"La
cooperativa Mol Matric se creo a partir de la suspensión de pagos que
realizó la empresa durante los años 80 y que en cierta manera
“obligaron” a los trabajadores a recuperar la empresa para ganarse la
vida, proyecto que actualmente subsiste.
Mol
Matric es por lo tanto un resto del naufragio de finales de los 70 y
los 80, momento en el que la conciencia de clase retroalimentó la
decisión de “apropiarse” de la empresa. (...)
¿Ustedes trabajaban para una empresa, era Talleres Alá?
Sí,
el dueño de aquello se hizo mayor. Quiso traspasarlo todo a sus hijos.
Se fue retirando y todo empezó a ir de capa caída. Eso pasaba durante la
crisis de los 80. La empresa estaba muy inflada con trabajadores
indirectos. Bajó la faena y nos dejaron de pagar la semanada hacia mayo
del 1981 y con la paga extra de verano dejaron de pagar definitivamente.
Eso les hizo movilizar. ¿Estaban organizados?
Era
la transición y ciertamente en la empresa había un grupo de
trabajadores vinculados a organizaciones obreras. Había pues ,gente que
tenia conciencia social y conciencia política. Eso hizo posible que
hubiera cohesión, junto a la situación del momento. Como la clase obrera
no estaba disgregada había posibilidad de solidaridad y apoyo en la
gente.
¿Cuanta gente trabajaba en la empresa?
Eramos
poco más de 50. Al principio de la crisis en la empresa hubo una
desbandada. Marchó mucha gente cercana a la dirección. Y reaccionamos.
No queríamos que se sacara de la empresa más material ni maquinaria.
Gráficamente pusimos un coche atravesado en la puerta del taller y
decidimos hacer guardia las 24 horas del día. Mantuvimos la acción
durante todo el verano. También fuimos donde vivía el empresario para
afearle la conducta. Era lo que ahora llaman escraches..
¿Cómo era su patrón?
Era
un buen empresario, una buena persona. Se llamaba Josep Alá. Se había
hecho a si mismo, desde abajo. Incluso en algún momento cuando había
huelgas del metal, justificaba ante otros empresarios que los
trabajadores fuéramos a hacer piquetes i a manifestarnos.
Como se organizaron antes de crear la cooperativa
A
partir de septiembre y después de diversas movidas intentamos encontrar
algún empresario que pudiera hacerse cargo de la empresa. Pero no fue
posible.
¿Legalmente cuál era la situación?
El
empresario nos debía dinero. Entonces la ley consideraba que los
primeros que tenían derecho a cobrar eran los trabajadores. Hubo un
largo proceso por el cual en subasta conseguimos adquirir la maquinaria.
En la operación nos ayudó mucho un abogado del Col·lectiu Ronda, Joan
Lluís Jornet, que nos asesoró en todo momento. Después de muchas
vicisitudes conseguimos nuestro objetivo, primero las máquinas y luego
el local.
¿Ya pensaban en una cooperativa?
En
septiembre nos convencimos que ningún empresario aceptaría quedarse la
empresa y los trabajadores. Pensamos que o lo hacíamos nosotros o no
funcionaria. Miramos algunos modelos y finalmente vimos que lo que nos
interesaba era hacer una cooperativa. Tuvimos la suerte de coger como
asesores al Col·lectiu Ronda, que al principio se centraban en defender a
los trabajadores, luego ellos mismos se convirtieron en cooperativa.
Crearon la cooperativa que se llamó Mol-Matric, de moldes y matrices. ¿Y cómo se organizaron?
Cambiamos
el sistema. Primero vimos qué trabajadores eran más aptos
profesionalmente y a nivel de ideas y les fuimos dando
responsabilidades. Eran los responsables. Uno lo fue de la gestión
general; otro como si fuese el encargado. Nosotros cambiamos el
vocabulario, el nombre jefe lo eliminamos. La gente era responsable de
su trabajo y finalmente la asamblea decidía de las cosas importantes,
mientras que el día a día era cosa del Consejo Rector.
¿A todo eso ustedes llevaban meses sin cobrar?
Es
una larga historia porqué el empresario nos tuvo que pagar por la deuda
que tenia con la Seguridad Social, conseguimos así el local y un
dinerillo con el que fuimos tirando, además de con los fondos de la
solidaridad. Pero además teníamos un trabajo casi terminado para un
cliente, que era General Motors. Les urgían las piezas para sacar coches
y llegamos a un acuerdo: nosotros hacíamos la faena que quedaba a
cambio de que ellos nos pagaran, y me parece que el pedido eran 11
millones de pesetas de 1981...Y además empezamos a coger algunos
trabajos de talleres vecinos del Poblenou.
Pero los materiales, ¿cómo los compraban?
