"(...) El apoyo de los jóvenes a la guerra santa tiene sus antecedentes en
Europa. Irónicamente, el mismo entusiasmo por una cruzada por la
religión se encontraba entre los jóvenes de la Europa cristiana
medieval.
En la Edad Media, la pasión por una guerra santa alcanzó su
punto álgido durante los movimientos conocidos como Cruzadas, cuando uno
de los episodios más terribles fue la llamada Cruzada de los Niños de
1212.
La propaganda pública de la Iglesia instó a los ciudadanos a ir a
Siria y Palestina con el fin de destruir a los no creyentes que ocupaban
la Tierra Santa. Entre los que fueron atraídos por la llamada se
hallaban grupos de niños.
Hubo dos Cruzadas de los Niños que se iniciaron simultáneamente en
1212, una en Renania, la otra en el valle del Loira. Un muchacho,
Nicolás, predicó la Cruzada de los Niños en Colonia y se dice que
reclutó a miles de niñas y niños por su causa.
Cuando los peregrinos
llegaron a Italia, muchas de las chicas acabaron en burdeles y otras
fueron tomadas como sirvientes. Los chicos que finalmente llegaron al
este fueron vendidos como esclavos.
En el mismo período, en Saint-Denis,
en Francia, un chico de 12 años con el nombre de Esteban reclutó a
miles de niños, pero en Marsella cayeron en manos de ladrones y fueron
vendidos como esclavos en Alejandría. Las Cruzadas de los Niños eran
evidentemente un fenómeno del malestar social que afectó no sólo a los
adultos, sino que también llegó a las mentes de los jóvenes.
Pero los
jóvenes involucrados terminaron sus vidas en el desastre, como está
sucediendo hoy con las chicas que quieren unirse a la lucha por la
religión, y han acabado en cambio en la esclavitud o incluso en la
muerte.
La guerra santa cristiana fue en muchos aspectos un éxito, al igual
que la yihad musulmana hoy. Influyó en las mentes de los jóvenes y les
animó a luchar contra el infiel. Los ejércitos cristianos invadieron
tierras musulmanas y las ocuparon. El éxito de las Cruzadas ayudó a
elevar la confianza en sí mismo del Occidente medieval.
A los cristianos
les debió parecer que Dios estaba de su lado y que podrían lograr
cualquier cosa. El problema fue que a la larga nadie fue el ganador, y
el conflicto entre cristianos y musulmanes continuaría durante siglos.
Los miles de niños y niñas que murieron en la Cruzada de los Niños lo
hicieron en vano, como les está sucediendo también a las jóvenes
occidentales que hoy están buscando una oportunidad de morir por la
guerra santa islámica. (...)" (Henry Kamen, 28/12/15)
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