"(...) "Hay muchas buenas experiencias que compartir", cuenta con una
sonrisa. Kakabadse participó en el panel sobre el uso del agua en
ámbitos urbanos. "Se pierde mucha agua. Y todos pensamos en ello como
algo inagotable, pero ¿de qué me sirve el agua en el océano?".
Pregunta. Como soluciones prácticas, ¿qué podemos hacer para mejorar la gestión del agua?
Respuesta. Para empezar, tenemos que relacionar este
tema con el cambio climático, porque agrava el potencial de sufrir
sequías e inundaciones. Otra cuestión es que no hay un usuario principal
del agua. Por ejemplo, en América Latina, el sector agrícola se ha
sentido siempre como el dueño del agua. Y eso está mal.
Sobre todo,
porque después hay muchísimo desperdicio de comida. Se está produciendo
más comida que la que podemos consumir y el 40% de esa comida termina en
la basura. Eso es inmoral, es falta de ética y de solidaridad con el
planeta… Porque para producir esa comida ha hecho falta el consumo de
agua.
P. Y a la hora de buscar responsabilidades, ¿dónde debemos mirar, al consumidor o al productor?
R. Yo creo que la responsabilidad está en ambos
lados. Primero hay que reducir los niveles de ambición económica del
productor y hacerle más responsable. Y en cuanto al consumidor, debemos
aprender a medir de nuevo la calidad de un producto a través del olfato,
del tacto o del aspecto, y no solamente a través de una etiqueta que
señala la fecha de caducidad.
P. Usted ha hablado en alguna ocasión de la
importancia de los líderes para promover ese tipo de consignas. ¿Quién
cree que ahora está llevando la iniciativa?
R. Algunos líderes empresariales. No todos, pero sí muchos. Los acuerdos de París,
por ejemplo, tuvieron dos actores fundamentales: los líderes locales
como los alcaldes y algunos del sector empresarial. Estos quieren que su
empresa perdure 200 años, no 20. Es cierto que se van a hacer más ricos
en 20, pero esa no puede ser la visión. La visión es que su negocio
perdure en el tiempo para que haya varias generaciones de beneficiarios.
P. Entonces, ¿tenemos razones para ser optimistas?
R. Yo soy siempre optimista, los ecologistas somos
optimistas porque si no, ya nos hubiéramos suicidado hace mucho tiempo.
Pero siempre continuamos luchando porque sabemos que hay nuevas formas
de enfocar los problemas y nuevas respuestas.
P. Sin embargo, todavía hay gente que sigue negando el cambio climático. ¿Cómo se les puede convencer?
R. Lo lamentable es que algunos seres humanos solo
cambian con un golpe duro. Por ejemplo, el alcalde de Nueva York Michael
Bloomberg decía que no había cambio climático hasta que el huracán
Sandy golpeó su ciudad. Ahí no le quedó más remedio que cambiar de
opinión y pedir perdón. La lástima es que no reconozcamos el valor de
las predicciones científicas. Pero así es el ser humano. Solo a golpes
entendemos que existen realidades que no queremos aceptar.
P. Uno de los problemas del medio ambiente son los
plazos. Todos los planes tardan mucho en ponerse en marcha. ¿Cómo se
podrían acortar estos plazos?
R. Los eventos nos van a obligar a acortar esos
plazos. Cuando veamos que nuestro vecino se queda sin agua, cambiaremos.
Pero, somos tan incrédulos ante las evidencias científicas que nos
cuesta cambiar. Y el problema es que no explicamos bien por qué tenemos
que cambiar. Y el ciudadano tiene que entender por qué debe cambiar su
comportamiento.
P. ¿Qué papel juegan en esto las ONG como WWF, la que usted preside?
R. Uno esencial. Porque somos conscientes de la
necesidad de ejercer de bisagra entre la información científica y el
comportamiento humano. Lo de salvar al lince no es solo porque es
bonito, es porque ocupa un hábitat que está siendo amenazado. Y lo mismo
ocurre con Doñana. Doñana no es importante por su belleza sino porque
asegura el agua, la regulación del clima, la seguridad de un río. Y esas
cosas hay que explicarlas.
P. ¿Y no cree que el hecho de que haya tantas ONG y con distintos campos de actuación hace que los mensajes pierdan fuerza?
R. No, porque cada grupo de población tiene distinta
forma de recibir el mensaje. Entonces, hay quien puede hacer caso a
algunas de las ONG del establishment y no hacer mucho caso a otra más
radical. O al revés. Cada sociedad, tiene distintas formas de recibir y
de expresar un mensaje.
P. ¿Y dónde cree que está WWF? ¿En el establishment o entre las radicales?
R. Yo creo que estamos en una masa intermedia.
Nuestra habilidad para conversar tanto con gobiernos, como con el sector
productivo o con el indígena nos ha colocado en un lugar privilegiado
en el que tenemos a mucha gente que nos escucha.
Es cierto que algunos
nos acusan de corrupción por hablar con el sector productivo, pero para
nosotros, es un valor añadido. Porque ese sector productivo tiene un
impacto sobre el planeta tremendo y si no podemos dialogar con ellos, no
podemos terminar con el problema.
P. ¿Cree que estamos a tiempo de revertir el daño que le hemos hecho al planeta?
R. Vamos a sufrir impactos más serios de los que
creemos. El impacto del cambio climático sobre las sociedades humanas va
a ser muy serio. Y ojalá pongamos más esfuerzo en revertir los procesos
cuando nos golpee.
P. ¿El cambio climático es entonces el enemigo número uno?
R. Absolutamente. En estos momentos la amenaza más importante para el ser humano es el cambio climático." (Entrevista a YOLANDA KAKABADSE / PRESIDENTA DE WWF INTERNACIONAL, El País, 13/09/16)
No hay comentarios:
Publicar un comentario