"Un documento interno del PSOE, distribuido en las últimas horas por diversas redes sociales y chats de Whatsapp, fija
la posición del Partido Socialista sobre lo que desde esa formación
llaman "las teorías que niegan la realidad de las mujeres". Se trata
de un "argumentario", es decir, un documento que emiten los partidos
políticos cuando acuerdan una posición y ésta debe ser conocida y
utilizada por los distintos portavoces o cuadros de la formación.
En el documento, el que el PSOE deja clara su posición en contra del "derecho a la libre determinación de la identidad sexual" o "derecho a la autodeterminación sexual",
que "carece de racionalidad jurídica". Estas manifestaciones
colisionan con las posiciones del Ministerio de Igualdad, que tiene
sobre la mesa aprobar diversas leyes a lo largo de esta legislatura,
como son la de derechos LGTB y de las personas Trans. Esta diferencia de
posturas augura un arduo debate político.
Pero también puede provocar serios desencuentros entre los socios de Gobierno en otras normas, como la Ley de Libertad Sexual,
una de las prioridades del ministerio que dirige Irene Montero y cuya
tramitación se inició el pasado 8 de marzo por el Consejo de Ministros,
pero que sufrió un parón por el estado de alarma debido al coronavirus.
La ley ya había provocado diversas discrepancias antes del momento de su aprobación por el Consejo de Ministros
que no solo fueron de forma, sino también de contenido. Entre ellas se
encontraban algunas definiciones y afirmaciones de la ley que, según
algunas fuentes socialistas invisibilizaban o "borraban" a las mujeres
de la norma.
En su documento los
socialistas establecen lo que entienden por conceptos como el "sexo" y
el "género", dos vocablos que en algunos momentos se utilizan como
sinónimos pero que, afirman, hacen referencia a realidades muy
distintas. El documento define el sexo como una serie de características
biológicas y fisiológicas con las que se nace. En cambio el género es una "construcción social", es decir "un conjunto de roles sociales y culturales, de tareas, estereotipos" que se asignan a los hombres y las mujeres de manera diferenciada.
El problema, afirma el documento, es que "el género está siendo ahora utilizado por determinados movimientos para sustituir el propio concepto de sexo".
Y si esto ocurre, añaden, "se desdibuja la situación de desigualdad
estructural de las mujeres respecto a los hombres". El género "es una
categoría de análisis que lleva implícita la opresión, la
desigualdad y la subordinación de las mujeres respecto de los hombres.
Por ello, las socialistas feministas pretendemos su abolición para
conseguir la emancipación de las mujeres".
El PSOE señala en su argumentario su "compromiso con las personas transexuales y la lucha por la consecución de sus derechos"
y afirman que hacen "propias sus reivindicaciones a favor de la plena
consideración de sus derechos de ciudadanía y de no discriminación".
Pero afirman estar en contra "de los posicionamientos que defienden que
los sentimientos, expresiones y manifestaciones de la voluntad de la
persona tienen automáticamente efectos jurídicos plenos".
Según el
argumentario, la lucha contra la discriminación y las políticas de
inclusión "son una obligación para las democracias" y que "no pueden utilizarse torticeramente o como coartada para socavar las conquistas en materia de igualdad entre mujeres y hombres. Como socialistas, defendemos que la igualdad y el respeto a la diversidad hacen mejores democracias".
El documento el
PSOE explica que aunque los conceptos de identidad sexual o identidad de
género no son estrictamente iguales, se ha venido usando de manera
indiferenciada en textos legales y demás documentos a nivel nacional e
internacional. "Si bien, en los últimos tiempos se está generado una
utilización interesada (por parte del activismo queer), que está
ganando terreno en espacios académicos y ciertos movimientos sociales,
en torno a la utilización de ambos términos y con la incorporación de
nuevos conceptos ambiguos.
Las consecuencias de manipular
confusamente dichos términos están poniendo en riesgo el propio
concepto jurídico y sujeto político 'mujer'. Un debate en el que está inmerso el feminismo desde hace tiempo".
"Estamos en contra
de los posicionamientos que defienden que los sentimientos, expresiones y
manifestaciones de la voluntad de la persona tienen automáticamente
efectos jurídicos plenos". El denominado "derecho a la libre
determinación de la identidad sexual" o "derecho a la
autodeterminación sexual" carece de racionalidad jurídica.
El argumentario
cuestiona la viabilidad de seguir avanzando hacia la igualdad si "se
cambia la definición de mujer y se niega su realidad". "Si basta
con que un hombre exprese en un momento determinado que se siente mujer,
sin ninguna otra consideración, ¿Cómo afecta a la recopilación de
datos estadísticos? Las estadísticas se desagregan por sexo, y son
fundamentales para conocer los problemas (la desigualdad laboral y
salarial, la feminización de la pobreza, el techo de cristal, la
violencia machista...) y determinar las políticas públicas para su
abordaje ¿Cómo afecta a la ley de violencia de género? ¿Podría un
hombre maltratador señalar que se siente mujer y por tanto no poder ser
juzgado por este delito?" se pregunta entre otras cuestiones.
El Ministerio de Igualdad no ha hecho ningún comentario sobre este documento de su socio de Gobierno." (Marisa Kohan, Público, 10/06/20)
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