Sí, también cultivaría marihuana. El nuevo disco incluye La rama de Barcelona, una rumba dedicada al movimiento del autoabastecimiento. "Creo en el consumo responsable; el cultivo propio echa fuera a las mafias.
Detesto la cocaína, que tanto ha dañado a la música. No solo te fastidia las cuerdas vocales, te convence de que lo trivial es genial. Hasta le tengo más consideración a la heroína: hay docenas de jazzmen -y algunos flamencos- que han demostrado que se puede crear con los opiáceos.
Yo soy de la generación del LSD, que usas en una época y te proporciona grandes enseñanzas, es una iniciación a los misterios de la vida". (El País, ed. Galicia, cultura, 07/09/2010, p. 37)
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