24/1/11

El hombre no es ninguna excepción


Tomás Pollán

"Bajo un título interrogativo -¿Fin de la excepción humana?-, este filósofo (Tomás Pollán) que se resiste a publicar lo que escribe recordó las tres grandes "afrentas" que, según Freud, la ciencia ha infligido al "amor propio" de los seres humanos:

cuando descubrió que la tierra no es el centro del universo; cuando la teoría de la evolución redujo a la nada el privilegio del hombre como un ser excepcional en la creación y cuando, con su teoría del inconsciente, el psicoanálisis sembró la sospecha de que el yo "ni siquiera es el amo en su propia casa". (...)

Si la filosofía se resiste a asimilar del todo la lección de Darwin es porque, por remoto que parezca, existe un vínculo entre la vieja doctrina de la unicidad de Dios y la de la excepción humana. Esta, dice Pollán, tiene "el estatuto de una trascendencia". Liquidar esa teoría es liquidar el antropocentrismo, el esencialismo y la teleología (la creencia en la existencia de una causa final).

A algunos les produce "zozobra" reconocer que el cosmos no emite señales, que es mudo e indiferente, dice Pollán. Lo mismo que admitir que la evolución no supone necesariamente progreso: "No se supera nada con el hombre". (...)

"Cambia la actitud. Y eso lleva tiempo, no se hace a golpe de decisión. Saber que hay una continuidad entre los seres vivos nos obliga a tener un mayor respeto hacia lo que nos rodea. Causar sufrimiento gratuitamente no se sostiene. Y siempre, claro, está el límite de la sobreviviencia: matar para comer".

¿Tienes derechos los animales? "Los derechos no tienen por qué ser lo más elevado. Tal vez el cuidado y el respecto sean más meritorios. ¿Aceptaríamos que un genio tiene más derechos que una persona normal? Si ahora se presentara aquí un homo erectus, ¿lo llevaríamos al zoo o a la escuela?"." (El País, 22/01/2011, p. 36)

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