10/3/17

Blockchain nos hará libres

"(...) Las cosas en Internet pasan deprisa. Hace apenas unos pocos años que empezó a desarrollarse la economía colaborativa (sharing economy), en parte como respuesta a la crisis que vive desde 2007 la economía convencional —la de mucha deuda, mucha burbuja ficticia y gran control estatal—. 

Paradójicamente, muchos jóvenes indignados que gritaban contra el capitalismo en las plazas ocupadas de medio mundo, estaban desarrollando al mismo tiempo sistemas de organización espontánea de la economía y, en realidad, de todo, mediante blockchain. Sin saberlo, estaban desarrollando un capitalismo más auténtico mientras colocaban el mayor palo de todos los tiempos en la rueda del Estado.

En ese contexto, algunos emprendedores vieron la oportunidad de lanzar plataformas de interacción social donde la gente pudiera ofrecer y encontrar alojamiento, trayectos urbanos, transporte a otras ciudades e infinidad de otros servicios. 

La ira estatal no se hizo esperar, ante la merma que esto supone a su exacción fiscal y ante el cabreo de los señoritos provistos de la arcaica licencia oficial, convertida de pronto en papel mojado.

 Una licencia que les permitía, en realidad, algo injusto: operar en oligopolio unos determinados servicios disfrutando de fuertes barreras de entrada a sus competidores. Enseguida se llenaron los periódicos de alertas sobre los males de proporciones bíblicas que habrían de caer sobre todos nosotros si cualquiera podía ser taxista, hotelero o transportista interurbano.

 Y sin embargo, pese a que el modelo de negocio de estas plataformas aún nos resulta novedoso —y superior, desde luego, a la economía pseudoprivada, sometida a la rígida normativa y planificación estatales—, sólo ha sido el principio de un cambio mucho más profundo.

En unos años, gran parte de los sistemas centralizados que aún empleamos, sean estatales o privados, se habrán ido sustituyendo por sus equivalentes en blockchain

Esto reemplazará, por poner algunos ejemplos, las actuales redes sociales centralizadas, las plataformas de consumo compartido e intercambio de servicios que aún luchan en los tribunales contra los alcaldes, las aplicaciones en red, el espacio de almacenamiento digital, los juegos interactivos, la financiación entre particulares, los fondos de inversión, los mercados de acciones y futuros, los sistemas de comunicaciones síncronas y asíncronas, el intercambio de excedente energético y hasta la fe pública de los actos jurídicos —esto último ya funciona por ejemplo en Estonia—. 

Y, por supuesto, la moneda, lo que nos permitirá recuperar la institución básica de la economía, la institución dinero, que el Estado nos había sustraído.

blockchain es a Internet lo que Internet fue al mundo offline
 
El cambio de paradigma es inmenso y apenas podemos vislumbrar su alcance. No es exagerado afirmar que blockchain es a Internet lo que Internet fue al mundo offline. Su capacidad de empoderamiento de cada individuo humano carece de precedentes en toda la historia de nuestra especie. Es extrema —y divertida— la preocupación de aquellos pocos políticos conservadores y socialistas que comprenden realmente todo esto, como los concejales demócratas y republicanos de Nueva York, que se unieron contra Uber.

 La sensación de impotencia que tienen los estatistas ante la muerte anunciada del control social resulta maravillosa para quienes creemos en el ser humano, en su acción racional y en la Libertad."                (Juan Pina, Vox Populi, 02/10/16)

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