"Tras las sobredimensionadas reacciones de las más altas autoridades de Estados Unidos ante el sobrevuelo de un globo aerostático chino, que a decir de Pekín era de observación meteorológica y que según Washington realizaba labores de espionaje, el gobierno que encabeza Joe Biden ha venido informando de episodios similares, alimentando la histeria colectiva.
(...) El exanalista de la Agencia de Seguridad Nacional Edward Snowden tuiteó que la aparición de los globos busca distraer la atención de la investigación de los actos de sabotaje en los gasoductos Nord Stream, que hace poco el periodista Seymour Hersh vinculó al gobierno estadounidense.
Por otra parte, la aparición de los artefactos y su destrucción por la fuerza aérea de Washington dio margen para una epidemia de avistamientos de objetos volantes no identificados que se extendió por Sudamérica, España y la propia China.
La incertidumbre es tal, que la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, consideró necesario aclarar al comienzo de su rueda de prensa diaria que no tienen indicios de la existencia de extraterrestres o actividades extraterrestres. ¿Serán extraterrestres disfrazados de chinos?
Hace varios días que las noticias desde Estados Unidos pasan por el avistaje o derribo de globos chinos u objetos voladores no identificados y ocultan, por ejemplo, un desastre ecológico en el estado de Ohio done un tren descarriló en East Palestine, un pueblo de cinco mil habitantes, y desparramó miles de litros de cloruro de vinilo, un químico altamente tóxico que se utiliza en la fabricación de PVC.
La población debió ser evacuada mientras se ponía en práctica una «explosión controlada» para evitar la propagación de mayores daños. Sin embargo, la liberación también generó peligrosos subproductos como cloruro de hidrógeno y fosgeno, un gas que fue utilizado como arma química durante la Primera Guerra Mundial.
Ahora se corre el riesgo de desarrollar cáncer de hígado y otros órganos para quienes estén expuestos a la «niebla ácida». Para colmo cientos de fotos de animales muertos por intoxicación aparecieron en las redes sociales.
En tanto que los adeptos a la ufología han aprovechado la circunstancia para regalarse un banquete de sensacionalismo, la esfera institucional y los medios de Estados Unidos han exhibido su proclividad a convertir casi cualquier cosa en amenaza a la seguridad nacional y han mostrado hasta qué punto la propaganda oficial y las historias de Hollywood son capaces de retroalimentarse con visiones tan apocalípticas como falsas.
En efecto, el asunto del globo chino y de los objetos volantes que le siguieron parece el prolegómeno de una de esas cintas de catástrofe, tan populares en EEUU, en las que una súbita y desconocida amenaza irrumpe de pronto en la vida apacible de los estadunidenses, la trastoca de golpe y coloca a su país –y, de paso, al resto del mundo– ante una perspectiva de inminente destrucción.
Por lo que puede concluirse de las declaraciones de altos funcionarios de la administración Biden, el objeto derribado el 4 de febrero, fuera científico o de espionaje, no representó en ningún momento una amenaza significativa para la seguridad de Estados Unidos. Pero el mero hecho de destruirlo desde una aeronave militar fue un acto de desmesura acompañado por discursos paranoicos desmesurados.
Lamentablemente, por la accion terrorista de los medios de comunicación, hipérboles de esta clase son tomadas al pie de la letra, y luego magnificadas, por sectores de la sociedad estadounidense que de por sí viven en estados de permanente agitación y temor por amenazas extranjeras ficticias y hasta por lo que perciben como tiranía de su propio gobierno, como en el caso de los grupos survivalists, que viven preparándose para alguno de los muchos posibles fines del mundo." ( | , Rebelión, 15/02/2023)
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