19/7/12

El espíritu de los mosqueteros. La economía del bien común

"El título suena bien ¿verdad?, como suenan bien los valores en los que se fundamenta el modelo del bien común: dignidad humana, solidaridad, sostenibilidad ecológica, justicia social y democracia. basándonos en la crisis económica que estamos viviendo, consecuencia directa de un modelo que sólo persigue el lucro y el crecimiento económico, podemos afirmar que los valores citados no forman parte de este último, pero también es lícito pensar que dichos valores forman parte de un idealismo que jamás se podría materializar concretamente en un modelo económico que funcione. 

Si añadimos uno de los párrafos del prólogo del libro escrito por Juan Carlos Cubeiro podríamos llegar a la conclusión de que la economía del bien común es una propuesta puramente filosófica: «hay otra manera de pensar, de sentir y de crecer, la que conecta con la armonía confuciana, con el desarrollo aristotélico, con la serenidad senequista, con la ética kafkiana, con el espíritu de los mosqueteros ».

Pues bien, la gran sorpresa que se van a llevar los que lean el libro de Christian Felber es que los aspectos que pueden parecer idealistas, o filosóficos, se materializan concretamente en un modelo económico que se puede poner en práctica a partir de mañana por la mañana, simplemente porque se inicia en torno a la empresa, recuperando los aspectos positivos del capitalismo y del comunismo y, a partir de la empresa, va modificando, etapa por etapa, los diferentes estamentos que configuran una estructura económico-social con rostro humano.

 Lo que también sorprenderá a más de uno es que Felber no descubre nada nuevo, lo único que hace es conjuntar, poner en orden, estructurar, conceptos e iniciativas que existen desde hace muchos años en lo que yo llamo el modelo económico que va de abajo arriba, lo que es humano y natural, en oposición al modelo actual que va de arriba abajo, lo que es antihumano y antinatural.

 Por ejemplo el objetivo del «bien común» está en todas las constituciones mundiales (en la española está descrito en su preámbulo), el llamado comercio justo se está practicando desde hace tiempo, las cooperativas no es nada novedoso, el desarrollo sostenible forma parte de los objetivos de muchos colectivos, el deterioro del medio ambiente es una preocupación cada vez más presente en la sociedad, los principios de la banca ética existen desde hace siglos…etc, etc. repito, nada verdaderamente nuevo, salvo dotar al conjunto de iniciativas existentes de una plataforma concreta y de unas herramientas que permiten poner el modelo en marcha. una de esas herramientas es la matriz del bien común, que se describe en el libro con todo detalle, que permite a cualquier empresa elaborar su balance con respecto al modelo, y que tiene por objetivo remplazar las coordenadas «lucro, competitivida», características del modelo económico vigente, por «bien común, cooperación». 

Christian felber demuestra de forma magistral que el lucro por el lucro, representado por el Pib a nivel macroeconómico y por los beneficios empresariales a nivel microeconómico, es únicamente un objetivo monetario que no traduce nada que tenga que ver con el bienestar de la sociedad. Da varios ejemplos, pero me quedo con dos: ¿el Pib de un país indica si dicho país es una democracia o una dictadura? ¿los beneficios de una empresa traducen si la empresa emplea mano de obra infantil? 

Creo que este libro es de obligada lectura, no solo para aquellos que compartan los aspectos que he descrito, sino particularmente para aquellos que no los compartan, sabiendo además que no es una simple traducción del libro que chistian felber escribió en alemán en el 2010 y que tanto éxito ha tenido. la traducción ha sido completada, actualizándola con todo lo ocurrido desde entonces en la aplicación del modelo. terminaré, haciendo mías las palabras que escribe Juan Carlos Cubeiro en el prólogo del libro: «lo que hoy parece cienciaficción, en medio de esta vorágine catastrofista, mañana será sentido común, la salida natural desde lo mejor del ser humano. christian felber, en este libro pionero, nos muestra el camino. bienvenido a los nuevos tiempos».
Publicado en el diario “Levante”    (Attac Madrid, 12/07/2012


"Toda actividad económica sirve al bien común".
La economía del bien común es un sistema económico alternativo completo. Hoy se han adscrito al movimiento y aplican el modelo 717 empresas en 15 países, tres bancos europeos, 129 organizaciones y 50 políticos.