Esa
era otra, porqué los materiales los teníamos que pagar al contado. Como
no teníamos dinero un compañero tuvo que ponerlo de su bolsillo. Luego
pudimos hacer hipotecas y con la Caixa conseguimos unos avales con
nuestras propiedades como garantía. Piense que en aquella época eramos
unos 30..
A todo esto, ustedes estaban tramitando la creación legal de la cooperativa
Si,
pero cómo no teníamos dinero y sí que teníamos algunos encargos
decidimos recurrir al paro, porqué no existía la posibilidad de
capitalizarlo. Así que hubo algún momento de tensión porqué trabajábamos
mientras cobrábamos del desempleo, y nos pillaron, pero finalmente
legalizamos la situación. Fruto de ello es que nos dimos de alta como
cooperativa en la Seguridad Social, y Mol Matric siempre ha estado en el
sistema general, eso de ser autónomos nunca lo hemos visto viable.
¿Y cuándo se normalizó un poco la situación?
Eso
fue a partir de enero de 1982. Al cabo de unos meses hubo un problema
interno porque había gente que no estaba de acuerdo con el modelo
cooperativista, decían que era autoexplotación. Discutimos i debatimos
mucho y al final hubo que expulsar a dos. En favor nuestro pasaba que en
el sector sabían que habíamos hecho como empresa.
En
los inicios les ayudó el hecho de que para realizar matrices y moldes
se precisa maquinaria especializada y operarios muy expertos...
Nosotros
trabajábamos para empresas muy grandes, como la General Motors y otras
que hacen piezas que se han de replicar muchas veces. La gente conocía
la forma de trabajar de la antigua empresa. También se empezó a trabajar
para empresas dedicadas a la estampación que necesitaban hacer
matrices. Otra empresa que tenia su sede en Poblenou, cerca de donde
estábamos, que hacía cojinetes para barcos también nos hizo muchos
encargos.
¿Qué característica tenia el trabajo que realizaban en aquel momento?
Nosotros
decidimos que lo que hiciéramos lo teníamos que hacer bien. Eso es
tener responsabilidad. También la crisis de los 80 empezó a remontarse y
fuimos cada vez mejor.
¿Cómo organizaron los sueldos, todos igual o se hubo compensaciones diferentes?
Al
principio hicimos lo siguiente. Como no entraba suficiente dinero, no
podíamos cobrar como antes. Decidimos hacer tabla rasa: cuando teníamos
algunos fondos los repartíamos de forma igualitaria. Cuando la situación
empezó a remontarse decidimos cobrar por categorías, de acuerdo con las
que teníamos antes. La base era el oficial de primera, que éramos la
mayoría, y a partir de ahí una diferencia pequeña tanto hacia arriba
como hacia abajo, y por ejemplo al responsable se le daba un plus.
¿Y no hubo problemas?
Algunos,
porque, respecto al mercado los peones estaban muy bien valorados
económicamente y los responsables muy poco. Además, el que era un peón o
un oficial no tenía otra que estar trabajando cada día 8 horas,
mientras que los responsables tenían que trabajar no solo la jornada
sino estar casi las 24 horas cavilando y planificando que hacer en la
empresa. Así que decidimos situar la diferencia de 1 a 2, tomando
oficial de primera como base y un poco menos a los peones. Ahora supongo
que la diferencia debe ser ahora como mucho de 1 a 3.
¿Por qué los directivos de la cooperativa Mol Matric han salido casi todos de la cantera?
Hemos
tenido la suerte de no ir a fichar mirlos blancos. Bueno contratamos
una vez un gerente y no salió muy bien. He de decir que desde los
inicios tuvimos la suerte de estar asesorados por un economista del
Col·lectiu Ronda, David Santacana. Él nos ayudó muchísimo, lo digo en
pasado porqué murió. Siempre nos asesoró muy bien, por ejemplo, nos dijo
que dependiéramos más de un tercio del trabajo de una sola empresa.
Precisamente
ellos, el Col·lectiu Ronda nos ayudaron des de el principio y luego,
fuimos nosotros los que les ayudamos a crear un departamento de asesoría
técnica y de empresas.
Santacana
era una persona con una gran formación. Tanto que le ofrecieron
gestionar uno de los grandes hospitales de Catalunya y aunque ganaba muy
poco y trabajaba mucho prefirió estar con las cooperativas asesorando.
¿Cómo fueron formando los cuadros, los especialistas en las áreas técnicas y de gestión?
Pues
fuimos contratando gente para los puestos de trabajo normales. Entraban
como aprendices o como peones. Uno, entró de joven, de fresador mucho
tiempo. Hicimos unos cursos de informática y casi todos nos enteramos de
la misa la mitad y el se enteró de todo. Y ese es hoy el responsable de
toda la informática técnica que hay en la empresa.
Otro
lo cogimos porqué necesitábamos un peón para ayudar a los operarios a
montar las máquinas y a limpiar el taller. Estuvo años barriendo. En
este momento esta persona es la responsable de compras de la
cooperativa.
