"Christina Rosenvinge (1964, Madrid) estaba en su casa madrileña tirada en el sofá, procrastinando –forma fina de decir holgazanear–. Tenía la televisión encendida. Y algo le llamó la atención. El torero Manuel Díaz El Cordobés
(Madrid, 1968) aparecía en esos momentos en todos los canales. Salía
del juzgado y estaba feliz.
Después de toda una vida luchando para que
Manuel Benítez El Cordobés (Córdoba, 1936) le
reconociera legítimamente como su hijo, la justicia acababa de ratificar
el lazo sanguíneo. Y Rosenvinge, una madre de dos hijos (fruto de su
relación con el escritor Ray Loriga) que estaba disfrutando del
privilegio que supone dejar pasar el tiempo en el sofá, se dio de bruces
con la inspiración. Encontró en el torero a su muso.
"Soy un hombre que pese a haber tenido un padre de
humo, va a conseguir que sus hijos tengan un abuelo de verdad", dijo en
ese momento Manuel Díaz ante un aluvión de periodistas. Esta frase se le
quedó grabada a la cantante de origen danés. "Cuando vi esa escena
pensé que ahí había una canción.
Este hombre ha pasado toda su vida
poniéndose delante de un toro para que su padre le reconozca. Me parece
un acto tan bonito y tan poético que me inspiró una canción", explicó la
intérprete a Pablo González Batista en el programa de la Cadena Ser Hoy por hoy. "Él no lo sabe, pero ha sido mi muso. Es un poeta", añadió la cantante.
La canción en cuestión es Pesa la palabra, uno de los nueve temas que forman su nuevo disco, Un hombre rubio,
que acaba de publicarse. "Me puse en el lugar de los hijos que sienten
el no reconocimiento de sus padres o que tienen padres que no son
capaces de entregarles el amor que necesitan", comentó la artista.
La canción tiene una cadencia lenta con el piano como
instrumento en primer plano. En el texto, Rosenvinge se pone en la piel
de Manuel Díaz, que tiene tres hijos [una hija, fruto de su primer matrimonio con Vicky Martín Berrocal, y un niño y una niña junto a su actual esposa Virginia Troconis] y canta:
Audio con la canción 'Pesa la palabra' inspirada en Manuel Díaz 'El Cordobés'.
En su noveno trabajo discográfico en solitario,
Christina Rosenvinge hace el ejercicio de mostrar diferentes tipos de
masculinidad que van más allá de los encorsetamientos sociales que
oprimen a los hombres.
"Un hombre no nace machista, te lo aseguro", explicó Christina Rosenvinge en Hoy por hoy. El objetivo de Un hombre rubio
no es otro que derribar mitos, como que los hombres son menos complejos
emocionalmente que las mujeres. "No creo que sea verdad, es solo otra
consecuencia de la armadura machista que tiene nuestra sociedad. En
paralelo al empoderamiento de las mujeres tiene que haber una reacción del hombre contra su propia imagen",
comenta la cantante, que en su nuevo trabajo ha hecho el esfuerzo de
meterse incluso en la piel de las masculinidades más rancias.
Un hombre rubio es ante todo
un homenaje a su padre y a las dificultades que tuvo para entenderle,
las mismas que la llevaron a tirar del hilo e indagar en el concepto de
masculinidad. "Quería hablar de la relación con nuestros padres. Los
hijos somos revanchistas y egoístas, pero hay un momento en la vida en
que ya no ves a tu padre como tu padre, sino como a un igual.
Es ahí
cuando eres capaz de entenderle y darle las gracias", dice. "Mi padre y
yo no nos entendíamos. Colisionábamos ideológicamente. Era un hombre muy
tradicional. Y murió antes de que yo hubiera podido comprenderle",
añade.
El padre de Rosenvinge falleció cuando ella tenía 26
años. Murió alejado de sus padres, hermanos y primos daneses. Ninguno de
sus familiares viajó desde Dinamarca para el entierro. Si que lo
hicieron, sin embargo, varias familias de gitanos con las que a lo largo
de los años había entablado una misteriosa amistad de la que Christina
apenas sabía nada.
"Yo no sabía cuando se veían, pero cuando mi padre
murió todos aparecieron en el velatorio vestidos de negro muy elegantes y
se sentaron enfrente de nosotros. Ellos de negro de arriba abajo y
nosotros súper blancos y rubios. Fue un homenaje muy hermoso. La vida de
mi padre era un romance flamenco”, recuerda la cantante.
Momento en el que El Cordobés sale del juzgado y dice la famosa frase que emocionó a Christina Rosenvinge.
Su último trabajo es también fruto del deseo de cumplir un sueño, el de ser crooner,
y de una conversación con Loquillo, a quién dijo que le vendría bien
que una mujer le escribiera canciones. "Empecé este experimento pensando
en componer una balada para Loquillo, pero luego pensé: 'Para crooner, yo", sentencia.
Según la RAE, una mujer también es un hombre ("ser
animado racional, varón o mujer"). Rosenvinge se valió de esta
definición para explorar su propia masculinidad, además de otras ajenas.
Escuchar voces como la de Loquillo o Bunbury ayudaron a Rosenvinge a
explorar sus registros más masculinos. "En el álbum, dentro de mis
posibilidades, he masculinizado incluso mi voz", reconoce.
Su padre, Loquillo, Bunbury, los crooner... y El Cordobés. Todos hombres, todas fuentes de inspiración para una mujer." (Óscar Tévez, El País, 16/02/18)
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