12/3/19

La banca global extrae los flujos de liquidez del trabajo a través de la deuda y los 'mercados' optimizan el flujo multiplicándolo. El sistema es intrínsecamente inestable por causa de la formidable inestabilidad financiera provocada por la banca global y su crédito a muerte...

"La banca global extrae los flujos de liquidez del trabajo a través de la deuda y los 'mercados' optimizan el flujo multiplicándolo.

(...) Una pregunta previa: cuando hablamos o se habla de sistema financiero, ¿de qué hablamos exactamente?  

Aunque no lo parezca, no es nada sencilla esta cuestión que me planteas. Quizás sería interesante, desde el punto de vista pedagógico, resaltar el enorme contraste existente entre la respuesta que te daría un economista ortodoxo -desde prácticamente todas las tribunas académicas y mediáticas- y la versión “herética” que, con base en las teorías de Marx y de Keynes, viene considerándose la crítica más importante de la teoría económica apologista del capital.
  
Adelante con el contraste  

La versión oficial -con la que se lava el cerebro a los sufridos estudiantes de economía en las facultades de todo el mundo- dice que el sistema financiero es el conjunto de instituciones -bancos, fondos de inversión, mercados bursátiles, mercados extrabursátiles, supervisores, etc- cuya función primordial es, en su condición de intermediarios financieros, canalizar el ahorro hacia la inversión empresarial o el crédito al consumo. 

De este modo las instituciones financieras fungirían, podríamos decir, de lubricantes de la actividad económica proveyendo financiación y optimizando los flujos de liquidez a través de mecanismos que, en última instancia, redundan en la eficiencia de la asignación de recursos hacia la inversión productiva y el crecimiento económico. 

Sí, sí, eso lo que normalmente podemos leer en ensayos y artículos.  

Pues nada más lejos de la realidad, te lo aseguro. En este caso, los herejes nos acercan mucho más a la verdad. La versión herética, valga la un tanto grosera simplificación, expuesta principalmente por economistas marxistas, define el sistema financiero como el conjunto de instituciones capitalistas cuya función esencial es canalizar los flujos de riqueza real extraídos -a través del 'crédito a muerte'- de la creciente explotación del trabajo hacia la nebulosa del casino global multiplicando el ingreso rentista y los formidables niveles de desigualdad para sostener la tasa de ganancia del capital, bastante maltrecha desde el crack del petróleo de 1973. 

En él habría pues dos niveles: en un primer nivel -llamémosle “máquina de succión”- estaría la gran banca global -la banca comercial y la banca central independiente de los gobiernos- cuya principal función sería extraer, a través del flujo creciente de intereses de la deuda, pública y privada, colosales cantidades de riqueza real hacia el casino. 

Y en un segundo nivel tendríamos el casino global, los mercados bursátiles y lo que el experto en finanzas Hernández Vigueras denomina banca en la sombra, donde se vuelca el flujo de liquidez extraído por el sistema bancario para multiplicarlo -el casino financiero decuplica el PIB mundial- y convertirlo en rentas exorbitantes y en un formidable motor de desigualdad.

 Digamos pues, en resumen, que la banca global extrae los flujos de liquidez del trabajo vivo a través del imperio de la deuda y los llamados “mercados” optimizan al máximo ese flujo, multiplicándolo ad eternum, pugnando por estirar los ciclos de auge del capitalismo hasta el inevitable colapso, y maximizando los ingresos de los rentistas -la clase actualmente hegemónica-.

Perdón por extenderme pero quería recalcar el contraste entre la realidad y la versión oficial de la ortodoxia, con la enorme influencia que ello tiene en la colosal ignorancia popular sobre la función real de las finanzas en nuestra sociedad.  (...)"                   (Entrevista a Alfredo Apilánez, Salvador López Arnal , Rebelión, 20/02/19) 


"El sistema es intrínsecamente inestable por causa de la formidable inestabilidad financiera provocada por la banca global y su crédito a muerte”

(...) Te recuerdo el título de uno de tus últimos trabajos: “El fascismo financiero y la irreformabilidad del sistema”. ¿No es un poco fuerte-excesivo eso de “fascismo financiero”? ¿El sistema financiero español sería un ejemplo de ese sistema fascista?   (...)

El concepto 'fascismo financiero' proviene del conocido sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos. Santos define el fascismo financiero como una forma, quizás la más importante, de fascismo social. “ Todas las formas de fascismo social son formas infra-políticas, no son parte del sistema político, que es formalmente democrático, pero condicionan las formas de vida de los que están abajo a través de desigualdades de poder que no son democráticas, pero son inmensas y permiten que los grupos que tienen poder obtengan un derecho de veto sobre las oportunidades de vida de quienes están más abajo. 

Hasta ahora, políticamente, las sociedades son democráticas. Hay libertad de expresión, relativa pero existe. Hay elecciones libres, por así decirlo, con toda la manipulación. Pero los asuntos de los que depende la vida de la gente están cada vez más sustraídos al juego democrático. El mejor ejemplo es el fascismo financiero”.

