"(...) Obama ha quedado como un presidente ejemplar, pero usted se
ha mostrado crítico con algunas de sus políticas, especialmente su
defensa de los ataques aéreos contra el Daesh. ¿Todos los presidentes
USA ceden del mismo modo a la industria militar?
No lo critiqué por bombardear el Daesh. Yo me quejé de que estaba
dejando caer bombas en Afganistán, Iraq, Siria, Libia, Yemen y Somalia
actuando como si no hubiera consecuencias de toda esa destrucción, de
todas esas sociedades desarraigadas y de esos inocentes asesinados.
En
su ultimo año en el cargo, lanzamos 27.000 bombas, un número superior a
las lanzadas en 2015. Los americanos no son capaces de conectar los
millones de refugiados huyendo de los citados países y esas bombas.
Nuestros dos partidos políticos apoyan nuestras guerras, en tanto que no
tienen que traernos ninguna victoria duradera, porque ellos ganan miles
de millones con el establishment militar y los fabricantes de
armas. El mercado de la guerra siempre ha sido una palabra sucia en este
país. Ya no. Ningún político rechaza ese dinero.
“Nos gustaría más ver a los talibanes afeitarse la barba y
que permitieran que sus esposas e hijas llevaran minifaldas a que
nuestros propios líderes rompieran con su adicción al militarismo”. ¿Es
eso la hipocresía americana?
La traducción es incorrecta. Yo dije que antes llegará el día en que los
talibanes se afeiten las barbas y sus mujeres e hijas lleven
minifaldas, a que nuestros líderes renuncien al militarismo. Yo no
llamaría a eso hipocresía. Muchos de ellos creen realmente que están
hacienda un mundo mejor con nuestras guerras. (...)" (Entrevista a Charles Simic, m'sur, 31//03/17)
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