2/4/19

Cuatro cosas que debemos dejar de decir a las personas con tendencia al suicidio (y qué intentar en su lugar)

"Digo esto tanto como superviviente del suicidio como alguien que ha apoyado a otros a través de episodios suicidas: apoyar a las personas con tendencia al suicidio es una tarea realmente difícil.

Cuando un amigo te dice que tiene tendencia al suicidio, es difícil saber qué decir, especialmente porque muchas de las respuestas comunes al suicidio se basan en mitos dañinos y capacitistas.
Según mi experiencia, incluso los amigos con las mejores intenciones dicen cosas hirientes a las personas con tendencia al suicidio con la excusa de desanimarlas a suicidarse o a hacerse daño a sí mismas.

Así que aquí van algunas frases comunes que realmente deberíamos dejar de decirles a las personas con tendencia al suicidio. Desglosemos estas frases y entendamos por qué son hirientes.

1. “El suicidio es una solución de cobardes”

Este es un concepto común en torno al suicidio. Para evitar que la gente se suicide, a menudo los avergonzamos diciendo que son cobardes. 

Una vez, le confié a alguien mis pensamientos suicidas y la persona me contestó diciendo que el suicidio era “poco característico” en mí. Me dijo que yo era una persona valiente y que el suicidio, al ser un “acto de cobardía”, no era algo que yo haría o debería hacer.

Su comentario no me hizo sentirme valiente, y no me desanimó a suicidarme. Todo lo que hizo fue hacerme sentir cobarde y débil. Yo, que ya estaba sufriendo un diluvio de emociones dolorosas, no necesitaba sentirme peor conmigo misma.

En última instancia, etiquetar el suicidio como cobarde es realmente inútil porque hacemos que las personas con tendencia al suicidio se sientan avergonzadas de sus pensamientos y sentimientos.
Esto no desalienta a las personas a intentar suicidarse, sino que las disuade de buscar ayuda.

2. “Me estás haciendo chantaje emocional”

Aunque algunas personas amenazan con suicidarse para manipular y abusar de otras, claramente no siempre es así. 

Cuando estaba en sexto, un compañero mío tuvo un episodio suicida.

No recuerdo qué compañero de clase era, o qué le pasó realmente. Pero lo que se me quedó grabado en la mente hasta el día de hoy es la reacción de nuestra profesora.

Dijo que las personas que se autolesionan o se sienten suicidas buscan atención o son manipuladoras.
Y aunque no lo dijo directamente, esta frase se me quedó grabada años después. Me desanimó a buscar ayuda porque no quería parecer manipuladora.

Cuando consideramos que las personas que tienen tendencia al suicidio están siendo manipuladoras o buscando atención, insinuamos que no creemos que su dolor sea real. Estamos infravalorando su dolor.

Estamos insinuando que lo trágico no es que alguien quiera morir, sino que le estén hablando a uno de esos pensamientos.

Al fin y al cabo, esto desalienta a las personas con tendencia al suicidio a buscar ayuda porque nos hace sentir que nadie quiere realmente ayudarnos.

3. ¿Y no piensas en la gente que vas a dejar atrás?

Hacer que la gente con tendencia al suicidio se sienta culpable no es una buena opción.
Piensa un poco: nos sentimos mal y no necesitamos que se añada culpa a todo esto.
Sin embargo, la gente usa comúnmente a los seres queridos de las personas con tendencia al suicidio para hacer que se sientan culpables. A menudo, la gente dice cosas como:

“¡Pero tu familia se va a quedar destrozada!”
“Tus hijos se quedarán sin padres. ¿Cómo vas a hacerles eso?”
“¿Cómo puedes ser tan egoísta como para pensar en abandonarme?”

En realidad, probablemente somos conscientes de que nuestro suicidio perjudicaría a algunas personas, o realmente creemos que a nadie le importaría.

En mi caso, nunca me preocupé de cómo se sentirían mis seres queridos después de mi muerte, porque creía que cuando estuviera muerta, nunca más tendría que preocuparme por ellos, ni por nada más.

Es importante no hacer que la tendencia suicida de alguien se asocie a ti misma o a los demás. Quien sufre es la persona con tendencia al suicidio, así que el centro de atención debe estar en sus sentimientos, sus pensamientos, y en encontrarles ayuda.

Al mismo tiempo, algunas personas son capaces de tratar de recordarles de manera instintiva todo el apoyo y el amor del que están rodeados.

De ser así, trata de decir esto en lugar de lo que se dice comúnmente: 

“No estaría molesto contigo si te suicidaras, pero me importas mucho y te echaría de menos”.
“Hay un gran número de personas que quieren apoyarte aunque no lo sientas así ahora mismo”.
“Hagamos planes para relajarnos con tu mejor amigo/pareja/primo pronto”. 

De esta manera, puedes recordarles que hay toda una serie de personas que le apoyan sin cargarla de culpa, un gesto sin tacto y manipulador.

4. “¡Simplemente deberías ser positivo!”

Cuando busqué ayuda mientras padecía de tendencia al suicidio, a menudo recibí el mismo consejo bienintencionado, pero poco útil, que con frecuencia se ofrece a las personas con enfermedades mentales. 

