28/7/20

Francisco Frutos, in memoriam




"Un luchador por las libertades, pero de los de verdad.

La primera sorpresa fue que un buen día, Paco Frutos, un luchador por las libertades, pero de los de verdad, no de los que llevan pajarita amarillo, me escribió para decirme que me leía y me seguía. La segunda fue cuando me dijo que, cuando fuera a Madrid a presentar mi libro, trataría de ir, ya que estaría en la capital por razones médicas.

Finalmente, el mismo día de la presentación, me escribió para decirme que seguía un tratamiento contra el cáncer, y ese día llegaba tarde, así que no podría venir.

Pero ... se apresuró, tomó un taxi y tuvo tiempo de presentarse a la librería Blanquerna, creo que con el acto ya comenzado. No nos habíamos visto nunca, y al final se acercó para saludarme, presentarse y animarme a persistir. Una mierda de cáncer no podía impedirle venir, a un hombre que se había jugado la piel por los trabajadores unas cuantas veces.

Ayer Paco se murió, y los derechos sociales de todo el mundo salen perdiendo." (Albert Soler, Diari de Girona, 27/07/20)

"Sin duda alguna, el que, en sus años jóvenes fue conocido como “el “pagés” del PCE”, fue el dirigente comunista español de los últimos tiempos más respetado por la mayor parte de la sociedad española.

Lo merecía sobradamente. Solamente la brutal enfermedad que acabó con su vida este domingo, 26 de julio, acalló la voz de Paco Frutos, contra lo que denominó “nazionalsecesionismo” y contra la falsa izquierda que, alejada por completo del internacionalismo, se convirtió en “palanganera” del nacionalismo supremacista catalán, como no cesó de repetir una y otra vez.

Hasta el final de su vida, Paco Frutos fue el ejemplo más acabado de la firmeza de convicciones, coherencia ideológica y política y austeridad en su vida personal. Unos rasgos de su personalidad que dejan en evidencia el oportunismo, el autobombo y el síndrome que siempre denunció Lenin, la enfermedad infantil de la que es expresión cabal la izquierda líquida instalada en la Moncloa con el apoyo de los secesionistas de toda laya con los que trata de dinamitar el legado de la Transición a la que él contribuyó decisivamente, desde su ingreso, en 1963, en el PSUC, del que fue secretario general en 1981.

Y, a pesar de haber sido Secretario General del PCE de 1998 a 2009, esa firmeza de convicciones y coherencia le llevó a abandonar, hace ya varios años, las filas del que durante tanto tiempo fue conocido como “el Partido”, precisamente por el apoyo de sus últimas direcciones al secesionismo y al podemismo. No fue para él una decisión fácil, sino realmente desgarradora, después de más de cincuenta años de militancia, pasar a engrosar la amplísima lista de “comunistas sin carnet”. Desde entonces, se propuso hacer llegar a la sociedad española otra voz comunista que ni falsificara al marxismo y la Historia, ni renegara del internacionalismo que caracterizó siempre a la izquierda, ni tirara por la borda la Constitución de 1978 en la que se plasmó, de modo no suficientemente reconocido, la política de “reconciliación nacional” aprobada por el PCE en 1956,

Y lo hizo, con el mismo brío que imprimió a su vida política, a través del blog personal que creó en 2009, con escritos que fue reproduciendo en sus páginas cada semana Crónica Popular, a cuyo Consejo Editorial perteneció desde hace muchos años. Un inabarcable trabajo político desarrollado durante la última década y que reunió en tres voluminosos tomos, el primero de los cuales tuve el honor de presentar en el CAUM el pasado 13 de diciembre.

Leí todos sus artículos de cabo a rabo, cada semana, para editarlos. Leyéndolos, aprendí a raudales. Y, tengo que decirlo, fueron para mí una gratificante, impagable y auténtica sorpresa. Paco era introvertido y parco, muy parco de palabras. Pero, siendo así, dio rienda suelta a las reflexiones que la situación española e internacional le suscitaban, tecleando cada día en su ordenador y escribiendo con una soltura y fluidez envidiables, artículos vibrantes, directos y claros, que encajan perfectamente en la mejor tradición del Periodismo político español.

