"El 2 de agosto de 1990, el entonces presidente de Italia, Giulio Andreotti, reconoció ante el Senado italiano la existencia de una red de ejércitos secretos a lo largo de la Europa occidental.
Aquella noticia era terrible y confusa en términos iguales. Terrible
debido a que habían existido tropas paramilitares no controladas por el
poder civil; confusa porque no se sabía ni cuáles eran los objetivos de
estas tropas stay behind, ni quiénes la formaban, ni qué acciones habían
llevado a cabo.
En este artículo se intentará dar respuesta a qué fueron los
ejércitos secretos de la OTAN, quiénes lo formaron y cuáles fueron sus
operaciones y sus objetivos. (...)
Después de la II Guerra Mundial, Italia quedó encuadrada dentro del
bloque occidental. Sin embargo, Estados Unidos sabía a la perfección que
las probabilidades de que el PCI llegase al poder en las elecciones de
1948 eran bastante altas.
Con el objetivo de evitar tal situación, la
CIA organizó un operativo cuyo principal fin era que la Democracia
Cristiana se alzase con la victoria en las elecciones del 48. Para ello
se usaron varios recursos, desde una campaña difamatoria contra el PCI
dirigida y realizada por la Iglesia católica italiana, pasando por un
refuerzo económico a Italia y a la Democracia Cristiana para llevar a
cabo su campaña, finalizando en una operación donde los italo-americanos
enviaban cartas a sus familiares en Italia avisándoles de los peligros
de votar al PCI.
La estrategia funcionó a la perfección y la Democracia Cristiana
obtuvo los mejores resultados en su historia en esas elecciones de 1948.
Pero lo más relevante de la victoria de la DC fue el éxito de una de
las primeras acciones encubiertas de la CIA. De hecho, en caso de que el
PCI hubiera ganado aquellas elecciones, los EEUU habían planeado un
Plan B que consistía en una invasión de la Italia, tal y como reconoció
décadas después Francesco Cossiga, presidente de Italia entre 1985 y
1992.
No sería hasta la década de 1960, más concretamente en 1963, cuando
Italia volvería a estar en el radar de los Estados Unidos. En esta
ocasión no se trataban de una posible llegada del PCI al poder italiano,
sino de la entrada del Partido Socialista Italiano (PSI) en el
ejecutivo nacional. El objetivo de la alianza cristiana-socialista era
dar mayor estabilidad al panorama político y social italiano a través de
una coalición de centro-izquierda.
Sin embargo, la CIA y los sectores
más reaccionarios de la política italiana y estadounidense mostraron una
preocupación ante el giro a la izquierda y aprovechando el asesinato de
J.F. Kennedy en noviembre de 1963, planearon llevar a cabo un golpe de
estado. Dicho golpe fue marcado para el año siguiente, aunque finalmente
no fue necesario ejecutarlo debido a la salida de los socialistas del
ejecutivo. El golpe, que ha pasado a ser conocido bajo el nombre de
“Piano Solo”, triunfó sin poner en marcha el músculo militar que había tras él.
“Piano Solo” no fue el único golpe de estado planificado en Italia
durante la Guerra Fría. Apenas seis años después del éxito del golpe de
1964, en 1970 desde los servicios secretos y militares italianos junto
con los paramilitares de Borghese, se volvía a preparar otro golpe de
estado, en esta ocasión liderado por Valero Borghese. Los golpistas
debían ocupar las sedes del Ministerio de Defensa y de Interior, al
mismo tiempo que hacerse con el poder en la sede de la RAI y otros
medios de comunicación de importancia.
Posteriormente, todos aquellos
elementos calificados como subversivos serían detenidos y un gobierno
militar sería instalado con el objetivo de volver a instaurar el orden y
la disciplina a Italia. Sin embargo, y por razones que aún hoy se
desconocen, Borghese ordenó que el golpe se detuviese y que Italia no se despertase bajo un gobierno militar.
