31/5/13

Una Introducción al modelo de la Economía Participativa o Parecon

"Este artículo presenta brevemente el modelo político y económico que Michael Albert y Robin Hahnel han llamado Parecon (Participatory Economics o Economía Participativa). El modelo ha suscitado gran interés dentro del movimiento libertario (...)

La Economía Participativa, que nació a principios de los 90, pretende promover que todas las decisiones económicas a la hora de producir y consumir sean tomadas de una forma democrática y participativa. (...)

El Parecon rechaza la propiedad privada de los medios de producción, la organización corporativa del trabajo y los mercados y/o la planificación centralizada. En vez de ser los capitalistas o los gerentes los que gobiernen a los trabajadores, Parecon es una economía donde los trabajadores y los consumidores cooperan para determinar sus preferencias económicas y se benefician de éstas, de forma que promueven la equidad, la solidaridad, la diversidad y la autogestión. El Parecon no entiende de clases.”   (...)

El modelo de la Economía Participativa

Antes de nada, voy a explicar las instituciones que constituyen el modelo y sus características básicas para poder entender así mejor la crítica que posteriormente vayan a hacerle:

1.- Consejos de productores y consumidores: estos serían los órganos fundamentales para la producción y el consumo. Las personas toman el papel de productores (en la fábrica, oficina o lugar donde trabajen) revelando públicamente las características cuantitativas (que podrían representarse mediante un sistema de precios) y cualitativas de su trabajo: el tiempo y los materiales necesarios para producir, el grado de esfuerzo que la tarea implica, las habilidades necesarias para realizar la tarea, las condiciones laborales, etc.

 La toma de decisiones se haría democráticamente y dependiendo de su relevancia tendría que aprobarse por una votación por mayoría, 2/3 del total o si fuera necesario, por consenso. Los consumidores tendrían que aportar la misma información pero agregando las preferencias de cada individuo, barrio, pueblo, ciudad, región o federación, en un plan propio. 

Esto es porque existen diferentes niveles de necesidades, no es lo mismo necesitar un cepillo de dientes, que una biblioteca pública para el municipio o una carretera que una dos ciudades; cada agrupación haría una propuesta con su cesta de consumo teniendo en cuenta el trabajo que cada unidad hubiera realizado y lo que se ha necesitado para producir dichos bienes, al igual que las condiciones de los trabajadores que producen dichos bienes.

2.- Planificación participativa: En asambleas de barrio, ciudad, región y federación, se toman y coordinan las decisiones que afectan a cada nivel, uniendo propuestas y resolviendo los conflictos que puedan surgir de las diferentes preferencias. 

Así, siempre y cuando se asegure una cesta de consumo mínimo por cada barrio y por cada individuo, independientemente del trabajo mejor o peor realizado; a través de los precios, que reflejaban las características cuantitativas del proceso productivo, y la información cualitativa que los trabajadores hayan aportado, las asambleas intentarán enlazar la oferta y la demanda repetidas veces, haciéndoles a los agentes modificar sus propuestas hasta que lleguen a un punto en común. 

Albert y Hahnel proponen que exista un Comité de Asistencia a la Iteración que trabaje exclusivamente para coordinar este proceso.
 
3.- Combinaciones equilibradas de empleo: El modelo de la Economía Participativa no aboga por la especialización, que supone la existencia de personas con mayor capacitación para obtener información y habilidades, sino por que cada persona realice una pluralidad de tareas y se promueva la rotación en el lugar de trabajo. 

 De esta forma, el cirujano no sólo se dedicaría a operar al paciente, también tendría que, por ejemplo, destinar una parte de su trabajo a limpiar y organizar el laboratorio o a hacer la labor de secretario. 

Cada cual sería libre de decidir dónde trabajar, pero debido a que el empleo no estaría restringido exclusivamente a una tarea, los trabajadores tendrían que realizar una pluralidad de actividades asumiendo diversas responsabilidades.

4.- Remuneración: Ya que en el Parecon no existe la propiedad privada sobre los medios de producción (aunque sí que se concibe la posesión de ciertos bienes, concepto que Proudhon bien describió), la variable que proponen como retribución al trabajo que cada individuo aporta a la sociedad es el esfuerzo. 

Es decir, proponen que la remuneración tendría que calcularse según las horas de trabajo empleadas y, teniendo en cuenta también, cuánto de satisfactoria fuese la tarea realizada. Así, habría que establecer ciertas medidas estándares basándose en las horas de trabajo y la información cualitativa enviada por cada puesto de trabajo. 

Por ejemplo: en un mismo puesto de trabajo que agrupe una serie de tareas similares, obtendría una mayor remuneración aquel que trabajara proporcionalmente más horas aparte del mínimo necesario, sin tener en cuenta la productividad de cada trabajador. Esta remuneración extra la habría obtenido para poder consumir alguna facilidad que estuviera fuera de la cesta básica de consumo otorgada a cada persona por el mínimo de horas que se le exige. 

Tampoco tendría por qué cobrar más un editor que trabaja seis horas que un minero que trabaja cuatro, ya que el trabajo del último es más arduo y menos gratificante que el del primero.

¿Cómo responden estas cuatro características ante los principios de equidad, diversidad, eficiencia, solidaridad y eficiencia?
 
Una buena definición de equidad es que cada persona recibe por lo que ha hecho lo que merece. […] El Parecon recompensa el esfuerzo y sacrificio. Si uno piensa que hacer esto es justo, favorecerá el Parecon en esta puntuación. […] No todo el mundo obtendrá lo que siempre merece, pero las desviaciones no serán sistémicas, no enriquecerán a ningún sector a expensas de otro.”

En cuanto a la solidaridad, ya que nadie se puede beneficiar a expensas de terceros, además de que si alguien mejora sus condiciones laborales también mejorarán las de los demás (debido a las combinaciones equilibradas de empleo), podemos decir que cuando una persona gana, ganan los demás.

 Esta dinámica promueve la solidaridad y la reciprocidad, al igual que suscita el deseo de querer que los demás mejoren su condición porque dichas mejoras nos repercutirán a su vez positivamente.

La rotación y la capacitación de las personas en las diferentes tareas que puedan realizarse en un lugar de trabajo promueven la diversidad, al igual que enriquece los conocimientos y habilidades de los trabajadores. Este dinamismo limita la estratificación y potencia que las personas lleguen a realizarse y disfruten de la variedad.

Así habla Albert de la autogestión: “Las decisiones en este modelo se toman según el método que mejor permita a la persona influenciar proporcionalmente sobre las decisiones de acuerdo a cuánto le repercutan sobre sí mismo.

 ¿Puede conseguirse esto todo el tiempo? Por supuesto que no. Pero, ¿proporciona el Parecon el contexto, la información y los incentivos para lograr dicho objetivo? Sí, es una característica clave del modelo.”

Para terminar, la respuesta que dan al criterio de eficiencia es completa pero muy extensa, por lo que me ceñiré a decir que, debido a que el Parecon pretende integrar en la toma de decisiones a los agentes que se benefician o perjudican de la actividad económica, las decisiones a las cuales se llegue, revelarán preferencias más exactas que las que la economía de mercado o la planificación centralizada pueda ofrecer con su sistema de precios. 

El resultado de los procesos de negociación será más exacto al introducir información cuantitativa (precios) y cualitativa (condiciones laborales, etc.), y los recursos que se destinen tendrán un mayor grado de adecuación con las necesidades y preferencias de los individuos y la sociedad."    ( Jon Las Heras Cuenca, Economía crítica y crítica de la Economía, 20/05/2013)

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