal renta o de la relación que tenga con los medios que producen esas rentas. 

Se incluyen así en estas clases medias un amplio abanico de rentas, que van desde los que son casi ricos a los que son casi pobres, abarcando de esta manera a la gran mayoría de la población. Para probar la veracidad y certeza de este análisis, los que presentan esta redefinición de la estructura social presentan encuestas que muestran que la mayoría de la ciudadanía se define como perteneciente a la clase media. 

Estas encuestas, sin embargo, son poco creíbles por la manera como se hace la pregunta en dichas encuestas: “¿Pertenece usted a la clase alta, a las clases medias, o a la clase baja?”. 

Puesto que se asume que la llamada clase alta son los ricos y la clase baja son los pobres, la identificación de la población con la clase media quiere decir (y solo quiere decir esto) que la mayoría de la población no se consideran ni ricos ni pobres, con lo cual tal identificación carece de relevancia y valor explicativo de comportamiento social. (...)

Las categorías de Raza y Género continúan siendo categorías de poder que nos ayudan a entender también como se genera y reproduce el poder en nuestras sociedades. Pero la categoría clase social continúa jugando un papel fundamental para entender a nuestras sociedades, así como a sus instituciones. 

(En un artículo reciente he mostrado como el conflicto Capital-Trabajo ha jugado un papel determinante en la crisis financiera y económica actual -“Capital-Trabajo, el origen de la crisis actual”. Monde Diplomatique. Julio 2013-).

La realización de este hecho está reapareciendo muy rápidamente en estos momentos de profunda crisis financiera, económica y política. Y un caso claro es lo que está ocurriendo en EEUU, donde la percepción conservadora de la estructura social se inició, extendiéndose a otros países.

 La revista Truthout acaba de publicar una recopilación de datos sobre cambios en la pobreza en EEUU, Gary Lapon “Poor Prospects in a ‘Middle Class’ Society” (18.08.13), en que muestra la validez de las categorías de clases sociales para entender la situación de EEUU. En realidad, la mayoría de las clases medias son clase trabajadora cuya situación está deteriorándose muy rápidamente. Y los pobres son, también, en su gran mayoría, miembros de la clase trabajadora. (...)

En realidad, la mayoría de pobres son trabajadores de baja cualificación, cuyo salario no les permite salir de la pobreza.

¿Existe lucha de clases?

Este empobrecimiento de los diferentes componentes de la clase trabajadora y de sectores importantes de las clases medias que derivan sus ingresos de la renta del trabajo, junto con el enorme enriquecimiento de las rentas superiores que derivan sus rentas de la propiedad del capital, ha llevado a una polarización de la estructura social con un claro resurgimiento de la conciencia de clase.

Varias encuestas (véase la Pew Survey. 01.11.2013) han mostrado el gran crecimiento de la conciencia de clase y de la percepción de conflicto existente en tales clases, percepción que se ha dado en todos los sectores de la población. 

Así, el porcentaje de la población que indica que hay una lucha de clases (class conflict) ha subido de un 43% en 2009 a un 65% en 2012, porcentaje que alcanza incluso cifras mayores (un 74%) entre los afroamericanos. Entre los latinos es un 61%. Es también interesante indicar que entre la población joven (18-34 años) esta percepción (71%) era mayor que en los otros grupos etarios.

Ni que decir tiene que la composición de las clases sociales ha ido variando (siempre ha estado variando), así como la manera como se produce y expresa dicho conflicto. Por regla general, las clases más pudientes rechazan el concepto de conflicto de clases, y solo lo utilizan cuando ven que las otras clases toman acciones en defensa de sus intereses que afectan negativamente los intereses de las clases más pudientes. (...)

Hoy la polarización social, con la enorme concentración del poder financiero y económico, ha redefinido la lucha de clases, creándose una alianza de clases (la clase trabajadora con componentes de la clase media, que constituyen las clases populares) frente a una minoría que incluye los miembros de las élites económicas y financieras, aliadas a las élites de los partidos dominantes y mayores medios de información, que hoy dominan la vida política y económica de nuestros países.

El eslogan utilizado por el movimiento Occupy Wall Street, el 1% en contra del 99%, intenta reflejar esta realidad, aun cuando supone una simplificación que tiene costes políticos, pues el 1% (en realidad es un porcentaje incluso menor el sector de la población que posee los medios de producción de bienes y servicios. 

En Catalunya son, como reconocía uno de ellos, el Sr. Millet, ex Presidente del Palau de la Música, persona conocedora como nadie de cómo funciona la burguesía catalana, solo 400 familias) tiene como aliados otro 9% ó 15% de la población (los sectores de las clases medias de rentas altas encargadas de la gestión y gobernanza del sistema, que incluye sectores importantes como los propietarios y gestores de los mayores medios de información) que juega un papel clave en la reproducción de su poder.

De ahí que el eslogan del conflicto entre los de abajo contra los de arriba, aunque exitoso desde el punto de vista mediático, sea insuficiente, pues no tiene la suficiente característica definitoria de señalar por qué unos están arriba y otros están abajo.

 Las categorías científicas de clases trabajadoras y medias (o clases populares) frente a las clases dominantes, llámense burguesía, clase capitalista o Corporate Class como en EEUU, describe mejor lo que está ocurriendo, que es un conflicto entre las clases populares, que son la mayoría de la población en cualquier país, y la minoría, que deriva su poder de clase de la propiedad de los medios de producción y distribución, así como de los medios de legitimación y persuasión, y sus aliados en las distintas ramas del estado encargadas de reproducir su dominio sobre la mayoría de la población. Así de claro. (...)"                   (Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Pensamiento Crítico” en el diario PÚBLICO, 17 de septiembre de 2013, en www.vnavarro.org, 17/09/2013)

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