"(...) En el recientemente reeditado Anatomía del Fascismo, de R.O. Paxton, se puede encontrar una de las definiciones más razonables del fascismo -un término dificilísimo de definir con precisión y corrección histórica- que se puede utilizar para combatir el actual uso inflacionario del término:
"Se puede definir el fascismo como una forma de conducta política caracterizada por una preocupación obsesiva por la decadencia de la comunidad, su humillación o victimización y por cultos compensatorios de unidad,energía y pureza, en la que un partido con base de masas de militantes nacionalistas comprometidos,trabajando en una colaboración incómoda pero eficaz con elites tradicionales, abandona las libertades democráticas y persigue con violencia redentora y sin limitaciones éticas o legales objetivos de limpiezainterna y expansión exterior.
"Definición que quedaría muy coja si no añadiera a continuación una serie de "pasiones movilizadoras" que, todas ellas juntas, caracterizan al fascismo (el autor prefiere hablar de "pasiones movilizadoras" en lugar de ideología respecto a la "ideología" del fascismo):"
-un sentimiento de crisis abrumadora contra la que nada valen las soluciones tradicionales.
-la primacía del grupo, respecto al cual uno tiene deberes superiores a cualquier derecho, sea individual o universal (?), y la subordinación del individuo a él;
-la creencia de que el grupo de uno es una víctima, un sentimiento que justifica cualquier acción, sin límites legales y morales, contra sus enemigos, tanto internos como externos;
-el miedo a la decadencia del grupo por los efectos corrosivos del liberalismo individualista, la lucha de clases y las influencias extranjeras;
-la necesidad de una integración más estrecha de una comunidad más pura, por el consentimiento si es posible o por la violencia excluyente en caso necesario;
-la necesidad de autoridad a través de jefes naturales -siempre varones-, que culmina en un caudillo nacional que es el único capaz de encarnar el destino histórico del grupo;
-la superioridad de los instintos del caudillo respecto a la razón abstracta y universal;
-la belleza de la violencia y la eficacia de la voluntad, cuando están consagradas al éxito del grupo;
-el derecho del pueblo elegido a dominar a otros sin limitaciones de ningún género de ley divina ni humana, derecho que se decide por el exclusivo criterio de la superioridad del grupo dentro de una lucha darwiniana.
"Naturalmente, vistas así las cosas, en la actualidad no existe apenas ningún grupo claramente fascista relevante -a fin de cuentas la definición se infiere de los fascismos de la Europa de entreguerras- y, dada la enorme distancia de nuestro mundo respecto de aquel propio del fascismo "clásico" es poco probable que el fenómeno vuelva a darse -otra cosa es que se den cosas tan malas o incluso peores que el fascismo"clásico" en el futuro, pero distintas-, pero está claro que, sobre todo respecto a las "pasiones movilizadoras", la noción de Paxton se puede utilizar como una regla para medir qué grupos políticos están hoy en día más cerca del fascismo y cuáles más alejados." (Salvador López Arnal, Rebelión, 06/07/19)
-la necesidad de autoridad a través de jefes naturales -siempre varones-, que culmina en un caudillo nacional que es el único capaz de encarnar el destino histórico del grupo;
-la superioridad de los instintos del caudillo respecto a la razón abstracta y universal;
-la belleza de la violencia y la eficacia de la voluntad, cuando están consagradas al éxito del grupo;
-el derecho del pueblo elegido a dominar a otros sin limitaciones de ningún género de ley divina ni humana, derecho que se decide por el exclusivo criterio de la superioridad del grupo dentro de una lucha darwiniana.
"Naturalmente, vistas así las cosas, en la actualidad no existe apenas ningún grupo claramente fascista relevante -a fin de cuentas la definición se infiere de los fascismos de la Europa de entreguerras- y, dada la enorme distancia de nuestro mundo respecto de aquel propio del fascismo "clásico" es poco probable que el fenómeno vuelva a darse -otra cosa es que se den cosas tan malas o incluso peores que el fascismo"clásico" en el futuro, pero distintas-, pero está claro que, sobre todo respecto a las "pasiones movilizadoras", la noción de Paxton se puede utilizar como una regla para medir qué grupos políticos están hoy en día más cerca del fascismo y cuáles más alejados." (Salvador López Arnal, Rebelión, 06/07/19)
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