Con el conjunto de sus escritos, Paco Frutos dio nuevamente una lección de coherencia política. No le tembló el pulso para reconocer en ellos los errores en los que incurrió en su dilatada vida política, algo realmente inusual en un país manejado hoy con los criterios del más burdo marketing político en cuyo marco los desaciertos se venden como triunfos dignos de prolongados aplausos de una clá bien pagada.

No cejó nunca en su denuncia de los nacionalismos, dedicando su más acerva crítica al secesionismo catalán, porque, para él, “en nuestra ideología, salvo que ésta sufra una degradación irreversible, los nacionalismos y racismos no pueden tener ningún papel, ni los viejos, ni los nuevos que, amparándose en cuentos e historietas sobre razas e identidades ancestrales superiores, conducen siempre a enfrentamientos violentos y a la liquidación de la lucha de clases como verdadero motor de la historia. Consecuentemente con lo dicho, continuaré desenmascarando a los embusteros, vividores y cantamañanas de la historia”.

Y no dudó tampoco en expresar abiertamente sus críticas al podemismo, sin que, el chantaje de que tales críticas pudieran ser “aprovechadas por el enemigo”, le hicieran bajar la cerviz y silenciar sus denuncias: “Iglesias salta como un zascandil de un lado a otro desde el principio del nacimiento de Podemos, con episodios que, puestos uno detrás del otro, parecen las notas de un acordeón desafinado, por contradictorios. En el corto espacio de cuatro años, la organización que nació, según sus creadores, para combatir y acabar con la casta política, acaba actuando como la casta más degradada democrática y políticamente en menos tiempo, pudiendo competir con la que venían a superar”.

Frente a los intentos golpistas del secesionismo y a los delirios demagógicos del podemismo y de sus aliados, en muchos de sus escritos propugnó la necesidad de una izquierda que no renunciara a serlo, tal como se afirmó en un Manifiesto presentado en el Ateneo de Madrid años atrás: “No puede haber otra alternativa que la de construir una opción de izquierdas en toda España, una opción plural, unida, coordinada y libremente disciplinada en torno a unos valores y principios. Una propuesta que haga confluir realmente a todas las personas y grupos que siendo comunistas y/o de izquierdas, se sienten, nos sentimos, huérfanos de organización, teniendo claros los objetivos a los que deseamos llegar, por difíciles que sean. En Madrid, en Catalunya y en otros sitios se está trabajando en ello. Es necesario unir y coordinar los esfuerzos, sin precipitaciones y sin pausas”. Era consciente de que el empeño no era sencillo pero no por ello dejó de impulsarlo.

En una especie de homenaje, hoy los medios de comunicación españoles recordaron sus palabras en la manifestación unitaria organizada en Barcelona por Sociedad Civil Catalana el 29 de octubre de 2017: “Los nacionalismos destrozan el mundo, destrozan el corazón: los grandes nacionalismos y también los pequeños. Yo os hablo en nombre de personas, de grupos, de organizaciones de la izquierda plural y no nacionalista. Suponiendo, permitidme la ironía, que exista la izquierda nacionalista Y además, haciendo un reproche a esta izquierda cómplice, que dice que no es nacionalista pero que se va detrás de los nacionalistas, que les baila el agua”.

Sus palabras entonces, fueron un auténtico aldabonazo. Y lo siguen siendo hoy. Toda una lección de coherencia ideológica y de valentía política. Unas cualidades, desgraciadamente, extrañas y escasas y en peligro de extinción en estos convulsos momentos, pero que siempre caracterizaron a Paco Frutos, un comunista de una sola pieza." (Rodrigo Vázquez de Prada y Grande. Director de Crónica Popular, 27/07/20)

Francisco Frutos / Partido Comunista de España (fuente: Wikipedia)]

Enlace a la etiqueta “Franscisco Frutos Gras” de la Asamblea Social de la Izquierda de Cataluña

"Muere a los 80 años Paco Frutos, ex secretario general del PCE y exlíder de IU. Fue diputado en el Congreso desde 1993 hasta las elecciones de 2004.