En mi opinión, esta es la clave que permite hablar de fascismo financiero: que los asuntos de los que depende la vida de la gente están cada vez más sustraídos del juego formalmente democrático. 
Digan lo que digan, real como la vida misma.  

En el texto al que te refieres trato de argumentar que la hegemonía del capital financiero ha impuesto la agenda dura neoliberal de sobreexplotación del trabajo y rentismo a muerte y ha vaciado completamente de soberanía los estados democráticos al eliminar los instrumentos fiscales redistributivos que les podrían permitir hacer políticas keynesianas. 

Menciono varios ejemplos -Zapatero en 2010 anunciando recortes y reformando el año siguiente vergonzantemente la Constitución bajo el diktat del BCE; o Tsipras rindiéndose al chantaje de la troika y violentando la voluntad de su pueblo expresada en referendum- de cómo incluso la teórica izquierda tiene las manos completamente atadas para desarrollar políticas mínimamente reformistas. Otro ejemplo paradigmático de fascismo financiero son las agencias de rating o de calificación de riesgos.  

Nos lo explicas por favor.  

Se trata de un oligopolio de tres firmas de Wall Street que señalan con sus calificaciones negativas -lo hicieron con Grecia y con España en la crisis de la prima de riesgo- a quienes van a sufrir el ataque de los bazokas de las finanzas globales. 

Provocaron, con estas malas artes y sus flagrantes conflictos de intereses con la gran banca y los tiburones de las finanzas globales -Mister Soros et al-, el hundimiento de la solvencia crediticia de los “parásitos” del Sur de Europa y, con la complicidad absoluta de la banca central, que utiliza sus “objetivas” calificaciones como requisito para adquirir deuda pública de los Estados parias, les obligaron a cumplir la agenda dura neoliberal que condena a los pueblos a la precariedad y la miseria. 

Así pues, como prueba este ejemplo y muchos otros, si entendemos el fascismo, más allá de su origen y de los ejemplos históricos, como la forma en la que el gran capital aplica las políticas que afectan cada vez más a la vida de la gente a través de procedimientos coercitivos y en absoluto transparentes o democráticos, tenemos un buen ejemplo en la hegemonía de las finanzas modernas en el capitalismo neoliberal. 

El ultra Hayek, sin ir más lejos, padrino junto con Friedman del neoliberalismo de posguerra y de su desembarco político durante el thatcherismo, quien tenía al menos el don de la franqueza, declaró en 1981 a un periódico chileno: “Mi preferencia personal va a una dictadura liberal y no a un gobierno democrático donde el liberalismo está ausente”. Como dicen los leguleyos: “a confesión de parte, relevo de pruebas”.  

Recojo un comentario tuyo: ¿qué sistema es ese que es irreformable? ¿En qué sentido lo es?  
En este caso, como creo que la cuestión a la que te refieres está implícita en la anterior, voy a remitirme, y perdón por la autocita, a un fragmento del texto al que nos estamos refiriendo que creo contesta a tu pregunta: “ La gran novedad respecto a épocas anteriores de la historia del capitalismo es la amputación de la posibilidad de intervención, al menos en la sala de máquinas del sistema, por parte de los poderes públicos, teóricos representantes de la soberanía popular. 

Sobran los ejemplos ilustrativos de cómo las palancas “técnicas” a través de las que el estado burgués podía atenuar el embate del capital (destacadamente, la política fiscal redistributiva de tipo keynesiano financiada a través del banco central público) han sido cercenadas por la ofensiva neoliberal.

 La conclusión lógica de cara a las vías de acción político-social de las clases populares es contundente: si el sistema es irreformable por la vía legal-institucional, la insistencia en esta vía por parte de las llamadas fuerzas del cambio y los movimientos sociales reformistas sólo puede producir desánimo y frustración, ante la imposibilidad de realizar transformaciones de calado respetando las reglas del juego. 

El viejo reformismo, mil veces fracasado, con su utópica ilusión de alcanzar un capitalismo con rostro humano, para paliar con microavances el desastre en ciernes, no sería pues más que un freno a las auténticas aspiraciones emancipatorias.

Como decía nuestro admirado Fernández Buey, en un artículo que aparece en el magnífico libro que mencionaste al principio de esta charla: “Lo característico del capitalismo actual es la degradación de la política, su trivialización, su conversión en politiquería que beneficia a una minoría y que tiende a hacer apolíticos a los demás”. 

Quizás, por tanto, como reza el título del libro de John Hollaway que comenta Fernández Buey, haya que pensar en cambiar el mundo sin tomar el poder y sin hacerse vanas ilusiones en cuanto al uso de las romas herramientas de la democracia formal. Pero eso es harina de otro costal y nos llevaría por otros derroteros, más propositivos, en los que obviamente no vamos a entrar.   (...)"                (Entrevista a Alfredo Apilánez, Salvador López Arnal , Rebelión, 26/02/19)

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