La Estrategia de la Tensión, los años del plomo y la Operación Gladio
Para comprender la década de 1970 en Italia, primero deben ser
clarificados los significados de “años del plomo” y “estrategia de la
tensión”. Respecto al primero, se puede definir como el contexto de
violencia callejera que evolucionó a la lucha armada por parte de grupos
extremistas (de derecha y de izquierda) que recurrieron a la violencia
para conseguir sus objetivos aprovechando la debilidad de las
instituciones políticas y económicas, del caos político y de la negativa
coyuntura económica italiana derivada de la crisis del petróleo de
1973.
Por otro lado, respecto al segundo concepto, se puede considerar
como una táctica para cometer actos terroristas y atribuirlos a la otra
parte. El término tensión se refiere a la tensión emocional, a aquella
que crea una sensación de miedo; el término estrategia se refiere a
quién alimenta el miedo en la sociedad y lo dirige contra un grupo o
sector determinado. En el caso italiano, el grupo era la izquierda,
representada principalmente por el Partido Comunista Italiano.
La Operación Gladio, esto es, el uso indiscriminado del terrorismo
contra la población civil italiana, comenzó el 12 de diciembre de 1969
con la explosión de cuatro bombas en Roma y en Milán que mataron a 16
personas. De estos cuatro atentados, el más famoso ha sido el de la sede
de la Banca Nazionale dell’ Agricoltura, localizada en Piazza Fontana.
En un primer momento, las autoridades culpabilizaron de los atentados a
la izquierda, exactamente a grupos anarquistas.
No obstante, desde los primeros momentos del atentado muchas dudas
surgieron en torno a la autoría de los atentados. De hecho, legal y
jurídicamente, ninguna persona y/u organización ha sido declarada
culpable de la matanza. Aún con lo anterior, un informe secreto del SID,
los servicios secretos italianos, datado a 16 de diciembre, mencionaba
la posibilidad de que los atentados en Milán y Roma hubiesen sido
perpetrados por grupos de la derecha con el apoyo de la CIA. Esta
mención se vio confirmada años después con las declaraciones del General
Maletti sobre cómo la CIA brindaba apoyo a terroristas de la extrema derecha para detener el avance de la izquierda en Italia.
En 1972, cuando Italia aún se recuperaba de los acontecimientos de
1969, tres miembros de los carabinieri fueron asesinados en un atentado
acontecido en Peteano. Al igual que los sucesos de 1969, el atentado fue
atribuido a grupos de extrema izquierda revolucionaria. Sin embargo,
como sucedió en Roma y Milán, las dudas surgieron rápidamente.
En primer
lugar, porque según el General Serravalle, tres de los siete depósitos
de explosivos C4 localizados en Trieste y pertenecientes a la red Gladio
habían desaparecido a sólo dos meses del atentado de Peteano.
Y en
segundo lugar porque, durante su juicio en 1984, Vincenzo Vinciguerra
confirmó la existencia de una “superorganización” organizada por la OTAN
y con la colaboración de los servicios secretos italianos y fuerzas
militares y paramilitares italianas. Pero no sólo eso, sino que
Vinciguerra contextualizó las acciones de grupos paramilitares de
extrema derecha tales como Ordine Nuovo o Avanguardia Nazionale como
acciones llevadas a cabo dentro de la Operación Gladio.
En 1974 se produjeron nuevos incidentes. Por un lado, en una
manifestación anti-fascista en la ciudad de Brescia se produjo un
atentado en donde fallecieron ocho personas y 102 resultaron heridas.
Llevado a cabo por personajes encuadrados en grupos de extrema derecha,
en 1982 los imputados por el caso fueron declarados inocentes, lo que
llevó a una manifestación espontánea en el lugar donde había tenido
lugar el atentado y a una reflexión por parte de la izquierda
institucional que cobraría todo su sentido tras el descubrimiento del
ejército paralelo de Gladio:
¿Cómo era posible que mientras a los
responsables del terrorismo de la extrema izquierda se les juzga y se
les condena, a los de extrema derecha nunca se les consigue condenar
porque al final resultan siempre inocentes?
