16/11/21

Hay muchos más preocupados por reescribir lo que pasó hace más de cinco siglos que por poner el foco en el desangre actual que las grandes empresas europeas y españolas llevan décadas practicando en Latinoamérica... Yo no tengo el menor interés en revisar ni la historia de la conquista y colonización, ni de rehabilitar ninguna figura histórica. Excepto en un caso, en el de la Malinche... Malitzin era una princesa heredera de su tribu que tuvo la mala suerte de que su padre muriera y su madre se volverá a casar, teniendo un hijo varón que ocuparía su puesto en la línea sucesoria. Para asegurarse de esto, su propia familia la vendió como esclava en un mercado y dijeron que había muerto a quién preguntó por ella. Pasó de mano en mano, siendo violada por sus diferentes amos, hasta que la compró un cacique en Tabasco, que la regaló, junto con otras mujeres, a los españoles como muestra del buen rollito local. Fue allí donde la conoció Cortés y él se dio cuenta de que esa mujer era, literalmente, el puente que necesitaba para comunicarse con todas las gentes de esas tierras. Así fue, y Malitzin, entonces Doña Marina, sobrevivió y se hizo poderosa. Y eso, a las mujeres, no se les perdona

 "(...) los posmodernos, mucho más preocupados por reescribir lo que pasó hace más de cinco siglos que por poner el foco en el desangre actual que las grandes empresas europeas y españolas llevan décadas practicando en Latinoamérica.

Pretenden hacerlo además y como no podría ser de otra manera, desde la más completa ignorancia hacia todo lo que tiene que ver con Latinoamérica, la del S.XV y la del s.XXI. Nos proponen el revisionismo histórico gentes que, en su mayoría, no han puesto un pie al otro lado del charco, y si lo han hecho, en un 90% no han traspasado las puertas de los resorts de pulserita y “todo incluido” de República Dominicana o Cancún.  Alguno que se debe creer Indiana Jones, a lo mejor ha llegado a ir a Perú y ha hecho un tour dirigido por Cuzco, o tirando largo, ha subido al Machu Pichu a por su foto para el Instagram.

Estas nuevas gentes de la secta de “lo correcto”, deberían mostrar mayor interés en que se hiciera cumplir a las empresas extractivistas una mínima legislación que no tuviera a sus trabajadores y trabajadoras latinoamericanos en régimen de cuasi esclavitud. Podrían entretenerse en pensar si las mejoras en las condiciones de contratación que les ofrecen aquí, por ejemplo, el BBVA, no se deben a que más de la mitad del beneficio de la compañía lo sacan, precisamente de México, y precisamente, a base de pagarle a los y las empleadas, miseria y compañía.

Y así con Naturgy, Telefónica, Banco Santander, ACS, y un montón de empresas españolas, que son la mayoría del IBEX 35, y que aumentan sus beneficios y dan “estabilidad a la economía” gracias a seguir exprimiendo a Latinoamérica.

Pero ni media palabra he escuchado al respecto de esta cuestión a los nuevos “justicieros de la historia”. En serio que se me hace complicado encontrar alguna cuestión más pendeja que querer que se pida perdón por lo que hizo Hernán Cortés, mientras tienes contratado Movistar en tu tele, por un ínfimo precio que sería diez veces mayor, si Telefónica no sacara su beneficio de América Latina.

Ni cuestión más pendeja que ésta, ni personajes más pendejos que quienes lo proponen. Y me permitan ustedes la expresión debido al contenido de esta columna y a las fechas en las que estamos. Hasta que alguno de estos imbéciles pretenda también revisar la lengua y sus expresiones. Ya pasó con una canción del grupo Molotov, “Puto”, que algunos catetos dejaron de poner porque otros más catetos se sentían ofendidos, sin molestarse en saber si quiera, que significa tal cosa al otro lado del Atlántico.

Yo no tengo el menor interés en revisar ni la historia de la conquista y colonización, ni de rehabilitar ninguna figura histórica. Excepto en un caso, en el de la Malinche.

Malintzin, bautizada cristianamente como “Marina” al ser regalada como esclava a los españoles por su gente, llegó a ser Doña Marina, pero para la Historia se quedó en Malinche, para pasar del nombre al insulto de malinchista.

Una de esas grandes figuras femeninas a la que el patriarcado no nos permite sacar del encasillamiento de la mujer malvada y pecadora. En el caso de Malitzin, una traidora, culpable de miles de muertos y de la caída del impero azteca. Sin duda hasta hoy, la mujer más odiada de México. Y para los historiadores españoles, una olvidada, porque según ellos, gran parte de la “conquista de América”, es mérito exclusivo del gran volumen de los testículos de Hernán Cortés.

Por poner un ejemplo, no les importa un pimiento (un chile picante) ni a los historiadores, ni a sus inquisidores revisionistas que en realidad, la caída de Tenochtitlán fuera dada porque todas las etnias diferentes a los aztecas, (unos 80.000 Tlaxcaltecas y huexotzincas, entre otros), se unieron a Cortés para quitarse de encima a los aztecas dominantes, que los tenían fritos a tributos, incluidos seres humanos para su consumo.  

Para los mexicanos la culpa fue de La Malinche y para los españoles el mérito fue de “los conquistadores” y de Cortés que “enamoró” a la traductora que veló por sus intereses.

Malitzin era una princesa heredera de su tribu, que tuvo la mala suerte de que su padre muriera y su madre se volverá a casar, teniendo un hijo varón que ocuparía su puesto en la línea sucesoria. Para asegurarse de esto, su propia familia la vendió como esclava en un mercado y dijeron que había muerto a quién preguntó por ella. Pasó de mano en mano, siendo violada por sus diferentes amos, hasta que la compró un cacique en Tabasco, que la regaló, junto con otras mujeres, a los españoles como muestra del buen rollito local. Fue allí donde la conoció Cortés y él se dio cuenta de que esa mujer era, literalmente, el puente que necesitaba para comunicarse con todas las gentes de esas tierras.

Así fue, y Malitzin, entonces Doña Marina, sobrevivió y se hizo poderosa. Y eso, a las mujeres, no se les perdona.  Así que, si hay que revisar algo y alguien tiene que arrepentirse, que sean todos los sabios que han demonizado a la Malinche, y con ella a todas las mujeres. Que la Malinche se quede en todas nosotras."                    (Nuria gonzález, elTaquígrafo, 11/10/21)

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