"El capitán estadounidense e investigador marino Charles Moore (1947)
augura un panorama medioambiental terrible en el que de tanto producir
envases de plástico, el planeta va a acabar literalmente envasado, y
todas sus especies, incluido el ser humano, ahogadas en sus propios
residuos.
El 29 Congreso anual de la Asociación Internacional de Residuos Sólidos (ISWA),
que se celebra en Bilbao ha tenido a Moore como ponente, en un panel de
expertos y de unos 1.200 participantes de medio mundo. Hace 20 años
documentó en el océano Pacífico una acumulación de plásticos de 1,6
millones de kilómetros cuadrados. Ahora predice que en treinta más, el
peso de los plásticos en el mar será superior al de los peces que
habitan en él.
Pregunta. ¿Se puede hacer una clasificación de las zonas del planeta más deterioradas por el plástico?
Respuesta. Los desiertos, aunque parezca difícil de
creer. Los desiertos de mar y los desiertos de arena. Además de los
problemas con los peces, que todavía hay a quien le sigue pareciendo un
problema ajeno, están los de los animales en los desiertos de arena.
Empiezan a morir camellos por comer la poca vegetación del desierto en
la que se han quedado enganchadas bolsas de plástico.
Se han encontrado
camellos con hasta 50 kilos de plástico en sus barrigas. Están muriendo
muchos camellos en Arabia, y en el mar hay muchos desiertos que acumulan
basura, ese es el problema. A mí no me gusta llamarle isla de basura,
en realidad es una sopa tremenda pero que se está acumulando en
cantidades enormes y está cambiando la biodiversidad de esas zonas.
P. Y todo esto con un solo siglo de consumo de plástico.
R. Llevamos menos de un siglo consumiendo plástico,
porque para envolver alimentos se empezó a utilizar solo después de la
Segunda Guerra Mundial, es decir, menos de cien años.
Cuando de verdad sean cien años, dentro de unos treinta, se ha
calculado, de forma fiable, que el peso de todo el plástico en el mar
será equivalente al peso de todos los peces en el mar. Con este rumbo
vamos a tener más plástico que peces en el mar en la segunda mitad del
siglo.
P. ¿Qué pensó cuando se encontró por vez primera con la aglomeración de plástico en el océano?
R. No fue un avistamiento como tal, posiblemente ya
nos habíamos acostumbrado a él. Pero en el cuaderno de bitácora de aquel
viaje nadie apuntó nada de plástico. No fue una isla. En el inicio fue
una sensación de que algo estaba mal. Encontrábamos un pedazo de plástico cada vez que nos quedábamos mirando la superficie del mar.
Durante una semana de viaje veíamos plásticos cada cinco minutos. Eso
es una barbaridad. En dos años regresé con equipos científicos y al
echar la red nos encontrábamos siempre con plásticos, botellas, redes,
trozos...
P. Que desgraciadamente se convierte en comida.
R. Sí, porque el plástico parece comida, y a veces
se enreda de los animales marinos. De hecho, el plástico es un
depredador y la cosa es que ese depredador no mata para comer, sino que
mata para nada. Esa es la tristeza, si hay una razón para matar es
comer, eso es la cadena alimenticia. El plástico mata sin razones.
P. ¿Cuáles son las especies más vulnerables?
R. Todas lo son, y al final de la cadena, los seres
humanos. Pero por poner un ejemplo en el caso de las tortugas es
impresionante. Cada tortuga que se investiga tiene plástico en su
estómago. Muchas han muerto, ballenas también.
Lo que pasa es que en el mar, salvo aquellas especies que aparecen en
las playas y las vemos, y entonces nos hacemos preguntas, las demás
víctimas son comidas a su vez por otros animales, y esa cadena es
mortal. No hay datos concretos, pero hay una constatación de que el
plástico está haciendo estragos en los animales.
Es tan grave que no
podemos entender lo grave que es. El mar es dos veces más ancho que la
tierra, y hay dos millas (3,8 kilómetros) de profundidad de hábitat, más
que en la tierra. Hay animales a siete millas de profundidad que tienen
plástico en sus estómagos.
P. Le he oído decir que esto requiere una revolución. ¿Una revolución de las conciencias, económica?
R. Económica también, sin ninguna duda. Porque todo
está basado en el crecimiento económico. El crecimiento habilita la
competencia y la producción y el consumo y estamos muy consolidados en
ese tipo de economía. Pero se nos olvidó que esa carrera también genera
desechos. Es decir, no solo genera cosas maravillosas, sino muerte
alrededor de nosotros. Esta generación de seres humanos es la primera
que seguramente no va a vivir tan larga vida como las anteriores.
Tenemos que buscar la manera de hacer un pacto de Estados que implante
la economía circular, que crece en invenciones, pero reduce los
problemas medioambientales. Hay que cambiar la filosofía del premio Nobel
y empezar a dárselo a quien produce logros en todas las áreas pero con
esta nueva filosofía. Ese es el premio del futuro. Si tuviera dinero yo
organizaría ese premio.
P. ¿Con dirigentes como Donald Trump se puede ser optimista en afrontar este problema de forma unida?
R. Hay que ser optimista pensando en que va a morir ¿mañana?
P. ¿Cree que de tanto fabricar envases estamos envasando el planeta?
R. Nos estamos ahogando en nuestros desechos. Vamos a
vivir entre vertederos. No hay más remedio que reducir de inmediato el
consumo, y no podemos hacerlo cuando las grandes empresas y los grandes
inversores están haciendo nuevos productos, a miles, cada año. No soy
optimista porque las fábricas mandan y explotan los recursos limitados,
los están agotando hasta el final. Todos pensábamos que se acercaba el
final del petróleo y que habría que pensar en energía sostenible, pero
con el fracking se retrasó. Ese es el problema, hay inversiones
en nuevas técnicas que pueden retrasar el cambio necesario para liberar
la especie humana.
P. ¿Greta Thunberg y su movimiento son la chispa de esa revolución?
R. Sí, y también el movimiento Residuo Cero, que
durante el Día Mundial que celebraron participaron más de 20 millones de
personas en un día y más de 50 países. Si unimos el movimiento de
Residuos Cero, con el movimiento Cero Carbono tendremos una oportunidad.
Pero tienen que unirse. No podemos tener el uno sin el otro.
P. ¿Existe tecnología para retirar todo ese plástico de los océanos?
R. La tecnología no es el problema. El problema es que se está utilizando de forma masiva una tecnología que no evalúa estos riesgos."
(Entrevista a Charles Moore, el capitan que descubrió la aglomeración de basura y plástico en el océano. Pedro Gorospe, El País, 14/10/19)
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