"La exclusión educativa sigue siendo uno de los
principales problemas de segregación social en nuestro país.
De la misma
forma, el sistema educativo continúa teniendo importantes deficiencias a
la hora de asegurar las condiciones materiales mínimas que permitan la
inclusión social de individuos y familias. Estas son las conclusiones
del Comité Español de Unicef en su reciente informe Los factores de la exclusión educativa en España: Mecanismos, perfiles y espacios de intervención.
Según
la agencia, nuestro sistema educativo “sigue estando marcado por
importantes procesos de fragmentación, segmentación y desigualdad”,
fenómenos ampliamente influyentes en el desarrollo y movilidad social de
determinados grupos de población.
El informe advierte que la tasa de fracaso y abandono
escolar de España siguen siendo de las más altas de la UE: en 2015, un
20% de los jóvenes españoles de entre 18 y 24 años estaban registrados
dentro de las estadísticas de Abandono Escolar Prematuro (AEP), cifra
que contrasta con el 11% de la media de la Europa comunitaria durante
ese mismo período.
Es decir, un índice de fracaso de casi el doble que,
según Unicef, debe ser valorado a través de los datos del gasto público
en esta materia. El porcentaje del PIB destinado a educación durante
2012 en España fue del 4,3%, un punto por debajo de la media de la UE
(5,3%).
Este déficit presupuestario se explica a partir de la diferencia
en los recortes en partidas dedicadas al sector educativo en España y
el resto de países comunitarios durante la crisis económica. Entre los
años 2010 y 2012, el tijeretazo fue del 3% de media en el conjunto de
países de la Unión, mientras que en nuestro país alcanzó el 12%.
El informe de Unicef también aborda el fenómeno de la
exclusión a partir de otros factores que intervienen en la exclusión
educativa en España. Condiciones y dinámicas, principalmente
concentradas en el transcurso de la educación secundaria, que a través
de un proceso acumulativo desemboca en un acceso desigual a ciertos
contenidos, experiencias y aprendizajes en el ámbito escolar.
En este sentido, el informe hace especial hincapié en
la “dimensión discursiva de la normalidad”, una concepción que en el
plano ideológico establece interpretaciones sobre estándares –por
ejemplo, los conceptos éxito y fracaso– que subyacen como fuente de
legitimación de muchos de los procesos de exclusión que generan la
desigualdad estructural.
Este tipo de simplificaciones favorecen, según el
informe, “el establecimiento de una dicotomía que facilita una
intervención parcial sobre la exclusión educativa”, de forma que se
justifica una actuación centrada en la individualización del fracaso en
detrimento de la intervención general sobre el sistema educativo.
La
individualización parte de la existencia de una supuesta igualdad de
oportunidades que determinados alumnos decidirían no aprovechar, y que
vincula el “éxito” educativo con el esfuerzo individual aduciendo a una
perspectiva muy relacionada con principios de tipo meritocrático.
En este sentido, Unicef reclama un sistema capaz de
implementar medidas integrales para deconstruir esta definición de
normalidad, la paralización de los procesos de homogeneización en la
composición del alumnado a través de la segregación y el establecimiento
de mecanismos de inclusión que permitan frenar, por ejemplo, el
abandono escolar.
Para ello, señala la plataforma, es imprescindible un
análisis detallado de los perfiles de exclusión y su relación con las
particularidades étnicas, de raza o de género de cada estudiante, así
como su pertenencia a determinados colectivos y grupos socioeconómicos.
La clase social sigue siendo el factor con mayor incidencia en el
riesgo de abandono escolar, y es atribuible en un 50%. Este porcentaje
tiene explicación en cuestiones como las dificultades económicas, pero
principalmente sobre “las diferencias en el capital cultural de los
alumnos” y en “la ausencia de redes de apoyo familiar e institucional”.
La incidencia es notablemente más extendidas entre familias de origen
extranjero, en las cuales el déficit cultural y lingüístico supone un
factor más relevante. El seguimiento de las medidas de atención a la
diversidad por parte de las instituciones, así como el refuerzo del
trabajo en los centros a nivel de apoyo extraescolar que permita
contrarrestar la responsabilidad de las familias en el proceso educativo
son algunas de las medidas a adoptar para paliar la creciente
exclusión, concluye Unicef." (CTXT, 25/09/17)
No hay comentarios:
Publicar un comentario