"Un artículo publicado la semana pasada en la página web de noticias australiana The Conversation ha puesto en dominio público algunos hallazgos importantes sobre el alcance de la dominación global del capital financiero.
Basado en una investigación llevada a cabo en el 2009, el artículo de
David Peetz y Georgina Murray, académicos de la Universidad Griffith en
Queensland, Australia, sintetiza su análisis del control ejercido por el
capital financiero sobre las 299 mayores corporaciones del mundo (o
CMGs).
A pesar de que la investigación ya tiene más de siete años, los autores
señalan que, “desde entonces hemos descubierto que la tendencia es de
creciente concentración en varios países en las últimas tres décadas”.
Su artículo comienza disipando el mito de que las grandes corporaciones
públicas son propiedad de una gran cantidad de accionistas —una ilusión
promovida continuamente en los medios de comunicación para potenciar el
argumento de que los trabajadores tienen un “interés” en la bolsa de
valores.
“Cuando una sola organización [el fondo de inversión estadounidense
Black Rock] controla más del 6 por ciento de las acciones en las
corporaciones más grandes del mundo y 30 controlan más de la mitad de
todas las acciones en estas corporaciones, eso representa una
concentración muy alta".
“Nuestro estudio del 2009 descubrió que varias formas
de capital financiero controlaban la gran mayoría (68,4 por ciento) de
las acciones en las grandes corporaciones del mundo. Los individuos o
familias poseían sólo una proporción mínima (3,3 por ciento), y las
compañías industriales poseían relativamente poco”.
La investigación está basada en una base de datos compilada por Bureau
van Dijk, que combina información de alrededor de 100 fuentes, cubriendo
casi 63.000 compañías en todo el mundo.
En un trabajo de investigación publicado en el 2009, titulado “Quién
gobierna el mundo —propiedad y el capital financiero”, ambos autores
informaron que unas 30 organizaciones, bancos e instituciones
financieras poseían o controlaban entre ellas el 51,4 por ciento de las
299 CMGs en su base de datos.
Es decir, sólo el 1,5 por ciento de los accionistas controlaban más de la mitad de las acciones.
Este informe señalaba cuál es el mecanismo principal mediante el cual el
capital financiero ejerce su control sobre las compañías en las que
posee acciones.
Las instituciones financieras ejercen su poder “no a través de la voz”,
es decir, teniendo directivos en las empresas, sino “a través del
retiro” —la amenaza continua de retirar fondos de las acciones de las
CMGs “si no llegan las ganancias adecuadas”. Mediante el uso de su poder
en los mercados financieros y la presión que ejercen sobre los gerentes
para mejorar “el valor para los accionistas”, el capital financiero es
capaz de dictar los términos.
En efecto, le hace entender a la gerencia a través de los mercados
financieros: “Si no haces todo lo posible para maximizar las ganancias
—ya sea a través de una mayor productividad, una expansión a gran escala
o la reducción de costos—, venderemos nuestra participación financiera
o, de lo contrario, los desplazaremos como gerentes”.
Este modo operativo lleva a una conclusión importante que los autores
logran sacar. Desde el punto de vista de la lógica esencial del sistema,
la distinción entre capital industrial y capital financiero es
engañosa.
“Esto es porque, al final, el capital industrial es el capital
financiero. Si alguna vez hubo un tiempo en el que el mundo era dominado
por grandes corporaciones poseídas por unas pocas familias e individuos
cuyos valores personales, caprichos y preferencias definieron el
comportamiento de las corporaciones, ese tiempo ha pasado. El mundo es
dominado por corporaciones que siguen la lógica del capital
financiero—la lógica del dinero—porque eso es lo que son. Su lógica no
es la lógica de los individuos, sino la lógica de una clase”.
Los datos sobre el país de origen de las grandes corporaciones y de las
instituciones financieras que las controlan permiten una lectura
interesante y políticamente significativa.
El mayor número de las CMGs, 86 en total, o el 29 por ciento, es
originario de Estados Unidos. Los siguientes cuatro países en la lista
son: Japón con 48; Gran Bretaña con 23; Francia con 23; Alemania con 20.
Luego vienen en orden Corea, China, Italia y Australia.
La concentración de propiedad en las mayores potencias capitalistas es
aún más pronunciada cuando se trata de corporaciones financieras. De las
10 principales corporaciones financieras que dominan a las CMGs, 6
tienen su origen en EEUU, 3 en Francia y 1 en Gran Bretaña. EEUU es el
país de origen de 10 de las principales 21 entidades financieras. Fuera
de este grupo, 18 tienen acciones en por lo menos 100 de las 299
corporaciones más grandes.
Dos instituciones financieras de EEUU se destacan: Black Rock y Capital
Group. Ambas tienen el mayor número de acciones en una importante
cantidad de compañías. En el caso de Black Rock, es el principal
accionista de 42 o el 13 por ciento de sus participaciones. En el 55 por
ciento su participación accionaria, Black Rock está entre los 5
accionistas principales, al igual que Capital Group con el 45 por ciento
de sus participaciones.
El significado político de estos hallazgos es que refutan las
afirmaciones hechas por virtualmente todos los grupos de pseudoizquierda
de que Rusia y China son potencias imperialistas. No basan estas
definiciones en ningún análisis económico, ya que ni las instituciones
chinas ni las rusas figuran entre las principales entidades financieras
que controlan las grandes corporaciones (...)" (Nick Beams, wsws.org, en Jaque al neoliberalismo, 21/04/17)
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