Esta reflexión es también
válida para los resultados de la investigación de la “Operación Tora
Tora” donde las pesquisas llevadas a cabo sobre el caso dieron el
resultado de 145 personas acusadas, de las cuales 78 de ellas fueron
llevadas a juicio y de estas 78, 46 fueron sentenciadas culpables, los
cuales apelaron al Tribunal Supremo Italiano y fueron finalmente
exonerados de sus cargos.
Otro incidente de importancia ocurrido en 1974 se localizó en el tren
que hacía la ruta Roma-Münich, en donde fallecieron 12 personas y 48
resultaron heridas. Además, en este año, el que había sido miembro de la
logia P2 y director del Servizio Informazioni Difesa (SID), Vito
Miceli, fue arrestado bajo los cargos de “conspiración contra el Estado”
en relación con la “Operación Tora Tora”. Durante el juicio, Miceli
declaró la existencia del Operativo Gladio (sin nombrarlo) y cómo éste estaba coordinado desde la OTAN y desde los EEUU.
Del Compromiso Histórico al atentado de Bolonia
Formulado en octubre 1973, el “compromiso histórico” es como se
conoce a la intención del PCI de formar una coalición de gobierno junto
con la DC con el objetivo de dar estabilidad política a Italia y así
evitar que una solución más autoritaria fuera tomada para internar
resolver los problemas económicos y sociales por los que atravesaba el
país.
En el fondo de este compromiso está el fundamento ideológico del
Eurocomunismo, pero también el temor de Berlinguer de que si el PSI y el
PCI formaban una alianza para formar un ejecutivo, esto provocaría una
reacción de la derecha en forma de golpe de estado.
La sombra de
Salvador Allende y el golpe de estado de Pinochet eran alargada. Desde
el ala más progresista y moderada de la Democracia Crsitiana se acogió
la idea del “compromiso histórico” favorable, por lo que la DC y el PCI
acercaron posturas y comenzaron a armonizar sus objetivos.
Un año después de la formulación del “compromiso histórico”, Aldo
Moro, primer ministro de Italia, viajó a Washington donde le comentó a
Henry Kissinger y a Gerald Ford su intención de incluir al PCI en el
ejecutivo italiano, a lo cual recibió una respuesta negativa por parte
de ambos, los cuales recordaron a Aldo Moro que ningún elemento comunista podía participar en el gobierno.
Sin embargo, los resultados de las elecciones de 1976, en donde el PCI logró el mejor resultado en su historia,
llevaron en 1978 a Aldo Moro a intentar poner en marcha el “compromiso
histórico” formulado cinco años antes. El 16 de marzo de 1978, Aldo Moro
se dirigió a la Cámara de los Diputados para presentar el proyecto. Sin
embargo, nunca llegó al Parlamento ya que fue secuestrado ese mismo
día.
Durante 55 días Aldo Moro estuvo secuestrado, hasta que el 9 de mayo
su cadáver apareció en una calle céntrica de Roma. Supuestamente su
secuestro y ejecución fueron realizadas por las Brigate Rosse, pero lo
cierto es que el secuestro y posterior asesinato del ex primer ministro
italiano estaba lleno de misterios.
El principal era si la CIA, los
servicios secretos italianos o la estructura Gladio tenían algo que ver
con la cuestión Moro. Según el periodista italiano Carmine Pecorelli
detrás de la muerte de Aldo Moro no estaban las Brigate Rosse sino la
CIA y la estructura Gladio. Si Pecorelli tenía razón o no fue algo
imposible de verificar ya que fue asesinado el 20 de marzo de 1979.