¿Y en qué consiste su modelo?
Está basado, como la economía de mercado, en empresas privadas. La diferencia estriba en que las empresas no compiten entre ellas, sino que cooperan para conseguir el mayor bien común a la sociedad en su conjunto.

¿Y cómo se consigue eso?
Cambiando las reglas del juego político. El éxito económico no se mide por indicadores monetarios como el beneficio financiero o el PIB, sino por el balance del bien común. Hoy una empresa puede ser exitosa agravando los problemas sociales y ecológicos.

Destrozando el medio ambiente.
Sí, y pisoteando los derechos humanos, empleando mano de obra infantil, desviando sus beneficios a paraísos fiscales o presionando mediante lobbies para promover leyes que vayan en su propio beneficio.

Algo debe cambiar.
El 80% de los alemanes y el 90% de los austriacos esperan un nuevo orden económico. Según las encuestas, si se pregunta a la gente cuáles son los indicadores de calidad de vida más relevantes, las respuestas son prácticamente idénticas en todo el mundo.

¿Qué queremos?
Se resume en 15 identificadores (sanidad, calidad del tiempo, confianza, cooperación, aprecio, democracia, solidaridad...) que hoy podemos medir para saber cuál es la aportación de las empresas a ese bien común deseado. Cuanto más social, ecológica, democrática y solidaria sea la actividad de la empresa, mejores serán los resultados del balance del bien común alcanzados.

¿Y tendrán premio?
Sí, disfrutarán de ventajas legales: aranceles ventajosos, créditos baratos, tasas de impuestos reducidas, privilegios en compra pública y en concursos públicos...

Hoy los productos éticos y ecológicos son considerablemente más caros.
Cierto, pero con esos incentivos se abaratarán, mientras que los no éticos subirán de precio. El consumidor podrá identificar mediante un código de barras el balance del bien común a través de internet y del móvil, y el producto tendrá un distintivo de color, un semáforo, que informará del aporte de este producto al bien común.

¿Cree que algún parlamento aprobará sus propuestas?
Las estudia la UE, pero paralelamente estamos creando convenciones económicas democráticas que están redactando las reglas del juego, y el pueblo soberano las podrá convertir en vinculantes y legales.

¿Hay algún ejemplo?
Muro d'Alcoi, en Alicante, se ha declarado oficialmente municipio del bien común. Y hay municipios en Austria, Italia y Alemania que lo están fomentando porque hay empresas, científicos y organizaciones que se han pronunciado a favor de esta iniciativa. Viena se esta planteando dar prioridad en la compra pública a empresas que hagan el balance del bien común.

¿Qué otras medidas propone?
Que los excedentes financieros no se utilicen para bonificar a personas que no trabajan en la empresa, prohibir la adquisición hostil de otras empresas, la inversión en mercados financieros y la aportación a partidos políticos. En contrapartida, el impuesto sobre el beneficio empresarial se elimina.

¿Dónde revertirían esos excedentes?
En inversiones con plusvalía social y ecológica, devolución de créditos, depósitos en reservas limitadas, bonificación a los empleados de forma restringida y créditos sin intereses a empresas cooperadoras.

¿Qué más?
Cuanto más tengas, más difícil será adquirir más. Ha de haber un límite por arriba y por abajo a la desigualdad en los ingresos, la propiedad privada y el tamaño de las empresas.

¿Qué propone para las diferencias de ingresos y patrimonios?
Limitarlas, ingresos máximos de por ejemplo 20 veces el salario mínimo y propiedades que no excedan los diez millones de euros. Y el derecho de cesión y herencia de 500.000 euros por persona.

¿Y el empleo?
Las empresas serán más exitosas cuanto más contribuyan a reducir el paro, proponemos diversas medidas como un año sabático cada diez que reduciría un 10% el paro. Y un banco democrático con depósitos de ahorro garantizados, cuentas corrientes gratuitas, créditos de interés reducido y de riesgo con plusvalía social y ecológica.

¿Qué hacemos con los impuestos?
En Austria el 90% de la población no tiene ni la tercera parte de toda la propiedad privada, no vamos a poner ningún impuesto sobre ellos.

¿Que paguen los súper ricos?
La propiedad privada es cinco veces la deuda pública en toda la zona euro; si le aplicamos el 1% de impuestos, en diez años se reduciría a la mitad y a las grandes fortunas sólo les implicaría el 10% de su fortuna."             (La Vanguardia, 10/07/2012)

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