18/2/10

Ética y empresa

"La gran mayoría de empresas no tiene ni quiere tener tiempo para reflexionar y cuestionarse su función y su funcionamiento. Lo único que les interesa es el lucro. Su objetivo vital es ganar cada vez más dinero, un comportamiento totalmente legítimo y comprensible. Al fin y al cabo, no están dirigidas por su conciencia, sino por su instinto de supervivencia. Tienen tanto miedo que sólo piensan en sí mismas. Todo lo demás les trae sin cuidado. Ésta es la esencia del denominado "egocentrismo empresarial", cuya doctrina existencial es que "el fin justifica los medios". (...)

La gran mayoría de empresas son competitivas, ambiciosas y codiciosas. Y lo son porque creen que ésta es la mejor manera de sobrevivir. Están tan obsesionadas con el corto plazo, que se han convencido a sí mismas de que no pueden permitirse el lujo de ser éticas. Eso sí, por medio del marketing y la publicidad se esconden detrás de una máscara, fingiendo parecer lo que no son para gozar de una buena reputación social. No tienen ningún reparo en engañarse y corromperse, mintiendo y estafando descaradamente a la sociedad. Basta con hablar con alguno de sus empleados para desenmascarar esta incómoda verdad. (...)

En definitiva, la gran mayoría de empresas todavía no han encontrado su razón de ser. Y eso siempre genera un gran vacío. Por eso son tan pobres y están tan enfermas. Al no tener ningún sentido lo que hacen, son víctimas de un virus letal: la epidemia de insatisfacción y malestar entre los profesionales que las componen, que merma año tras año su creatividad, su innovación y su capacidad de aportar valor añadido. De ahí su incompetencia a la hora de crear riqueza real para la sociedad. Y éste sí es un lujo que no van a poder permitirse por mucho tiempo.La paradoja inherente a la mayoría de empresas es que a pesar de sus esfuerzos por sobrevivir, funcionan de tal modo que están condenadas a desaparecer. Debido a su ineficiencia e improductividad son totalmente insostenibles. (...)

Preguntarse si la ética es rentable es absurdo e incluso vergonzoso. Es como si nos preguntáramos: ¿es agradable ser amable? De ahí que el objetivo del nuevo paradigma económico emergente es que la ética y la rentabilidad vayan de la mano. Sobre todo por cuestiones de eficiencia y sostenibilidad. Ahora mismo, el mayor obstáculo para poder promover una gestión verdaderamente ética en las organizaciones es el obsesivo afán de lucro en el corto plazo. La ética requiere de una estrategia que contemple el medio plazo, lo que permite establecer relaciones profesionales respetuosas e igualitarias, en la que todos los miembros salgan ganando. Y es que sólo por medio de la confianza, la cooperación y la vocación de servicio se alcanza la abundancia sostenible que persigue cualquier compañía. (...)

El gran reto que propone la economía consciente que se avecina es emprender y liderar proyectos empresariales conscientes, que apuesten por crear valor a través de valores humanos. Y aunque no puede imponerse, sí puede enseñarse. Este aprendizaje surgirá cuando las empresas se den cuenta de que este cambio no es una opción moral, sino una necesidad para garantizar su supervivencia económica. El objetivo vital de este tipo de organizaciones ya no será ganar dinero, sino crear riqueza. Y al ofrecer servicios y productos realmente útiles y necesarios, el dinero será un indicador de que efectivamente lo están consiguiendo, convirtiendo la ética en sinónimo de rentabilidad." (BORJA VILASECA: ¿Es rentable ser ético?. El País, Negocios, 14/02/2010, p. 37)

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