"El amor es un "pelotazo" que dura 900 días de media. Durante los
primeros cien se activa una región del cerebro que genera
hiperactividad: toda la energía se focaliza en la pareja y no existe
nada más. A los 300 días ese fogonazo de pasión pierde llama y a los 900
se apaga. Nuestro cerebro no está programado para la monogamia.
Esta no es una historia de amor frustrado, sino la explicación que Raúl Espert, profesor titular del departamento de Psicobiología de la Universidad de Valencia,
ofrece sobre la infidelidad, una conducta que coloca a los españoles a
la cabeza de Europa, según los datos de la red social para infieles Ashley Madison. (...)
María (nombre ficticio), de 34 años, es usuaria de esta página de
contactos desde hace un par de años. Casada y con un niño de tres años,
explica que los "encuentros sexuales" le reportan equilibrio. "Llevo 10
años con mi marido y llegó un momento en que la relación se hizo muy
trivial, sin conversaciones nuevas, sin ambientes diferentes...
Echaba
de menos sentirme guapa y especial y mantener mi infidelidad en secreto
es lo que me da equilibrio, me reecuentro con mi yo joven", cuenta en
conversación telefónica con El Huffington Post.
No se plantea separarse porque "todavía" quiere a su marido, aunque
sus relaciones sexuales son "esporádicas". "No voy a echar mi vida por
la borda. Es infantil pensar que una persona te puede dar todo lo que
necesitas durante toda tu vida", añade. (...)
Según la 'Teoría del amor caduco' de la psicóloga Cindy Hazan, el
responsable de Ashley Madison no va desencaminado. "Estamos programados
para estar enamorados el tiempo suficiente para procrear, unos tres
años. Después el cóctel del amor, formado por la dopamina y la
testosterona (entre otras sustancias) se volatiliza", explica el
neuropsicólogo Raúl Espert basándose en esta teoría.
¿Qué sucede cuando nos enamoramos y estalla la pasión? Según varios
estudios realizados mediante resonancias magnéticas, durante los
primeros 100 días de relación se activa el núcleo caudado, una región
del cerebro "muy primitiva" que provoca hiperactividad.
Durante ese
periodo, no existe nada más allá de la pareja. Además, la corteza
prefrontal, parte del cerebro encargada de la previsión y la
planificación, deja de funcionar. "Es el mundo perfecto: idealizas a tu
pareja y la ves perfecta. Se hace el amor con mucha frecuencia",
argumenta Espert.
Pero pasados 300 días, y según muestran las resonancias magnéticas,
el núcleo caudado aparece inactivo de nuevo y la hiperactividad
desaparece. "Sólo un 5% de las especies son monógamas. Nuestro cerebro
no está programado para ello", aclara el neuropsicólogo.
Según el cuestionario PLC (Passionate Love Scale), que mide el
enamoramiento de 0 a 135 puntos, los niveles bajan un 50% después de los
primeros 300 días. "Por mucho que nos empeñemos en decir que sentimos
la misma pasión, nuestro cerebro habla por nosotros", opina Espert.
Entonces, ¿por qué la media de duración de la pasión se sitúa en 900
días? A partir de los 300 días, la segregación de dopamina se sustituye
por otras sustancias que están más relacionadas con la confianza y la
estabilidad. "Ya no es el sexo loco del principio; empieza a surgir un
amor más intelectual".
La infidelidad en las mujeres se da en mayor medida durante los
periodos preovulatorios, momento en el que suben los niveles de
testosterona (hormona del deseo). En el caso de los hombres, según
explica Espert, se da el 'efecto Coolidge'.
Se conoce así por un viaje que realizó el presidente de EEUU John
Calvin Coolidge a una granja. "Coolidge observó que cuando dejaban a un
gallo con una gallina éste solo se apareaba una vez, no repetía. Sin
embargo, al dejarlo en el corral con muchas gallinas, se las tiraba a
todas", señala.
"El hombre siente la necesidad de dar salida a entre 500 y 800
millones de espermatozoides. También se conoce como el gen egoísta",
prosigue Espert, profesor del curso 'Psicobiología del amor y el sexo: una visión poco romántica de Cupido'.
Ejemplo de ello es un estudio que revela que cuando los hombres firman
el divorcio los niveles de testosterona suben rápidamente o que durante
el embarazo de la mujer a los varones les baja el nivel de testosterona y
les sube la oxitocina (hormona de la confianza y del vínculo), expone.
LOS FIELES POR GENÉTICA
Hay quienes tienen múltiples receptores de oxitocina (hormona de la
confianza) y de vasopresina (conocida como hormona de la monogamia).
Esos casos suelen coincidir con las personas más fieles.
"Hay muchas
personas de 60 y 70 años que aseguran estar igual de enamoradas que el
primer día y un estudio realizado con resonancia magnética demostró que
es cierto y siguen teniendo activas ciertas zonas del cerebro. Eso sí;
sólo son entre un 3 y un 5% de la población", expone Espert.
¿Cuál es la clave para mantener la llama de la pasión más allá de las
cuestiones genéticas? Que cada miembro de la pareja viva en su casa y
mantenga su independencia económica, sugiere el experto. "Las dos
principales causas de que las parejas no se separen y sean infieles son
los hijos y el dinero".(...)" (Ana Torres, Huffington Post, 02/11/2013)
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