"El ciudadano medio suele mostrar admiración (o cuanto menos simpatía)
por las grandes empresas productivas como El Corte Inglés, Mercadona,
Ikea, o Inditex. (...)
Por supuesto que estas empresas generan puestos de trabajo, pero (y
sin detenernos en analizar las condiciones laborales) resulta que
también los destruyen. Dejémoslo claro: para generar empleo es necesario
que acudan clientes a tu establecimiento, y estos clientes no aparecen
de la nada; salen de algún sitio.
Y ese sitio no es otro que las
pequeñas empresas de barrio que siempre han vendido el mismo tipo de
productos. Es decir, la gente que ahora compra alimentos en
Mercadona, por ejemplo, antes compraba en una o más tiendas de su barrio
que le ofrecían prácticamente lo mismo.
Sin pasar a analizar por qué
los clientes van ahora a ese gran supermercado en vez de a la tienda de
barrio, lo que interesa señalar es que el primero consigue clientes a
costa del segundo.
Y junto con este transvase de clientes, se produce
también el de puestos de trabajo. Las tiendas locales, al recibir menos
clientes, se ven obligadas a despedir a trabajadores o a cerrar sus
establecimientos a medida que los grandes supermercados van contratando
nuevos empleados y abriendo nuevos espacios de venta.
Pero hay algo más: se pierden más empleos en las tiendas locales de los que se ganan en las grandes superficies. Esto
es así porque las características propias de una gran empresa permite
vender muchas más unidades recurriendo al mismo número de trabajadores
(por cierto, la ganancia que se consigue así acaba fundamentalmente en
el bolsillo del empresario y no de los trabajadores o de los clientes). (...)
Así lo revelan varios análisis realizados al respecto: un estudio
publicado en 2007 en la Journal of Urban Economics reveló que en Estados
Unidos por cada puesto de trabajo creado por Wal-Mart se destruyeron
1,4 empleos en pequeñas y medianas empresas locales.
En Francia las
estimaciones de la mano de Nicolás Ridoux son mucho peores al centrarse
en la generación de puestos de trabajos en malas condiciones laborales: por cada empleo precario creado en las grandes superficies se pierden cinco empleos estables en el pequeño comercio.
Otro
estudio realizado en Fakenham, Reino Unido, puso de manifiesto que en
esta localidad las tiendas locales vieron caer su cuota de mercado un
64% debido a la aparición de un gran supermercado, obligando a cerrar a 5
establecimientos medianos de los 18 que había.
Un informe de Friends of
the Earth señaló que en el año 2004, en el Reino Unido, las pymes
tuvieron una facturación total de 21 mil millones de libras y emplearon a
más de 500.000 personas, mientras que las grandes cadenas vendieron un
80% más que esas pequeñas y medianas empresas y sólo emplearon un 50%
más que ellas.
Pero hay más, y es que el impacto en la comunidad local de una gran empresa es mucho menos beneficioso que el de una empresa de barrio.La
explicación es sencilla: en el segundo caso un mayor porcentaje de la
renta generada va destinada a salarios que luego se utilizarán en buena
medida para comprar productos en otros establecimientos locales,
contribuyendo así a mantener y desarrollar el tejido regional.
En
cambio, en el caso de una gran empresa este porcentaje es menor y, por
lo tanto, mayor es el de los beneficios, que irán a los bolsillos de los
accionistas (muchos de ellos establecidos en otras regiones del país y
del mundo) y que en buena medida se reutilizarán para invertir a través
de los mercados financieros internacionales, de forma que el territorio
en cuestión se verá mucho menos beneficiado.
Por último, resulta importante destacar que la construcción de un
imperio empresarial de las características comentadas es una aventura
que no puede llevarse a cabo por muchas más empresas, y mucho menos por
todas. ¡Cuántos pequeños y medianos empresarios sueñan con seguir
los pasos de, por ejemplo, Amancio Ortega!
Y, sin embargo, una buena
comprensión de la economía basta para decirle a estos aspirantes que es
técnica y categóricamente imposible que lo hagan. No olvidemos que la
inmensa mayoría de los clientes que ha obtenido Inditex compraban antes
en otros establecimientos, y que por lo tanto, su ascenso se explica en
buena parte por la desaparición de muchos otros negocios del mismo tipo.
El grande se hace grande porque se come a los pequeños. (...)
En definitiva: claro que las grandes empresas de este tipo otorgan
importantes beneficios a la comunidad, en términos de nuevos productos y
servicios, menores precios, mejores prestaciones… pero no podemos
olvidar que también conllevan importantes daños a la sociedad y a la
economía en términos de destrucción neta de puestos de trabajo y
particularmente de empleo y tejido local." ( Eduardo Garzón
, Saque de esquina, 13 November, 2014)
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