"El pasado mes de junio, el gobierno finlandés de centro derecha
presentó su proyecto piloto de renta básica. Dicha medida figuraba en el
programa del nuevo gobierno dirigido por el primer ministro Juha
Sipilä, que tomo posesión el mes pasado.
Los detalles de la
aplicación de esta medida no se han hecho todavía públicos. De hecho, el
anuncio gubernamental realizado el 16 de junio consiste en cinco
palabras: "implementar una renta básica experimental".
Sin embargo, el gobierno ha explicitado que todas las personas tendrán derecho a percibir una cantidad periódica que cubra las necesidades vitales
sin que por ello deban realizar contraprestación alguna Los ciudadanos
que deseen tener un estándar de vida más alto complementarán esta renta
con un empleo asalariado o una iniciativa empresarial.
El primer ministro Sipilä considera que la renta básica es un instrumento crucial
para luchar contra la pobreza. "Si alguien pierde su empleo, el sistema
tiene que aseguararle un salario mínimo para satisfacer sus necesidades
fundamentales", ha declarado.
La introducción de esta renta básica eliminaría todas las prestaciones sociales existentes,
incluidas las pensiones. Por lo que el servicio público puede verse
significativamente reducido, lo que permitiría, según el gobierno
finlandés, hacer un ahorro sustancial. La experiencia comenzaría en las
regiones con altas tasas de desempleo.
Todos los socios de la
coalición del país nórdico parecen estar completamente conquistados por
el proyecto. Sin embargo, existen divergencias de opinión respecto a la cuantía de dicho ingreso.
Según la Alianza de la Izquierda tendría que fijarse en 620 euros al mes; los verdes son más minimalistas, con una cantidad de 440 euros.
En cuanto a los liberales, que son los más generosos, han evocado un rango de 850 a 1.000 euros por mes, tal y como ha mencionado el diputado Björn Wahlroos. Según David J. Cord, columnista del Helsinki Times, la renta básica tendría que ascender a 1.166 euros para asegurar ese objetivo declarado de acabar con la pobreza.
Según
los últimos sondeos, el 79% de la población finlandesa apoya esta renta
básica universal. Por otro lado, también se ha observado una
resistencia por parte de los funcionarios que ven amenazados sus
empleos.
Una medida con muchos interrogantes
El anuncio del nuevo Ejecutivo finlandés ha suscitado también dudas por
su escasa concreción, por el carácter condicionado o no de la
prestación y por lo que supondría de desaparición de todas las restantes
ayudas y subsidios.
"Este prematuro entusiasmo ha de ser disminuido por el realismo", opina Otto Lehto, responsable de la red BIEN, un grupo de discusión sobre la renta básica universal incondicionada, quien apuesta por la cautela al valorar el anuncio.
"No
está del todo claro que se entienda el término en el mismo sentido,
muchos políticos lo que apoyan es una renta básica condicionada,
evaluable y no universal. Luego también hay elementos del gobierno,
incluidos ministros poderosos, que se oponen claramente a la renta
básica y harán lo que puedan por abortar este proyecto experimental",
añade.
En su opinión, además, no está nada claro que la
coalición de gobierno que forman el Centre Party, True Finns y el
National Coalition Party compartan la misma propuesta sobre la renta
básica. El primer partido parece más volcado con la idea, sus dos socios
muestran reticencias, afirma Lehto.
"Aunque el Centre Party ha
conseguido incluir el proyecto de renta básica en la agenda del
gobierno, ésta no figura muy arriba en la lista de prioridades de los
otros dos partidos de la coalición", asegura." (Susana Moliner Delgado , Diagonal , en Rebelión, 10/07/2015)
No hay comentarios:
Publicar un comentario