"En la extensísima literatura escrita sobre las causas de la crisis
actual, pocos autores se han centrado en el conflicto capital-trabajo
(lo que solía llamarse “lucha de clases”). Una posible causa de ello es
la atención que ha tenido la crisis financiera como supuesta causa única
de la recesión
Eso ha desviado a los analistas del contexto económico y
político que determinó y configuró la crisis financiera así como la
económica, la social y la política. (...)
Durante el periodo que siguió a la Segunda Guerra Mundial, el conflicto renta del capital versus
renta del trabajo se apaciguó gracias a un pacto entre los dos
adversarios. Este pacto determinó que los salarios, incluyendo el
salario social (con aumento de la protección social basada en el
desarrollo de los servicios públicos del Estado del Bienestar)
evolucionaran con el aumento de la productividad.
Consecuencia de ello:
las rentas del trabajo subieron considerablemente, alcanzando su máximo
(a los dos lados del Atlántico Norte) en la década de 1970 (la
participación de los salarios, en términos de compensación por empleado,
en EEUU fue del 70% del PIB; en los países que serían más tarde la
UE-15, este porcentaje era el 72,9%; en Alemania un 70,4%; en Francia un
74,3%; en Italia un 72,2%; en el Reino Unido un 74,3% y en España un
72,4%).
A finales de la década
de 1970 y principios de los años 1980, este pacto social se rompió como
consecuencia de la rebelión del capital ante los avances del mundo del
trabajo. La respuesta del capital fue el desarrollo de una cultura
económica nueva basada en el liberalismo, pero con una mayor
agresividad.
Es lo que llamamos el neoliberalismo, cuyo objetivo es
recuperar el terreno perdido mediante el debilitamiento del mundo del
trabajo. A partir de entonces, el crecimiento de la productividad no se
tradujo tanto en el incremento de las rentas del trabajo, sino en el
aumento de las rentas del capital.
Tales políticas fueron iniciadas en 1979 en el Reino Unido la Primera
Ministra Margaret Thatcher y en 1980en Estados Unidos por el presidente
Ronald Reagan. También fueron aceptadas como “inevitables y necesarias”
por el gobierno socialista de François Mitterrand en Francia en 1983 (...)
La aplicación de estas
políticas neoliberales, definidas como “socio-liberales” caracterizaron
las políticas de los gobiernos socialdemócratas en la UE.
Todas ellas
tenían como objetivo facilitar la integración de las economías de los
países de la UE en el mundo globalizado, aumentando su competitividad a
base de estimular las exportaciones a costa de la reducción de la
demanda doméstica, reduciendo los salarios. Una consecuencia de estas
políticas fue que el aumento de la productividad no repercutió en el
aumento salarial, sino en el aumento de las rentas del capital.
Para alcanzar este
objetivo, el desempleo fue un componente clave para disciplinar al mundo
del trabajo. En todos estos países, el desempleo aumentó enormemente. (...)
Esta polarización de las rentas, con gran crecimiento de las rentas de
capital a costa de las rentas del trabajo, es el origen de las crisis
económicas y financieras. La disminución de las rentas del trabajo creó
un gran problema de escasez de demanda privada. (...)
El segundo hecho fue
el enorme endeudamiento de la población. Los créditos baratos concedidos
por el sistema bancario retrasaron el impacto que el descenso de las
rentas del trabajo tuvo en la reducción de la demanda.
Este
endeudamiento fue facilitado en Europa por la creación del euro, que
tuvo como consecuencia la tendencia a hacer confluir los intereses de
los países de la Eurozona con los de Alemania. La sustitución del marco
alemán y la de todas las monedas de la Eurozona por el euro, tuvo como
consecuencia la “alemanización” de los intereses monetarios.
España es
un claro ejemplo. El precio del crédito nunca había sido tan bajo,
facilitando el enorme endeudamiento de las familias (y empresas)
españolas, pasando así desapercibida la enorme pérdida de capacidad
adquisitiva de la población trabajadora.
Por otra parte, la
gran acumulación de capital (resultado de que la mayor parte del aumento
de riqueza de los países, causado por el aumento de la productividad,
sirviera predominantemente a aumentar las rentas del capital en lugar de
las rentas del trabajo) explica el aumento de las actividades
especulativas, incluyendo la aparición de las burbujas, de las cuales
las inmobiliarias fueron las más comunes, aunque no las únicas.
La
rentabilidad era mucho más elevada en el sector especulativo que en el
productivo, el cual estaba algo estancado, como resultado de la
disminución de la demanda. El crecimiento del capital financiero fue la
característica de este periodo a los dos lados del Atlántico Norte,
crecimiento resultante del endeudamiento y de las actividades
especulativas." ( Artículo publicado por Vicenç Navarro en la revista LE MONDE DIPLOMATIQUE, julio de 2013, en vnavarro.org, 10/07/2013)
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