"(...) –¿A qué llama las "guerras del modo de vida" en el libro
consagrado al encuentro que tuvo con Edward Snowden en compañía de
Daniel Ellsberg, otro lanzador de alertas, responsable de la filtración
de los "Papeles del Pentágono" durante la guerra del Vietnam?
–El
modo de vida norteamericano se ha convertido en el modo de vida europeo
y el modo de vida de la elite india. Snowden y Ellsberg tuvieron razón
al denunciar la crueldad de la guerra de Vietnam o la vigilancia de la
NSA pero sigue siendo necesario comprender por qué Estados Unidos hace
estas guerras, tanto ayer como hoy.
La razón es, antes que nada, el
control de los recursos y la voluntad de aprovecharlos lo más
rápidamente posible. Para ello, hay que preconizar un determinado modo
de vida particular basado en un apetito de consumo infinito y
desenfrenado.
Es Edward Bernays, el sobrino de Freud, uno de los
primeros en cambiar la forma de vender estos productos insistiendo no en
la necesidad de poseer esto o aquello sino en conseguir hacer creer que
tal o cual producto participaban de tu propia personalidad, de tu
necesaria realización.
Es el imaginario de un consumo sin límites, esa
idea de que la felicidad pasa por la posesión de más y más objetos, esa
forma mediante la cual creemos que la civilización y el capitalismo son
una sola y misma cosa es lo que hay que volver a plantear si queremos
tener una posibilidad de supervivencia.
Pero no estoy segura de que la
humanidad quiera sobrevivir…
–En este encuentro que tuvo
con Edward Snowden y Daniel Ellsberg, se percibe que sigue reticente a
los motivos patrióticos de su acción. Dicen haber actuado en nombre de
cierta idea de Estados Unidos que la guerra de Vietnam o la vigilancia
de NSA "traicionan". Rechaza desde hace tiempo el chovinismo pero, si
este causa algunas guerras, ¿los hombres, sin embargo, no han alcanzado
los estados-nación para combatirse mutuamente?
–Yo no digo
que no tengan que existir países o naciones sino que no deberían estar
provistos de semejante poder esotérico como en Francia o en India, donde
mucha gente estima que sus países encarnan una superioridad cultural o
civilizadora. No es ninguna tontería. Hay que relajarse.
¿Cómo explicar
el fracaso de escritores y artistas que proporcionan un imaginario menos
mortífero que el de la bandera? Es muy frecuente que artistas y
escritores se plieguen a las demandas del mercado incluso teniendo el
deseo de experimentar, porque se espera de ti que experimentes pero
dentro de ciertos límites.
Cuando escribí mi primera novela, El dios de las pequeñas cosas,
fui bien acogida; sentí que se esperaba que yo publicara, dos años
después, otra novela y así sucesivamente. Pero si yo hubiera querido
satisfacer esa demanda, no hubiera podido participar en ninguna de las
luchas en las que he participado, ni escribir los ensayos que he
escrito.
Cuando he publicado, en lugar de una nueva novela, El fin de la imaginación,
quienes me habían alabado sintieron una rabia loca y me detestaron. El
imaginario de consumo infinito ha penetrado en el mundo artístico y
asistimos a formas de "cultural washing" lo mismo que vimos con el
"green washing".
El mayor festival de literatura mundial se encuentra
hoy en India, en Jaipur. Todo el mundo va allá, los editores, los
escritores… Se habla de la libertad de expresión, del arte, mientras que
las personas que financian el festival destruyen los pueblos de los
bosques y apoyan un gobierno en el que el simple hecho de no ser hindú y
nacionalista es considerado un crimen.
Las compañías mineras financian
festivales de cine o de literatura con gentes maravillosas que hablan
bajo vigilancia de libertad de expresión mientras sus patrocinadores
destruyen el mundo. (...)" (Entrevista a la escritora y activista india Arundhati Roy, Joseph Confavreux
, Mediapart, en Rebelión, 22/10/16)
No hay comentarios:
Publicar un comentario