"Un club mediterráneo.
Si Italia, España, Portugal, Irlanda y Grecia, o simplemente las
tres primeras, fundasen, o más bien relanzasen, un club del Mediterráneo
que tuviese sus propias reglas e instituciones comunes, las cuales
mantendrían la presencia de aquellas en la Unión Europea y en la zona
euro no como Estados sueltos sino como club, el contragolpe sería
fuerte, muy fuerte incluso.
Prosigo con mi ejemplo: ¿y si los países del
club estableciesen relaciones de amistad económico-política, de
consulta mutua, con otros países mediterráneos --Argelia, Marruecos,
Libia, Egipto, Israel, Turquia--, relaciones que existen ya, pero que
entonces no se encarnarían más en los países que formasen el club, sino
en el club mismo en cuanto interlocutor único?
¿Y si se pudiese llegar a acuerdos parecidos con toda la zona de
habla latina de América central y Sudamérica, principalmente Argentina,
Brasil, Uruguay, México? Argentina y Brasil ya han manifestado su
disponibilidad a estudiar y establecer relaciones de ese tipo.
Un club
mediterráneo, ¿no podría tomar la iniciativa en este sentido? Si bien
los intereses y la imaginación sugieren nuevos horizontes, no hay que
excluir que la Europa federal se ponga en marcha de nuevo. Quizá haga
falta saber soñar para afrontar las realidades más duras." (Presseurop, 31 agosto 2012, La Repubblica
Roma)
No hay comentarios:
Publicar un comentario