 Francisco Frutos ha muerto este domingo en Madrid a los 80 años de edad víctima de un cáncer. Había sido secretario general del PSUC y del PCE y coordinador general de Izquierda Unida. Una de sus últimas intervenciones públicas se produjo el 29 de octubre de 2017 cuando intervino como orador en el acto contra la independencia de Cataluña organizado en Barcelona por Societat Civil Catalana. Ya antes, en 2014, había firmado un manifiesto contrario al proceso independentista.

Fernando Claudín sostenía la tesis de que una vez alguien se cae de la dirigencia de un partido comunista, no hay vuelta atrás. Nunca tuvo presente que el PSUC era diferente. De ahí que, cuando Paco Frutos dejó en 1982 la secretaría general del partido, tras haber sustituido a Antoni Gutiérrez Díaz, a quien él mismo había relevado un año antes, el puesto fuera de nuevo ocupado por su antecesor. Eran tiempos convulsos para los comunistas catalanes. Aquel mismo año el partido se dividiría en dos al formarse el Partit dels Comunistes de Catalunya. Frutos se encontró con la crisis que venía de lejos y no pudo capearla. Una vez realizada la sucesión en la secretaría del Partido dejó su Cataluña natal para instalarse en Madrid.

A partir de ese momento colaboró activamente con el PCE e Izquierda Unida, tanto con Gerardo Iglesias como con Julio Anguita. Entre 1982 y 1986 trabajó de forma denodada a favor de la celebración de un referéndum contra la entrada de España en la OTAN, promovida por el Gobierno de Leopoldo Calvo Sotelo, y una vez convocada la consulta, a favor de la salida de España de la organización militar.

Frutos, nacido en Calella en 1939, empezó muy pronto la militancia política. Ingresó en el PSUC en 1963 y pronto colaboró en la creación del sindicato Comisiones Obreras, desde su trabajo en la empresa SAFA, en Blanes, de donde sería despedido. Durante los primeros años de la transición, una de las visitas que más le satisfacían era la de la vieja fábrica, donde aprovechaba para recordar la aportación de los comunistas a la democracia.

Hombre tenaz en lo personal y de fuertes convicciones, además de una honestidad impecable, pasó por la política demostrando la absoluta falsedad de que todos los políticos ocupan el cargo para servirse de él. Al contrario, en su historial de militancia y de dirigente del PSUC, del PCE y de Izquierda Unida no hay una sola mancha.

Fue el primero de los dirigentes de Izquierda Unida, en cuya secretaría general había sustituido a Julio Anguita cuando este empezó a tener problemas de corazón, que defendió la unidad de la izquierda, lo que le llevó a firmar un pacto con el entonces secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, en el año 2000. Los resultados de las urnas no ratificaron sus expectativas y la federación izquierdista sufrió un considerable batacazo. Poco después abandonaría el escaño y en 2009 fue sustituido al frente de la formación por Gaspar Llamazares. En ese momento inició un distanciamiento de IU y del PCE, sin llegar a romper los lazos, especialmente cuando Cayo Lara asumió la dirección.

Al iniciarse el proceso independentista en Cataluña, Paco Frutos se alineó decididamente en contra, promoviendo la unidad de la izquierda y afiliándose a Federalistes d’Esquerres. Posteriormente participó en cualquier iniciativa que supusiera hacer frente al secesionismo y, especialmente, que promoviera la unidad de las fuerzas de izquierda.

En el último año, cuando la enfermedad empezó a morder seriamente en su vida cotidiana, se centró mucho en su familia. Recientemente había sido bisabuelo, lo que le había producido una fuerte emoción y orgullo."                    (Francesc Arroyo, El País, 26/07/20)

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