31/1/12

La crisis actual es una de las cuatro grandes crisis - crisis estructurales - que el capitalismo atravesó desde finales del siglo XIX... Son grandes explosiones que ocurren como consecuencia de prácticas de las clases superiores con el objetivo de aumentar sus ingresos y su poder

"JU- Usted acaba de publicar, junto a su colega Dominique Lévy, un libro sobre la actual crisis económica. En su evaluación, ¿cuál es la naturaleza de esta crisis?

Gérard Duménil – La crisis actual es una de las cuatro grandes crisis - crisis estructurales - que el capitalismo atravesó desde finales del siglo XIX: la crisis de 1890, la crisis de 1929, la crisis de la década de 1970 y la crisis actual que comenzó en 2007/2008. Estas crisis son episodios de perturbación de una duración de aproximadamente una decena de años (para las tres primeras).

Que ocurren con una frecuencia de unos 40 años y separan los órdenes sociales que recordé en respuesta a la primera pregunta. La primera y la tercera de estas crisis, la de las décadas de 1890 y de 1970, continuaron en fases de caída de la tasa de ganancias y pueden ser calificadas como crisis de rentabilidad. Las otras dos crisis, la de 1929 y la actual, nosotros las llamamos como “crisis de hegemonía financiera".

Son grandes explosiones que ocurren como consecuencia de prácticas de las clases superiores con el objetivo de aumentar sus ingresos y su poder. Todos los procedimientos del neoliberalismo están aquí en acción: desregulación financiera y globalización. El primer aspecto es evidente, pero la globalización fue también, como se indicará, un factor clave de la actual crisis.

La caída en la tasa de ganancia y explosión descontrolada de las prácticas de las clases capitalistas son dos grandes tipos de explicación de las grandes crisis en la obra de Marx. El primer tipo es bien conocido.

En el libro III de El Capital, Marx defiende la tesis de la existencia de una "tendencia decreciente de la tasa de ganancia" inherente al carácter del cambio tecnológico en el capitalismo (la dificultad de aumentar la productividad en el trabajo, sin realizar inversiones muy costosas, lo que Marx describe como la "elevación de la composición orgánica del capital"). (...)

Pero la crisis actual no es una simple crisis financiera. Es la crisis de un orden social insostenible, el neoliberalismo. Esta crisis, en el centro del sistema, debería ocurrir en cualquier caso, un día u otro, pero llegó en forma particular en 2007/2008, apareciendo en los Estados Unidos. Dos tipos de mecanismos convergieron.

Encontramos, por un lado, la fragilidad inducida en todos los países neoliberales por las prácticas de financierización y de la globalización (en particular financiera), prácticas impulsadas por la búsqueda desenfrenada de ganancias crecientes por parte de las clases dominantes, reforzada por el rechazo de la regulación.

El Banco central de Estados Unidos, en particular, perdió el control de las tasas de interés y la capacidad de conducir las políticas macroeconómicas como resultado de la globalización financiera.

Por otra parte, la crisis fue el efecto de la trayectoria económica estadounidense, una trayectoria de desequilibrios acumulados, que los Estados Unidos pudieron mantener debido a su hegemonía internacional – contrariamente a Europa que considerada en su conjunto, no conocía tales desequilibrios.

Desde 1980, el ritmo de acumulación de capital en los Estados Unidos se desaceleró en el territorio del propio país, al tiempo que aumentaron las inversiones directas en el extranjero.

A esto es necesario añadir: un déficit creciente del comercio exterior, un gran aumento en el consumo (de parte de las capas más favorecida) y un endeudamiento igualmente creciente de las familias.

El déficit de comercio exterior (el exceso de importaciones frente a las exportaciones) alimentaba un flujo de dólares para el resto del mundo que tuvo como único uso la compra de títulos estadounidenses, llevando a la financiación de la economía de los EE.UU. por los extranjeros- una "deuda" vis à vis de los extranjeros, simplificando un poco.

Por razones económicas, que no voy a explicar aquí, el crecimiento de la deuda externa debía ser compensado por el de la deuda interna, la de las familias y la del Estado, a fin de mantener la actividad en el territorio del país.

Esto fue hecho alentando el endeudamiento de las familias por la política de crédito y de desregulación- la deuda del Gobierno podría haber reemplazado el endeudamiento de las familias pero eso iba contra las prácticas neoliberales anteriores a la crisis.

Los acreedores de las familias (bancos y otros) no conservaron los créditos originales, porque los revendían bajo la forma de títulos (obligaciones), cuya mitad, más o menos, fue comprada por el resto del mundo.

De tanto prestar a las familias más allá de su capacidad para saldar las deudas, los incumplimientos al pago de los vencimientos se multiplicaron desde el comienzo del año 2006.

La devaluación de esos créditos impagos desestabilizó el frágil edificio financiero, de los Estados Unidos y del mundo, sin que el Banco central de los Estados Unidos estuviese en condiciones restablecer los equilibrios en el contexto de la desregulación y de la globalización que él mismo había favorecido.

Este fue el factor desencadenante, pero no el fundamental de la crisis - combinación de factores (la locura neoliberal en este dominio) y reales (la globalización, el sobre consumo estadounidense y el déficit de comercio exterior de ese país)."           (Rebelión, 01/01/2012, 'Entrevista a Gérard Duménil, economista francés: El mundo ya ingresó en la segunda fase de la crisis', Jornal Unicamp-Carta Maior)

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