30/10/14

Los elementos básicos necesarios de una economía coopertativa

"Gar Alperovitz escribe extensamente sobre los profundos cambios económicos que están teniendo lugar por todo el país, región por región. Es uno de los muchos que lo hacen aquí y en el extranjero, como Marjorie Kelly , Massimo DeAngelis , Boaventura de Sousa Santos , Ethan Miller , Ana Margarida Esteves y muchos otros. 

Esta visión compartida de abundancia y solidaridad en el centro de esta dinámica emergente local y regional probablemente necesitará una generación para enraizar firmemente, si lo hace.(...)

Los principios, características y procesos implicados en este tipo de desarrollo económico regional no son abstracciones. Ni tampoco deducidos de una simulación matemática. Y, en muchas vías, ni siquiera son nuevos . Más bien son reflejos de eras de realidades sociales y biológicas por todo el planeta

 Son descripciones de la dinámica subyacente que dirige nuevos tipos de sistemas sociales y económicos en muchas partes del mundo como Brasil , Quebec , el norte de Italia y otros lugares. 

Son sistemas estables que funcionan desde culturas que promueven el mutualismo y la distribución suficiente de aquello que es verdaderamente necesario y genuinamente deseado en lugar del consumismo compulsivo y narcisista que el sistema dominante neoliberal promueve. 

Yo denomino esta dinámica "economía cooperativa/solidaria".  (...)

¿Cuáles son las claves? Los elementos básicos necesarios 

Se sabe mucho de la infraestructura que se necesita, pero se comprende poco el tipo de cultura necesaria para movilizar a la gente y desarrollar el potencial relacional necesario.
Hay cuatro elementos clave relacionados con la infraestructura de movimientos regionales cooperativo/solidarios:

Una multitud de empresas económicas alternativas diversas. 
 
Una red regional de empresas económicas cooperativas y solidarias que puedan mantener cadenas recíprocas de producción-distribución-y-consumo de bienes y servicios que conecten a los productores con los vendedores al por menor y a estos con los consumidores en comunicación regular. Las cooperativas obreras no pueden construir su propia economía regional, ni lo pueden las redes de huertos comunitarios, etc. 

Una red regional de instituciones locales mediadoras que puedan dar base a esta economía regional cooperativa/solidaria en las comunidades en las que la gente vive o trabaja o tiene profundas afinidades. (Las instituciones mediadoras son organizaciones locales que representan la voz y los intereses de la población local). Esta red de redes es esencial para la formación de una base de consumidores importante y leal así como de la comunicación regular entre todas las partes. 

Una red social para enlazar entre ellas las comunidades base, sus instituciones mediadoras, las instituciones de segundo nivel como las redes del mismo sector y las instituciones de justicia social de toda la región. Esta red de redes es esencial para la formación de una base de consumidores importante y leal.

 Es también esencial para la formación de alianzas políticas basadas en intereses mutuos para resolver el maremágnum de necesidades legales, de financiación y políticas para fomentar una selva de economía popular. 

La cultura necesaria Esta infraestructura sola es simplemente un esqueleto social. Por sí misma no tiene vida orgánica.  (...)

Necesitamos que crezca una mayor conciencia y conexión de la comunidad.
Conciencia, conexión y comunidad llegan a través de la cultura. Me gusta especialmente la forma en que Fritjof Capra lo plantea en Las conexiones ocultas: una ciencia para una vida sostenible

“... la cultura surge de una dinámica compleja, altamente no lineal. Se crea a través de una red social que supone múltiples ciclos de realimentación mediante los cuales se comunican, modifican y mantienen continuamente valores, creencias y reglas."

(Las palabras en la definición pueden sonar muy abstractas, pero quedarán claras en la explicación que sigue.) 

Un movimiento cultural para desarrollar EC/S regionales tendrá tres dimensiones clave si quiere éxito en el desarrollo de una economía regional alternativa. Son inseparables. Si falta uno, faltan todos. Tiene que ser una cultura de la creencia, del empoderamiento y de Pensar cooperativamente. 

Primero, tiene que ser una cultura de la creencia

Esto es: gente suficiente en el mismo lugar que esté convencida de que es posible que sistemas de economía cooperativa y solidaria lleguen a ser una gran fuerza justamente donde ellos viven. Los suficientes para creer que es razonable arriesgarse a empezar empresas locales de propiedad colectiva y con base comunitaria.  (...)

Claramente, el vehículo para hacer todo este trabajo es una infraestructura de empresas que lleguen a ser parte integrante de sus comunidades, trabajando juntas en red, y desarrollando las cadenas de producción-distribución-y-consumo. ¿Pero de donde vendra la motivación cooperativa y la destreza para llegar a construir estas infraestructuras y que permanezcan democráticas? Esto nos lleva a las otras dos dimensiones.

Segundo, una cultura así tiene que ser una cultura del empoderamiento

Los cambios políticos y económicos imaginados que estamos discutiendo aquí requieren que haya la suficiente gente normal en una región dada que quiera cambiar de una vida de miedo, derrotismo y mentalidad de escasez a una mentalidad de abundancia y mutualidad.   (...)

Tercero, este nuevo tipo de cultura tiene que ser también una cultura de Pensamiento cooperativo. 

 Esto es: una cultura con un compromiso incondicional a fomentar las oportunidades, actitudes y destrezas necesarias para querer comprometerse en la incesante consulta y negociación necesaria para que la gente normal gestione sus vidas colectivas juntos. Yo llamo a esta orientación a la vida pública Pensar cooperativamente. Es famoso que Rodney King preguntó "¿no podemos simplemente llevarnos bien unos con otros?". 

Por conmovedora que sea su súplica tenemos que reconocer que no, necesitamos entender a fondo que no basta "solo" con llevarnos bien unos con otros. Educar a un hijo es un proceso increíblemente complejo como lo es que funcione un trabajo compartido, que en un grupo multiracial lleguen a entenderse unos a otros de forma que puedan trabajar juntos, etc. 

Pensar cooperativamente implica ser capaz de vaciar la mente de distracciones y extender su foco de forma que uno pueda atender a las necesidades del Todo y, tanto como sea posible, al conjunto completo de problemas.  (...)

Las estructuras horizontales, de abajo-arriba tienen que ser muy diferentes. Se basan fundamentalmente en la creación de tantos intereses mutuos como sea posible entre las partes, una solidaridad horizontal. Estas partes pueden tener diversos intereses particulares que van desde tener poco que ver unos con otros en cualquier forma directa a ser bastante antagonistas. 

Las culturas horizontales requieren gente que pueda Pensar cooperativamente y tengan los medios -un espacio público y normas y rituales de comunicación, por ejemplo- para hacerlo juntos. Pensar cooperativamente exige un compromiso virtualmente incondicional para consultar y negociar unos con otros de buena fe, y hacer lo que uno pueda para fomentar la confianza y transparencia esenciales que esta relación tiene que tener. Puesto que interiorizamos tanto el individualismo y el centrado en uno mismo de nuestra cultura recibida, esto supone un trabajo constante durante toda la vida. (...)"            (Michael Johnson,  geo.coop/blogs/michaeljohnson,  Rebelión, 23/10/2014)

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