"Uno de los grandes problemas para
comprender la violencia de género es que no se entiende a qué nos
referimos con género. Por otro lado, al hablar del machismo estamos
reflejando el sexismo, pero se desconoce su definición. Por eso este
texto trata de abordar estos conceptos de manera pedagógica para que
podamos manejarlos y así poder contrarrestarlos.
El primer punto es que existe una percepción social diferenciada entre hombre y mujer: En base al sexo biológico existen roles sociales que se adscriben, que son los llamados roles de género, y son un condicionante social muy potente.
Es decir, la discriminación es por razón de sexo, y la educación
diferencial sexista construye el género como normas socialmente
deseables de comportamiento. Pese a que soy consciente de que
solemos creer que nuestras ideas están construidas en base a una libre
toma de elección esto no es cierto. Nos guste o no, a menos que se
haya hecho un esfuerzo en desarrollar el pensamiento crítico
contrastando sesgos, estos suelen guiar nuestra conducta de manera
inconsciente en no pocas ocasiones.
Así, pese al debate de que la
discriminación se hace en base a cuestiones aleatorias esto no tiene
evidencia científica. De la misma manera que tampoco tiene evidencia que
haya una identidad masculina o femenina predeterminada e innata pues
esto sería neurosexismo y una nueva forma de perpetuar la desigualdad.
Los colectivos oprimidos sufren opresión por la percepción de
pertenencia a dichos colectivos. En el caso de la mujer es por el hecho
de nacer hembra humana. Sin embargo, como las diferencias de
comportamiento entre hombres y mujeres están presentes en todas las
culturas, se ha creído durante mucho tiempo innatas apoyadas en las diferencias biológicas y anatómicas (capacidad de procrear, por ejemplo).
Pero el género es una cuestión cultural,
que se asienta en una estructura patriarcal, basada en la autoridad del
hombre en la familia (en nuestra cultura grecolatina a nivel legal se
remonta al pater familia), la que le otorga poder sobre las mujeres (y en extensión a las hijas y/o hijos) a todos los niveles.
Por tanto, a través del género, se construyen identidades distintas entre hombres y mujeres,
en función del sexo, que sitúan a las mujeres en una situación de mayor
vulnerabilidad al tener menos poder, autoridad y mayores factores de
riesgo como pobreza, explotación sexual y reproductiva.
Por tanto da igual la situación individual de una mujer o si no percibimos violencia a nivel individual, puesto que el abordaje de toda problemática debe hacerse de manera global, no particular.
Y en global ser mujer es un factor de riesgo social porque nacer hombre
trae adscritos privilegios masculinos que incluyen la sumisión y
supeditación de la mujer. Por tanto, el mundo ha sido masculino
hasta hace bien poco, y la idea o construcción de la mujer era a través
de los ojos del hombre en exclusiva.
Esto hace que hayamos heredado
un mundo masculino que gracias al movimiento feminista está tratando de
posicionar a la mujer como entidad propia. No “una otra”, sino con una
visión en primera persona. Pero la violencia de género es uno de las
grandes barreras de la igualdad.
Esta violencia se sustenta en estas
situaciones de poder diferenciado entre hombres y mujeres, y se basan en
el SEXISMO. Si bien solemos hablar de machismo, que es la visión desde
el hombre distorsionada de la mujer, hemos de hablar de la construcción
de la feminidad y masculinidad. Así, el sexismo es el prejuicio basado
en el género: “Actitudes, creencias y conductas, prácticas
organizacionales, institucionales y culturales que o bien reflejan
evaluaciones negativas por género o bien apoyan la existencia de un
desigual estatus de hombres y mujeres”, que pueden adoptar formas
sutiles o explícitas, normalizadas, simbólicas o explícitas.
Pues bien, muchas son las personas que
afirman no ser machistas y lo cierto es que son sexistas. De hecho se
cifra en más del 70% de población sexista. Esto sucede porque el sexismo
hostil, el asumir la inferioridad de la mujer es menor, pero el
benevolente está generalizado y asumido. De hecho la perspectiva de
género se trata de esto: La perspectiva de género es hacer consciente la
estructura social patriarcal, el mundo heredado masculino, la
socialización por géneros adscritos al sexo y el sexismo para así
neutralizarlo y conseguir una igualdad real y efectiva, no formal e
irreal como la actual. Y solo con formación específica y entrenamiento se consigue la liberación de estos sesgos.
No es algo que venga dado, es una construcción y como tal hay que
trabajarla. Precisamente, de ahí viene que sea complejo adquirirla, y
requiera de una continua reconstrucción. Por tanto pasaremos a
diferenciar uno y otro para ayudarnos a reflexionar sobre nuestra
conducta para poder mejorar tanto nuestra visión y percepción, como
nuestra conducta y trato en base a estos sesgos. Los autores que lo
desarrollaron, Glick y Fiske (1996) diferenciaron:
1.Sexismo hostil (SH):
Es el prejuicio hacia las mujeres que las considera en una situación de
inferioridad con respecto a los hombres, con un tono afectivo-negativo.