El
gerente es uno que fue de los fundadores. Era un ajustador. Lo cogimos y
como era meticuloso y ordenado asumió la responsabilidad y ahí está.
Otro
caso es el del responsable de mecanización, que vino de Galicia y entró
de aprendiz, y ahora es uno de los responsables, que aparte de ser un
gran profesional cree en la cooperativa y en lo que hemos hecho.
¿La vía ha sido pues, contratar personas que luego se integran en la cooperativa?
Si,
al principio se contrataron personas como trabajadores y con el tiempo
se hacen socios. Antes de ser socios cobraban un poquito menos y luego
al entrar de socios cobraban más. Así que cuando entraban de socios se
les mantenía el sueldo anterior durante un tiempo hasta que se entendía
que habían hecho su aportación a la sociedad.
¿Cómo luego hubo mucho más trabajo, se consiguieron beneficios, o excedentes, que hacían con ellos?
Desde
el principio nuestro objetivo fue que la cooperativa diera para cobrar
un sueldo digno, pero no nos planteamos repartir beneficios. Los
excedentes, cuando los hubo, fueron a mejorar las instalaciones. Cuando
se nos quedaron pequeñas tuvimos que comprar otro local ya en Barberà
del Vallès y, además ahora se ha comprado una nave en Caldes de Montbui.
Siempre hemos invertido en la cooperativa, que ha de tener unas
reservas importantes.
Un problema podría ser que los directivos de Mol Matric marchasen, ¿por qué cobran menos que la competencia?
Se
dan circunstancias curiosas. Como Mol Matric está considerada una firma
puntera en la matriceria en Catalunya, nuestros responsables han de
hablar y negociar con gestores de primera línea de otras firmas, como
Seat, o General Motors, y mientras esa gente cobra por ejemplo 200.000
euros, el nuestro cobra, diríamos, 35.000. Y sin ser tan extremos, a
veces nuestros responsables hablan con gerentes de empresas proveedoras
nuestras que cobran mucho más que ellos cuando el nivel de
responsabilidad no es ni parecido.
¿Cómo afrontan ese problema?
Como
de alguna manera la gente no ha aspirado a otra cosa que a ganarse la
vida en condiciones y a lograr una respetabilidad en el mercado de
matricería que es conocida en toda Catalunya, la gente está de acuerdo
con la idea global de las cooperativas.
¿Y la vinculación con otras cooperativas, de qué les vino?
Una
parte de nosotros estábamos influidos por conceptos como solidaridad y
cooperación, pero también gracias a Víctor Santacana hicimos una
reflexión: Si nos quedamos aislados, pensamos, vamos a desaparecer en
cuatro días, y decidimos federarnos. Primero una federación en la que
estábamos muy a gusto, en la que también estaba el Col·lectiu Ronda,
entre otras. Se montó una escuela de formación, y también desde ahí se
montó Coop 57.
¿La cooperativa de servicios financieros?
Si,
se ha de pensar que el primer presidente del Coop 57 era miembro de Mol
Matric, que era promotora. Y ese ha sido siempre nuestro intento, estar
en las movidas que tienen que ver con el movimiento cooperativo. Era
una forma de no quedar aislados y de trabajar con otra gente en el
conjunto.
¿El vincularse al movimiento les ha resultado positivo?
Si,
siempre lo ha sido porqué eso ha hecho que se mantenga entre la gente
de Mol Matric el espíritu del cooperativismo. Quizás económicamente no
haya reportado mucho, pero socialmente si nos ha aportado.
Actúan también de forma solidaria a nivel general
Si,
creamos el fondo de solidaridad, al que aportamos el 10% de los
beneficios. Nosotros le añadimos un 1% más. Con ese dinero, que no es
poco porqué ha habido años de beneficios, hicimos un proyecto de
solidaridad con el Sáhara. Concretamente, mantenemos un comedor escolar
para los niños deficientes de Smara. Hemos hecho también algún proyecto
con gente de Nicaragua.
Y
cuando hay un problema como lo de Haití, también hacemos alguna
aportación. Lo que decidimos en esa ocasión fue que la gente se sintiese
vinculada. La solución fue que cada persona que voluntariamente quiera
aporta lo equivalente a dos horas de trabajo mensuales y su valor se da a
esos proyectos urgentes. La idea es ayudar, pero también hacer posible
que la gente se implique. En el caso de Haití dijimos, por cada euro que
la gente ponga, la cooperativa pone otro.
La intercooperación también la fomentan...
Participamos
en la xarxa d'economia solidària, i en las iniciativas de la federación
de cooperativas, que se unificó entre la que representaban cooperativas
como la nuestra y la otra que existía y que fue cambiando, lo que
facilitó nuestra fusión." (entrevista a Salvador Bolancer, Publicado en eldiario.es, en ICEA)
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