10/3/15

En Estados Unidos solo se necesitan tres de cada diez trabajadores para producir y entregar los productos que consumimos

"En los Estados Unidos solo se necesitan tres de cada diez trabajadores para producir y entregar los productos que consumimos. Todo lo que extraemos, cultivamos, diseñamos, construimos, fabricamos y transportamos – hasta preparar una taza de café en la cocina de un restaurante y llevarla a la mesa del cliente – es obra de aproximadamente el 30% de la fuerza laboral.

El resto de nosotros nos dedicamos a planear qué es lo que se va a hacer, a decidir dónde instalar las cosas que se han fabricado, a prestar servicios personales, a hablar entre nosotros y a dar seguimiento a lo que se está haciendo, de modo que podamos decidir qué se necesita hacer después. 

Sin embargo, a pesar de nuestra evidente capacidad de producir mucho más de lo que necesitamos, no parece que tengamos un exceso de riqueza. Una de las grandes paradojas de nuestro tiempo es que los trabajadores y los hogares de clase media siguen batallando en momentos de abundancia sin paralelo.

En los países desarrollados tenemos recursos más que suficiente para satisfacer nuestras necesidades básicas. Tenemos bastantes enlaces orgánicos de carbono e hidrógeno que al romperse nos dan calorías; suficientes vitaminas y otros nutrientes para mantenernos sanos; viviendas adecuadas para mantenernos secos; suficiente ropa para conservarnos calientes; suficiente capital para mantenernos productivos, al menos potencialmente; y bastante entretenimiento para no aburrirnos. 

 Y todo eso lo producimos en un promedio de menos de dos horas diarias de trabajo fuera de casa. (...)

Sin embargo, mucho de lo que estamos produciendo en la era de la información no es ni excluyente ni rival –y esto cambia todo el panorama. Es difícil crear incentivos para la creación de bienes en la era de la información; es complicado monetizar su distribución; y no tenemos las herramientas para rastrearlos fácilmente en las cuentas nacionales.

 El resultado es una creciente discrepancia entre lo que las personas estarían dispuestas a pagar por un servicio determinado y el crecimiento medido en las estadísticas nacionales. En otras palabras, estamos produciendo y consumiendo mucho más de lo que sugieren nuestros indicadores económicos –y los creadores de muchos de esos productos no están recibiendo una compensación adecuada.

Lo anterior genera una serie de problemas únicos. Garantizar que los trabajadores del presente y futuro tengan la posibilidad de capturar los beneficios de la era de la información exigirá una redefinición de nuestro sistema económico a fin de estimular la creación de estos nuevos tipos de mercancías. 

Además de desarrollar métodos de contabilización de este nuevo tipo de riqueza, tendremos que concebir cauces para hacer que la demanda de un producto contribuya a la fuente de ingreso de su creador.

Solo mediante procedimientos que agregan valor verdadero a los bienes que producimos podremos sostener una sociedad de clase media, en lugar de una compuesta de tecno-plutócratas y sus siervos del sector servicios."           (Bradford De Long, Project Syndicate, en Jaque al neoliberalismo, 01/03/2015)

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