Lo
más inquietante es que entre los imputados por el caso se encontraba el
entonces primer ministro Giulio Andreotti, el cual fue declarado
inocente junto al resto de acusados en 1999. Sin embargo, en 2002 Andreotti fue declarado culpable de instigador de homicidio, aunque finalmente el Tribunal Supremo italiano lo exoneró de la anterior condena en el 2003.
Es probable que nunca se sepa a ciencia cierta quién estuvo detrás
del secuestro y asesinato de Aldo Moro. La comisión del Senado que
investigó la estructura Gladio en la primera mitad de la década de 1990
sospechaba que la CIA, los servicios secretos italianos y la estructura
Gladio estaban tras el asesinato de Moro. Sin embargo, cuando se
dispusieron a investigar esa hipótesis descubrieron que la mayor parte
de los documentos relacionados con el secuestro y asesinato habían
desaparecido.
La última acción de importancia que se encuadra dentro de la
“estrategia de la tensión” fue el atentado de 1980 en la estación de
tren de Bolonia. Un total de 85 personas fallecieron y los heridos
ascendieron a más de 200 en uno de los peores atentados sobre suelo
europeo que se había registrado hasta aquel momento. Según la comisión
investigadora del Senado, el atentado de Bolonia fue la acción más
mortífera conectada con la red Gladio.
Tras la masacre de Bolonia, la estrategia de la tensión, los años de
plomo y los atentados de bandera falsa comenzaron a cesar debido a que
el Estado fue capaz de controlar la situación y a que la opinión
pública, tras una década de asesinatos, atentados, muertes y heridos
rechazó de plano la violencia.
Sin embargo, la consecuencias sociales de
la década de 1970 en Italia fueron tremendamente dolorosas, tal y como
constató la comisión de investigación del Senado en su informe,
señalando que entre 1969 y 1987, 491 civiles fallecieron, mientras que
1.181 fueron heridos.
Conclusiones
Originariamente, la stay-behind nació como un ejército paralelo y
secreto que sólo se accionaría en caso de ataque por parte fuerzas
extranjeras, que en la lógica de la Guerra Fría no podía ser más que las
fuerzas del bloque socialista sobre un territorio del bloque
capitalista. Y así ocurrió en 7 de los 15 países que integraban la
estructura secreta de la OTAN.
Sin embargo, en los restantes países de
la trama parece claro que sus estructuras stay-behind han tenido alguna
relación con actos de terrorismo con el objetivo de desacreditar a la
izquierda y que ésta no pudiera llegar al poder a pesar de la aceptación
de la “reglas del juego” exigidas por los Estados del bloque
occidental.
Desmantelada a comienzos de la década de 1990, no se puede asegurar
si los ejércitos secretos de la OTAN han sido disueltos definitivamente,
ya que la OTAN jamás ha reconocido oficialmente la existencia de esta
estructura.
Sin embargo, su existencia está fuera de toda duda, mientras
que en Italia el operativo estuvo ligado estrechamente con atentados
terroristas que tenían el objetivo de desacreditar a la izquierda,
especialmente al PCI, para restarle el gran apoyo popular con el que
contaba.
Que una estructura similar a Gladio pueda seguir existiendo es una
posibilidad y más después de que la prensa italiana diera a conocer la
existencia de Department of Anti-terrorism Strategic Studies (DSSA),
especia de policía paralela, fundada por Gaetano Saya y Rocardo
Sindocca, los cuales habían formado parte de la red Gladio.
Aun
así, dictaminar la existencia de una red paralela como Gladio es en la
actualidad imposible por falta de evidencias. Sin embargo, nunca es
descartable que los Estados vuelvan a usar este recurso con el fin de
ejecutar decisiones u obtener objetivos de distinta naturaleza que
serían imposibles conseguir sin el uso de la tensión y las operaciones
de falsa bandera." (Marcos Ferreira , El orden mundial en el siglo XXI, 27 may, 2015)
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