A esto solemos referirnos con machismo, pero es un tipo solo. Se
distinguen 3 características fundamentales:
SH1.1) Dominador:
Reconocimiento de la situación de subordinación y sumisión de las
mujeres. Esto refleja la situación de desigualdad de poder estructual
donde se asume inconstantemente a través de la Socialización identidades
jerárquicas. Esto está tras la Violencia de Género .
SH1.2) Competitivo: Las
tareas o representaciones propias del género masculino son más
importantes y necesarias, con mayor dificultad y complejidad que las de
género femenino. Esto está tras el techo de cristal o la menor
representación en puestos de poder de las mujeres.
SH1.3) La representación de las mujeres es como personas sin sexualidad o sexualidad muy poderosa,
lo que las hace potencialmente peligrosas Esto está tras la concepción
dicotómica de mujeres Honestas o deshonestas, monjas o putas. La
masculinidad tóxica se basa en hostilidad a mujeres libres e
independientes.
Así, los hombres que tienen un sexismo hostil, es decir este ideario mental,
tienen mayor tendencia a comportamientos agresivos, estando relacionado
con el maltrato a la mujer (tanto en el inicio de esta como en su
mantenimiento), así como con las agresiones sexuales. Por otro lado, las mujeres con sexismo hostil tienden a normalizar más la violencia.
2. Sexismo benévolo(SB):
Prejuicio hacia las mujeres basado en una visión estereotipada y
limitada de mujer, con un tono afectivo-positivo, unido a conductas de
apoyo, al mismo tiempo que enfatiza su debilidad y necesidad de
protección. Es un sesgo social más extendido que el hostil en la
actualidad.
SB2.1) Paternalismo:
Reconocimiento de la inferioridad y debilidad de las mujeres que tienen
que ser protegidas. Eso está detrás de muchas formas conductas de
proteccionismo(“ya lo hago yo”,”te lo explico que no sabes”,”Mejor que
me dejes por si te haces daño”)La caballerosidad.
SB2.2) Complementario:
Las tareas de unos y otros se complementan, pero se mantiene la
preponderancia de lo masculino sobre lo femenino. Esto está detrás del
mito de la media naranja. La construcción de un otro contrario
(superior-inferior, fuerte-débil…) que es limitante.
SB2.3) La Sexualidad bajo esta conceptualización prioriza las relaciones heterosexuales
sobre las demás, y hace la pareja necesaria para alcanzar la felicidad
verdadera. Esto está detrás del mito del amor romántico que tan tóxico
puede llegar a ser y la heteronormatividad.
Si bien hay personas que creen que
este es orden natural de las cosas, lo cierto es que estudios como los
de Carretero y Nolasco (2017) evidenciaron que incluso en el desarrollo emocional aislando la variable sexismo no había diferencias en Inteligencia Emocional entre sexos.
De hecho el sexismo oprime tanto a hombres, retirándoles del plano del
hogar, los cuidados y las emociones que como seres humanos les
pertenecen, como a las mujeres, retirándolas del poder y lo social, y
sufriendo violencia desproporcionada. Es por tanto una lucha
conjunta. Hombres y mujeres hemos sido recortados por un Procusto social
que nos limita, genera infelicidad y nos aleja del Bienestar.
Por tanto, hemos de reflexionar sobre estos prejuicios (discriminación
por género) a todos los niveles, disciplinas y estratos sociales, sin
distinciones.
Pese a todo lo anterior, debemos tener
presente que nadie nace aprendido. Lo lógico es tener estos sesgos. De
hecho se cifra en que más de un 70% los tiene presentes, es decir la
mayoría de la población. Da igual si llevamos más camino andado, porque
es un viaje conjunto.
Da igual el pasado porque de lo que se trata es de analizar el presente y construir un futuro mejor y más justo.
Sobre todo porque tenemos la responsabilidad de hacerlos conscientes,
de tener perspectiva de género para ver esta construcción de identidades
diferenciadas entre hombres y mujeres que está en la base de tanto daño
y malestar Social. Por ello es necesario abolir el género, hacer
desaparecer estos muros en el desarrollo de los seres humanos para que
seamos libres de actuar como somos, no como nos dicen que debemos ser. Necesitamos
hacerle frente y combatirlo de manera activa en nuestro día a día. Pero
no desde los reproches y ataques, sino desde el mutuo crecimiento.
Pues llevemos más o menos camino andado al final somos parte de la
misma tribu y este es un viaje conjunto para lograr tener la igualdad
que tanto necesitamos." (Laura Redondo, blog, 02/10/19)
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