25/3/09

"El 5 de julio de 1996 mi hija se volvió loca"

"Sally fue internada en el hospital. El litio, ese regulador de los estados de ánimo, no le hizo efecto, y del éxtasis pasó a la apatía provocada por los tranquilizantes. Pero la locura no es un camino sin retorno. En ese Nueva York en el que, para ser atendido en un hospital, hay que llevar la tarjeta de crédito en la boca, también hay funcionarios que hacen la vista gorda a tu falta de recursos (como era el caso del escritor) y psiquiatras que tienden la mano a los pacientes. Sally tuvo suerte.

Tuvo una psiquiatra que supo interpretar su dolor: "Sé que te sientes como si tuvieras un león dentro de ti", y que la convenció poco a poco de que la manía es abusiva, se presenta como una de esas personas carismáticas que finge ser tu amiga y que lo único que hace es joderte la vida; es lo que el científico Oliver Sacks llama muy expresivamente "la seducción del mal". Sally se recuperó, aprendió a intuir cuándo esa aberración de su identidad estaba a punto de poseerla. No se ha curado, pero ha aprendido a anticipar sus crisis; vive en Vermont, cerca de su madre, de la naturaleza, y se siente feliz entre aquellos a los que puede ofrecer calor o ayuda: ancianos, perros, niños.

¿Cómo viviría ella en Nueva York?: "Mal", dice Greenberg, "y yo me sentiría terriblemente inseguro. La ciudad está llena de amenazas para alguien como ella. Pueden hacerle daño". Los dos entendemos a qué tipo de daño se refiere. Los periodos de exuberancia dejan al maniaco depresivo a merced de peligrosas tentaciones. "Ella me escribe cartas maravillosas, tiene ese temperamento artístico que se atribuye a los bipolares".

Es cierto, los bipolares perciben la realidad de manera intensa, aunque esa intensidad les acabe llevando a perder la razón. ¿Y cómo se siente ella al ser protagonista ahora de un libro y dentro de poco de una película? "Me da miedo la película, no quisiera que su personaje fuera una caricatura. Pero ella está contenta; cuando leyó el libro, me dijo: "sentí que estaba leyendo la historia de otra chica, la historia de una chica llamada Sally que había pasado un tiempo viviendo en el infierno y era la única que no lo sabía". (Elvira Lindo: Entrevista: Michael Greenberg evoca la vida de Sally, aquejada de trastorno bipolar. El País, ed. Galicia, Cultura, 25/02/2009, p. 34)

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