"Mucho se ha escrito sobre la naturaleza de la crisis global. Los
economistas heterodoxos y post-Keynesianos han hecho importantes
contribuciones. Pero parece que siempre se les queda algo crucial en el
tintero.
Las perspectivas de corte marxista sobre los orígenes y
evolución de la crisis son claves para suplir estas lagunas y completar
nuestra comprensión de la naturaleza de la crisis. (...)
Pero en todos existe un hilo conductor: la crisis no es una patología
del capital, es resultado de las contradicciones que le definen como
modo de producción históricamente determinado. La crisis está
íntimamente ligada a la lucha de clases.
El descalabro en el sector de las hipotecas chatarra
en Estados Unidos es sólo un eslabón en una cadena que arranca de
acontecimientos que arranca en los años setenta con la caída en la tasa
de ganancia en Estados Unidos y Europa.(...)
Las causas de esta caída en la tasa de ganancia son objeto de un
acalorado debate. En todas las interpretaciones, la lucha de clases está
presente. Algunos autores prefieren la interpretación en términos de un
incremento en la composición orgánica del capital (mayor mecanización
para incrementar la productividad), mientras que otros se inclinan por
los incrementos en salarios o la relación entre trabajo productivo e
improductivo.
Frente a la reducción en la rentabilidad, la clase capitalista reacciona
con gran fuerza y busca por todos los medios reducir el salario real.
En este proceso se desencadena una gran ofensiva en contra de los
sindicatos a partir de 1971-73.
Más tarde se complementa esto con la
contratación temporal, la segmentación del proceso productivo, y hasta
la colocación de plantas enteras en países con bajos costos laborales
(eufemismo que significa salarios miseria).
La clase capitalista tuvo gran éxito en su ofensiva. El salario real se
estancó desde los años setenta y la clase trabajadora tuvo que compensar
esa pérdida con mayor endeudamiento.(...)
La reducción en la rentabilidad en los años setenta generó incentivos
para la especulación en el sector financiero. Para el capital, la
producción es un mal necesario; su sueño es pasar directamente a la
rentabilidad sin tener que contratar trabajadores y comprar medios de
producción.
Por eso, según Marx, todas las naciones capitalistas son
periódicamente presa de un deseo febril de producir ganancias sin tener
que pasar por la producción. Pero faltaban los caminos para cumplir este
deseo.(...)
La interpretación marxista de la crisis entreteje una iluminadora
narrativa que va desde la lucha de clases en el interior del laboratorio
secreto de la producción burguesa (fórmula de Marx al iniciar su
análisis del proceso de producción capitalista) hasta la circulación
general y la expansión del sector financiero, pasando por la evolución
de la tasa de ganancia y la inversión.
Este análisis integra también el
papel del Estado y del gasto público en la reproducción del ciclo del
capital. Se comprende así la naturaleza suicida de las políticas de
austeridad que hoy se imponen en beneficio del capital financiero." ('En el laboratorio secreto de la producción burguesa', Alejandro Nadal, La Jornada, Jaque al neoliberalismo, 23/02/2012)
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