28/11/13

La economía del Bien Común

"(...)¿Qué es la economía del bien común?

Es un modelo económico completo alternativo, tanto al capitalismo como al comunismo, que describe la totalidad de los elementos clave de un orden económico. En Austria y Alemania, el 90% de la población desea otro orden económico porque el que actúa ya no está en sintonía con los valores que están en la Constitución y en los corazones de la gente. 

La economía del bien común es una economía de mercado ética, solidaria, democrática, humana, sostenible, justa y también liberal, en el sentido de que todos gocen realmente de los mismos derechos y libertades, también económicos.

¿Y es compatible con el sistema actual o es algo que hay que ir sustituyendo poco a poco?

No hay que cambiarlo todo, también sería una economía de mercado, también habría oferta y demanda, empresas y dinero. Pero algunos factores se modificarían, otros se intercambiarían por completo y otros se mantendrían iguales.

Actualmente, el bien común es un efecto secundario posible pero no garantizado, y el crecimiento del capital es el objetivo supremo. Eso se invertiría: el capital sería un medio para el nuevo objetivo, que es el bien común.(...)

 ¿Y sería compatible con el euro y la unión económica tal y como la conocemos ahora?

Yo diría que no, porque la característica más destacada de la construcción de la unión monetaria es la falta de democracia, y la característica del bien común es la construcción democrática del sistema económico. Sería impensable que a través de un proceso democrático se construya el euro de esta forma en la que está. (...)

¿Qué mide el bien común?

Los valores más importantes de una sociedad, la satisfacción de las necesidades básicas y los fines más importantes. Es algo que no está escrito en ninguna parte, sólo se puede averiguar de forma democrática mediante una consulta. El producto del bien común sería el nuevo indicador del éxito de la economía nacional.

 El pueblo decidiría en procesos democráticos desde abajo cuáles son esos valores y necesidades importantes a medir. La buena noticia es que, según la psicología y la ética intercultural, son prácticamente idénticas o sumamente convergentes en todo el mundo.

¿La gente decidiría qué es lo que hay que priorizar y medir?

Eso es. Nosotros proponemos que se hagan reuniones del bien común en los municipios y que se llegue a unos veinte factores para componer el índice de felicidad, de calidad de vida o del bien común municipal.

¿Cómo hacer que las empresas se guíen por el bien común y no por la búsqueda de beneficios?

Ya existe el balance del bien común mediante un ejercicio muy sencillo: el balance mide cómo la empresa aplica cinco valores, que son dignidad, justicia, solidaridad, sostenibilidad y democracia.

Pero cómo se mide, por ejemplo, la justicia o la solidaridad en una empresa, ¿qué se tiene en cuenta?

Hemos desarrollado una matriz donde formamos intersecciones entre los grupos de contacto –proveedores, clientes, trabajadores…– e indicadores del bien común que, de momento, son 17. Es igual que el balance financiero, lo mide la empresa, pero sólo tiene validez cuando tenga el aval de un auditor.

¿Y quién dice qué es lo que tienen que medir las empresas?

De momento, somos nosotros: la asociación privada de la economía del bien común. Pero queremos que esto se convierta en ley, igual que otras leyes que obligan a las empresas a que hagan balances financieros. Hasta ahora nos apoyan 1.400 empresas y 300 implementan ya este balance. Pero somos aún muy jóvenes, sólo tenemos tres años de existencia. (...)

Proponen limitar la propiedad privada, ¿por qué?, ¿cómo lo harían?

No es propuesta política sino que demandamos que se debata en procesos democráticos descentralizados. ¿Por qué limitar la libertad a la propiedad? Porque en una sociedad verdaderamente liberal todas las libertades están limitadas, y la limitación de las libertades es la esencial liberal. 

A pesar de que todo el mundo está de acuerdo en que mi libertad acaba donde empieza la tuya, y lo practicamos en casi todos los ámbitos de la convivencia, una sola libertad, la de propiedad, es ilimitada ,y, si la cuestionas, te tachan de antiliberal y comunista. 

Hay que limitarla para que el poder económico de una empresa no pueda ser tan grande como para aplastar las libertades económicas de otras empresas y los propios derechos políticos.

Proponéis también otras limitaciones, ¿cuáles?

No habría ningún tipo de rendimientos del capital, los ingresos serían sólo a través del trabajo y no habría ningún tipo de especulación, ni intereses, ni dividendos. Limitaríamos la desigualdad máxima en los ingresos, el tamaño de las empresas y el derecho hereditario.

 El objetivo es liberal: que no haya ninguna sobreconcentración de poder. Las grandes empresas tienen demasiado poder, tanto en el mercado como en el ámbito político. Liberaríamos también a las empresas de la coerción de tener que crecer a través de absorber a otras, del canibalismo.  (...)"                    (Entrevista a Christian Felber

No hay comentarios: