"Toda nuestra existencia va a cambiar cuando todo el mundo reciba una
renta básica universal, pero es muy aburrido debatir sin tener ejemplos
que mostrar. Esto es lo que hemos cambiado”. Habla el joven Michael
Bohmeyer, un visionario alemán que ha creado la primera renta básica
financiada a través de microdonaciones particulares.
El crowdfunding, palabra inglesa cuyo significado literal es “donación por multitud”, ha permitido a Bohmeyer conceder mas de una treintena de sueldos mensuales de 1000 euros durante doce meses.
La renta básica es un concepto que consiste en el pago de una cantidad
mensual fija para todas las personas, con independencia de sus ingresos,
posesiones o su edad.
Una de las agraciadas, Olga Zimmer, que vive en el sur de Alemania,
cerca de la ciudad de Ulm, explica cómo su hijo menor de edad fue quien
ganó el sueldo en 2014. “Lo escuché en la radio y me registré”.
La
afortunada, que es enfermera a media jornada y cuida de su madre dependiente, explica que su vida se volvió más relajada y ello le llevó a plantearse preguntas que hasta ahora no se hacía como: “¿Es nuestro estado realmente social?”.
Aunque Olga y su hijo ya no reciben el sueldo mensual, la experiencia para ella ha sido positiva y ahora cree que la renta básica “es una buena idea”.
Hasta entonces, explica, no se había planteado la cuestión desde el
punto de vista político y reconoce que se sorprendió al comprobar que
algunos de sus amigos y allegados realizaban críticas inesperadas al
concepto.
“Nunca habíamos hablado del tema hasta ahora”, asegura.
Igual que muchos otros alemanes. Si algo ha hecho el proyecto Mein
Grundeinkommen (Mi Renta Básica, en alemán), que desde el verano de 2014
ha crecido hasta establecerse como asociación sin ánimo de lucro que emplea a doce trabajadores,
ha sido sin lugar a dudas revolucionar el debate en torno a la renta
básica en Alemania.
El movimiento por una renta básica que ya existía en
Alemania se mostró escéptico pero ahora, según Bohmeyer, se ha logrado
“cierta autoridad en la escena” y las relaciones son “amistosas”. Él cree que siempre que aparece algo nuevo es normal que surjan recelos.
15.000 personas pagan una cuota mensual
“Nos gustaría que nuestra web estuviera en otros idiomas, pero no para tener el monopolio ni nada de eso,
sino para que mas personas sepan cómo lo hemos hecho nosotros y puedan
copiarlo”, explica el fundador.
En la asociación ya tienen bastante
trabajo en Alemania: un cuarto de millón de personas están registradas en la web y unas 15.000 pagan voluntariamente una cuota mensual. “No es una lotería, porque las personas no tienen por qué pagar nada para participar”, aclara Bohmeyer.
El joven alemán, que ha cursado estudios de ciencias sociales y
marketing, creó una empresa de venta online que comenzó a funcionar tan
bien que ya no tenía necesidad de trabajar para ganar dinero todos los
meses.
“No era mucho”, asegura, “eso sí, era incondicional”. En ese momento fue cuando su vida comenzó a cambiar y una bombilla se encendió en su cabeza:
“Me volví mas atrevido, mas creativo, y me di cuenta de que todo el
mundo debería tener derecho a una renta básica incondicional”. Después
se le ocurrió la idea del crowdfunding que ha revolucionado a los
alemanes.
Hasta ahora en Alemania sólo se había llevado a cabo un intento
similar en 2010 cuando la fundación Breuninger trató de realizar una
prueba y comparar 100 personas en Stuttgart, donde la economía en teoría
marcha bien, con otras 100 en Brandenburgo, una zona mas deprimida, si
en ambos casos recibiesen 800 euros al mes sin condiciones. Este proyecto, sin embargo, nunca llegó a realizarse por falta de fondos.
La renta básica cobra fuerza
En Alemania, el Partido Pirata (Piratenpartei), la organización
juvenil del partido Los Verdes (Die Grüne), así como buena parte de los
integrantes de la organización no gubernamental para el control de los
mercados financieros Attac defienden una renta básica universal. En el partido La Izquierda (Die Linke) la cuestión es objeto de debate.
La copresidenta del partido, Katja Kipping, fue portavoz de la
iniciativa por una renta básica, por ejemplo. En general parece que la
opinión del partido va mas encaminada a un sueldo básico, pero sujeto a
contraprestaciones.
Pero no sólo organizaciones de izquierda o caritativas -como las
ligadas a la iglesia- se muestran a favor de una renta básica universal
en Alemania. También una parte de los liberales está a favor de esta medida.
El dueño de las droguerías DM, Götz Werner, uno de los hombres mas
ricos del país, es uno de sus defensores mas famosos, e incluso una
parte de la extrema derecha, los llamados de Tercera Posición
(Querfront) también se han pronunciado a favor de la renta básica.
En el loft donde la asociación Mein Grundeinkommen tiene su oficina berlinesa, en el barrio multicultural de Kreuzberg, no hay sitio para “ideologías racistas, ni discriminatorias de ningún tipo”,
según puede leerse en algunas de las cientos de notas que cuelgan de
las paredes.
Ante la pregunta de las consecuencias de la aplicación
masiva del concepto de renta básica en la economía, recuerdan que “la
reorganización del trabajo que viene con la digitalización hará que
todavía mas personas acaben en el paro, ¿y qué se hace con estas
personas? Las personas no pueden concurrir con las máquinas”, pregunta
Bohmeyer para añadir a continuación: “La digitalización sin renta básica será una distopía, con renta básica será una utopía”. (Carmela Negrete, La Marea, 05/04/16)
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