"Amigos europeos: ¿Aún no saben ustedes a quién votar mañana?
No se preocupen. Procedemos a hacer un informe exprés sobre la
situación continental para que se aclaren. País Vasco: etarras. España, Italia y Portugal: vagos compulsivos.
Albano-kosovares: ladrones. Turquía: moros. Alemania: nazis. Mallorca:
alemanes desnudos. Y así sucesivamente. ¿Lo ven ustedes ahora más claro?
Antes de que la fiscalía actúe de oficio contra este artículo por decir barbaridades,
toca aclarar que estamos hablando de uno de los proyectos culturales
más interesante surgidos en Europa en los últimos tiempos: el Atlas de los Prejuicios del diseñador búlgaro Yanki Tsvetskov,
que ha dado la vuelta al concepto tradicional de mapa al dividir los
países en función de los estereotipos que pesan sobre cada lugar.
El proyecto, que ha generado ya dos libros que se venden como rosquillas en países como Alemania, Inglaterra y España,
arrancó hace cinco años, tras el estallido de un quilombo europeo que
le sonará a usted de algo: la crisis política entre Ucrania y Rusia.
Tsvetskov empezó entonces a crear mapas europeos y mundiales buscando
las cosquillas a los estereotipos; es decir, a los prejuicios que
limitan la mirada de nuestros vecinos. El resultado es una bomba satírica de alto voltaje.
Dado
que Tsvetskov lleva media década buceando en los prejuicios europeos,
parece el hombre adecuado para señalar, a pocas horas de la votación
electoral, cuáles son los estereotipos históricos más arraigados:
"A menudo tomamos como estereotipos imperecederos prejuicios relativamente recientes. Mucha gente divide Europa entre el norte próspero y el sur en bancarrota.
División que, en su opinión, no sería una mera coincidencia, sino el
resultado de hábitos culturales profundamente arraigados. No obstante,
basta con viajar unos siglos atrás para darse cuenta de que eso no fue
siempre así. Durante el Renacimiento, Alemania era menos rica y estaba menos desarrollada que, digamos, Italia.
Posiblemente la gente creía entonces estar frente a una verdad eterna,
que el norte permanecería siempre en estado asalvajado. Si vamos todavía
un poco más atrás, nos encontramos al Imperio Romano y a la Grecia
Clásica, dos culturas que empequeñecían cualquier cosa que existiera al
norte de los ríos Rin y Danubio.
Es complicado responder a la pregunta
sin tener en cuenta estos detalles", cuenta Tsvetskov a El Confidencial. Resumiendo: Las modas políticas determinan los estereotipos de cada momento.
Tsvetskov se ha atrevido incluso a profetizar el futuro de Europa. Publicado por el diario The Guardian, su mapa europeo del año 2022 es una
sátira despiadada de los conflictos que recorren ahora el continente:
Dentro de ocho años, Grecia será propiedad de China, la Unión Europea
estará formada únicamente por los países del Este (excepto Turquía,
eterno candidato), Alemania controlará el mismo número de países que
dominaba en 1941 (bajo el inquietante nombre de Merkelreich), el Mediterráneo pasará a llamarse Mar Nudista Alemán y España se habrá escindido en tres regiones: la Vaticana (que agrupa a las dos Castillas), el Imperio Catalán y el Valle Durmiente (Andalucía). Euskadi será absorbida por Alemania y Extremadura y Galicia por Portugal. En dos palabras: la juerga.
El verdadero chiste de este mapa futurista es que un periodista
austriaco se lo tomó en serio cuando se publicó. Lo que da pie a
preguntarse si esto es algo que ocurre a menudo con el trabajo de
Tsvetskov, o incluso a plantear una cuestión más inquietante: Cuándo uno se ríe con una mapa que dice que Angela Merkel montará el Cuarto Reich y donde Lampedusa se rebautiza como Alcatraz ¿está
neutralizando o reforzando los prejuicios?
"Son los políticos
populistas los que refuerzan los estereotipos nacionales, no los que
hacemos sátira. ¿Puede alguien tomarse estos mapas en serio?
Probablemente sí. Pero se trata de un número muy pequeño de personas
según mi experiencia. La mayoría de la gente entiende el contexto y la
broma", aclara el diseñador.
Tsvetskov, que actualmente vive en Valencia tras haber pasado por ciudades como Londres, también ha analizado los prejuicios europeos sobre España,
ese gran país formado por millones de funcionarios públicos cuyas
siestas son tan largas que se solapan con la hora de irse a dormir.
"Creo que el toreo y el flamenco son los estereotipos
más habituales. Lo irónico es que son justo las dos cosas con las que
uno no tiene contacto alguno si visita España y permanece alejado del circuito artificial de atracciones turísticas.
El otro gran estereotipo podría ser la idea de un país en el que las
vacaciones no tienen ni principio ni fin, visión que quizás tenga que
ver con que la mayoría de los extranjeros que visita España lo hace
durante sus vacaciones, así que han asumido que ese es el orden natural
de estas tierras", zanja.
Julio Iglesias dijo una vez que la mayor ilusión de su vida era que todos los españoles tuvieran un avión privado.
En esa línea disparatada, recemos todos juntos para que un buen día se
hagan realidad los prejuicios europeos sobre España y todos podamos
disfrutar de doce meses de vacaciones al año. Con permiso del Cuarto Reich de la Troika, claro." (Entrevista a Yanko Tsvetskov, El Confidencial, 24/05/2014)
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