"Si el Madrid juega mal, me enfado, aunque ya no me tomo las cosas tan a la tremenda y no lo paso mal. Ahora es mi hijo el que se lo toma todo un poco peor que yo. Para mí, el Madrid sigue siendo un equipo asombroso, aunque haga cosas absurdas y meta a 25 hombres en el área".
El ritual es siempre el mismo: "Unas cañas antes del partido y picar algo después". Una buena táctica para mantener al día las relaciones paterno-filiales: "Pero nosotros no hablamos de otras cosas. Hablamos de fútbol". Y, cuando habla de fútbol, Resines habla en serio. (...)
Sobre el madridismo tiene ya elaborada una filosofía de vida. Detesta los lugares comunes sobre el equipo blanco, "lo del señorío y la derecha": "Yo tengo espíritu madridista, pero soy crítico. Ser del Madrid significa que tienes capacidad para pensar.
Y sé cuándo juega fatal, pero fatal, como en estos últimos partidos. La gente lo ha salvado, pero no. En la Copa del Rey ganó, pero no jugó". ¿El entrenador? "Pedí la dimisión de Mourinho en la grada, aunque no me hicieron ni caso.
Pero el entrenador no es tan importante. Yo pondría, no sé... ¿A Gonzalo Suárez? ¿Lees sus columnas de fútbol? Me encanta cómo se pasa. Un equipo de fútbol es un equipo de fútbol. ¿Psicología? ¿Qué es eso de la psicología? Solo vale para venderse.
Guardiola funciona porque es jugador. Se pone con unos más jóvenes que él y hablan de sus cosillas. ¿Que estudian los partidos? ¡Qué cojones van a estudiar!". "Lo mejor es ser seleccionador, que solo se ven un par de veces y hacen una táctica con lo de siempre". (...)
Pese a eso, tiene buenas palabras para el eterno rival: "Es muy difícil ganar a este Barça. Tiene un sistema de juego basado en una cosa que se llama educación". (El País, 16/05/2011, p. 66)
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