2/3/22

Flamenco: Sentir la verdad absoluta y la capacidad de rasgarte el corazón en dos segundos del flamenco. Vivir ese flechazo para todo: la alegría, la pena, el dolor, el amor...

 " (...) ¿Es usted cantaor o cantante?

Está mal que lo diga, pero las dos cosas. Me siento flamenco hasta la médula, pero en mi comportamiento, e igual en mi estética de escenario, he sido más del estilo de un cantante americano.

Defina “sentirse flamenco”.

Sentir la verdad absoluta y la capacidad de rasgarte el corazón en dos segundos del flamenco. Vivir ese flechazo para todo: la alegría, la pena, el dolor, el amor.

En escena va siempre cual pincel. ¿Cuántas chaquetas de fantasía tiene en el ropero?

Jajaja. Muchas. La ropa de escenario es mi gran vicio. (...)

O sea, que está como nunca, como decía Lola Flores.

Bueno, espero no tocar techo nunca. A nivel de facultades es evidente que se van perdiendo con los años, en flamenco, a veces, una voz castigada también duele mucho. La voz rota que tenía Camarón, o Agujeta, esas voces vividas tienen mucha emoción. Yo la tengo más castigada que a los 20, y cuando la tenga más castigada aún, cantaré mejor, espero.

 ¿Cómo se castiga uno la voz?

Te la castiga la vida. Igual que te salen arrugas, canas, barriguita, tu voz va cambiando. Lo que vives te deja poso. No me voy a tirar a la calle a fumármelo y bebérmelo todo, pero ya se encargará la vida de castigármela. (...)"

(Entrevista a Miguel Poveda, Luz Sánchez-Mellado, El País, 09/01/22)

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