Esto incluye decirle a la gente que simplemente “sea positiva”, uno de los comentarios más comunes, aunque inútiles, que reciben las personas con enfermedades mentales.

Pensar “positivamente” puede ser muy útil para algunos, pero cuando uno siente tanto dolor, rara vez es todo tan sencillo. Lo más probable es que la persona con tendencia al suicidio ya haya tratado de “mirar el lado positivo de las cosas” y haya luchado por encontrar algo por lo que realmente valga la pena vivir.

La negatividad no es la causa de nuestra enfermedad mental. Por lo general, la negatividad es el resultado de esas enfermedades. Debido a esto, decirle a la gente con tendencia al suicidio que “sea positiva” es tan eficaz como decirle a un coche con el depósito de gasolina vacío que “siga conduciendo”.

Una de las formas más eficaces de apoyo que recibí durante mi fase suicida fue la de una amiga que se las arregló para incluir en la conversación unas vacaciones que habíamos pasado juntas.

Rememoró todos los recuerdos felices que vivimos juntas en aquellas vacaciones: la sensación de la arena entre los dedos de los pies, las risitas de nuestros amigos durante una partida de “30 segundos”, cómo nos picaba el agua del mar en la piel, y cómo planeábamos regresar algún día.

Me hizo recordar algunos de mis maravillosos recuerdos. Aunque nunca lo dijo, insinuó en gran medida que yo había sido feliz en aquel momento y que volvería a ser capaz de sentirme así.
Y lo que es más importante, durante toda esa charla, nunca insinuó que los buenos recuerdos anularan el dolor y el sufrimiento que estaba sintiendo. Ella reconoció mis pensamientos suicidas pero me recordó que yo también sentí algo más en un momento dado.

Creo que eso puso de relieve una verdad importante para mí: que el dolor y la felicidad coexisten en este mundo y que el dolor que sentía pasaría como la felicidad. Me dio esperanza.

En lugar de decirle a las personas con tendencia al suicidio que sean positivas, podemos recordarles cosas positivas, la belleza, la felicidad, el apoyo- sin demonizar o infravalorar sus emociones negativas.

Entonces, ¿qué deberías decir?

Muchos de nosotros decimos las frases anteriores para disuadir a la gente de actuar en base a pensamientos suicidas. En otras palabras, decimos estas cosas para evitar que realmente intenten suicidarse.

Pero yo recomendaría un enfoque diferente. En lugar de disuadir a la gente de hacerse daño a sí misma, necesitamos trabajar con ellos para tratar el dolor que les hace sentirse de esa manera en primer lugar.

A menudo, los desconocidos creen que lo trágico del suicidio es la muerte en sí. Como alguien que ha intentado suicidarse, sé que la tragedia no es morir, sino vivir con tanto dolor que la muerte es preferible a la vida.

Para ayudar a alguien que tiene tendencia al suicidio, necesitamos hacer que sienta que hay una solución al dolor que no es la muerte. Por lo tanto, cuando alguien se acerque a ti buscando ayuda, trata de distráelos momentáneamente del dolor. Tu primer instinto puede ser hacer que hablen sobre lo que está mal, y si quieren hacer eso, déjalos. Pero otro método realmente útil es encontrar una manera de calmarlos y hacerles olvidar, aunque sea por un rato, el dolor.

Anímalos a entretener su cerebro jugando a un juego como Candy Crush o Tetris, haciendo manualidades o tejiendo, pintándose las uñas o leyendo.

Cuando se sientan un poco mejor, pregúntales si les gustaría hablar sobre sus pensamientos suicidas y qué los desencadenó.

Trabaja con ellos para encontrar un camino a seguir. ¿Cómo pueden hacer frente a sus dificultades? ¿Pueden encontrar terapia, un grupo de apoyo o una red de amigos que los apoyen? ¿Podrían necesitar hablar con un psiquiatra o un médico sobre medicación? Si algo específico desencadenó su episodio suicida, ¿cómo podrían evitar que ocurriera en el futuro? Hacer planes puede hacer que se sientan aliento y esperanza.

Haz algunos planes futuros con ellos. Dales algo que anhelar, ya sea un picnic, una cita para tomar un café o planes para crear un trozo de huerta en el jardín.

Asegúrate de practicar también el autocuidado. Cuidar a otras personas puede ser difícil y puede ser una gran tensión emocional y mental, así que no olvides reservarte tiempo para relajarte y cuidarte también.

*** 

Es muy difícil consolar a la gente con tendencia al suicidio. Es difícil decir algo que pueda aliviar el dolor de alguien que está sufriendo tanto que ya no quiere vivir.
Pero si estamos atentos a lo que les decimos, podemos evitar decir cosas dolorosas e hirientes cuando tratamos de ayudarles.
Al fin y al cabo, esto nos hará aliados mejores y más amables y ayudará a nuestros seres queridos a curarse.

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Si tienes ganas de suicidarte, por favor, pide ayuda a alguien."                 (Sian Ferguson, El Salto, 30/03/19)

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